Nuestra portada. No dice nada y lo dice todo. La portada de este número es nuestra declaración de intenciones con respecto a nuestra lista de propósitos para 2024. La nuestra y la de la dirección de la revista Entre Cañas. 

Nos hemos puesto el mundo por bandera para impulsar, apoyar y visibilizar a aquellos que han formado siempre parte de nuestra historia, los quioscos. Con “q” y con “c”, lo siento por quienes los escriben con una o, incluso, dos “k” (gajes del oficio).

Aquellos, que junto a bares y peluquerías, tejen esa importante red que respalda la estructura social de nuestros barrios, barrios que conforman aquellas ciudades que tanto nos gustan, la esencia misma de las mismas…

Una campaña “Y tú, de quién eres”, apoyada por el Área de Comercio y Apoyo a la Empresa del Cabildo de Tenerife y su consejera, Dña. Krysten Marín, que entenderás después de leer esta carta con un ejemplo, el mío.

¿Yo de quién de soy? Yo soy de Pedro. Mis abuelos lo eran, mi madre lo es y mis hermanos y yo lo somos. Porque mi abuelo nunca dijo “vete al quiosco a por helados”, él decía, “bajen a Pedro y cómprense algo de postre”. Y mi abuela nunca dijo “te dejo las llaves en el quiosco”. Ella decía “te dejo las llaves en Pedro”. 

Seguro que tú también “eres de alguien”. Una expresión tan antigua que copiamos de las generaciones pasadas cuando la charcutera del barrio preguntaba, cuando éramos niños e íbamos con algún recado, que de quién éramos, quiénes eran nuestros padres o en muchos casos nuestros abuelos. Una expresión que recorría nuestro árbol genealógico a modo de referencia, tan austera y simpática al mismo tiempo, que este 2024 queremos recuperar para apoyar a aquellos que tanta vida dan a nuestras calles. 

¿Cuántos de nosotros hemos paseado por nuestros pueblos y ciudades y nos hemos sorprendido al ver que “el quiosco de toda la vida” ha cerrado? ¿Cuántos de nosotros hemos salido a por un periódico o una revista y no hemos encontrado un quiosco en manzanas? ¿Cuántos de nosotros recordamos con cierta morriña ese momento en el que, junto a nuestros abuelos, bajábamos al quiosco a ver “si caía algo”? 

Ante todas estas cuestiones levanto la mano. Yo. Yo. Yo he bajado a acompañar a mis abuelos a por pan o prensa para ver si con la vuelta me decían “cómprate unos cromos”, o un helado, o unas chuches… aunque mis abuelos, ciertamente, eran más de estampas (para referirse a los cromos) y golosinas.

Pues lo dicho, este año que tenemos por delante, ése que aún no ha llegado pero en el que todos tenemos puestos tantas esperanzas, daremos mucha caña con los quioscos. 

Son muchos los que han cerrado con el devenir de los tiempos y la digitalización, otros muchos los que lo han hecho tras la pandemia y, algunos los que planean hacerlo por la falta de relevo generacional. Los quioscos no son un negocio al uso, por eso no se abren quioscos nuevos pero… ¿y si en vez de ignorarlos y ponerles las cosas difíciles nos acercáramos a por el periódico, Entre Cañas o The Pocket Magazine? Llenaríamos nuestras calles de vida y le daríamos otro sentido a eso de salir a pasear. Porque… no queremos que todo este, simplemente, en La Red, ¿no?

Lo dicho, no dice nada y lo dice todo.

MUY YO
Paola Bonilla