Pararnos a mirar cómo es nuestro diálogo con los demás, en el que normalmente ponemos mucho peso en la balanza sobre conceptos como el respeto, el cariño, o incluso la admiración, no es algo fácil, porque lo tenemos muy mecanizado. Pero parece que suele ser más sencillo hacerlo en los demás, que cuando se trata de analizar nuestro diálogo interno.

¿Por qué tenemos constantemente este diálogo interno?

El diálogo interno tiene que ver con la forma en que tenemos estructurados nuestros patrones de pensamiento y lo definimos como esas conversaciones que tenemos con nosotras mismas. 

De aquí partimos para explicar por qué muchas veces podemos tener contenidos desagradables y negativos o agradables y positivos. 

La búsqueda constante del autodiálogo positivo no deja de ser una expectativa poco realista. Dentro de todos mis años de trabajo veo que cuanto, este diálogo, esté mas conectado con la realidad, sea agradable o no, muchas veces conlleva mejor salud mental. Si por el contrario, nuestro diálogo no está muy conectado con esta realidad suele traernos mucha problemática psicológica. Es por esto que si en algún momento tenemos un diálogo crítico/negativo, no tiene por qué ser inadecuado si su función nos invita a la reflexión y el aprendizaje. 

¿De qué te ha servido hablarte de esta manera?

Dentro de las relaciones interpersonales, hablamos de un concepto que me encanta: la asertividad. La asertividad es una manera de comunicación hacia los demás desde el respeto y la sinceridad, siendo los mismos muy importantes individualmente. Cuando pongo este titular es porque implícitamente me gustaría también que revisaras cómo le hablas a quienes quieres, y si ahí nos falta sinceridad o respeto.

Te puede interesar Un nuevo SUPERPODER: la asertividad

¿Cuando hablas contigo misma desde dónde lo haces? ¿Es de la misma forma que cuando le hablas a los demás?

Si te gustaría comenzar a mejorar o trabajar en el diálogo contigo misma estaría bien que repasáramos cómo es tu propia conversación, siendo esto un resultado de muchos factores que influyen en él. 

Los factores que influyen son: 

  • Contexto: el lugar donde estamos suele tener un impacto muy grande en cómo pensamos y sentimos.
  • Sistema de creencias: se trata de un conjunto de pensamientos, ideas o representaciones de nuestra realidad interna.
  • Emociones: respuesta física y psicológica del organismo ante determinados estímulos del ambiente.
  • Conductas: se trata de la acción que realizamos como resultado de todo lo anterior.

Normalmente, si le preguntamos a cualquier persona sobre esto, nos diría que este “autosabotaje” se debe a falta de autoestima. Caer en esto es muy fácil si establecemos pautas generales para todos. La realidad es que cada persona es diferente, y que los factores que influyen en este diálogo pueden ser muchos. Es por esto que te invito a que salgas del convencionalismo y explores cuál puede ser tu causa. Querernos a nosotras mismas sí tiene que ver con nuestro autoestima. Definimos el autoestima como el resultado de valor que nos damos a nosotras mismas y a las áreas de nuestra vida. 

Pero… ¿todo es quererme?

También es importante que tengamos en cuenta otro término que los psicólogos utilizamos mucho, el autoconcepto, que es la imagen que has creado o aprendido de ti misma. Por lo que todo no sería quererme. Sería más bien aceptarme y cuidarme dentro de mi contexto y circunstancia.

No somos las mismas personas que cuando éramos pequeños, porque nuestro yo es impermanente, no eres un foto fija, no eres algo estático, todo lo contrario. Todas las experiencias que vas teniendo a lo largo de las etapas que vives van dándole forma a tu identidad, a ti misma. Y eso está bien. Abre los ojos y mírate por todo lo que eres, no solo por lo que crees que debes ser. 

¿Esto tiene algo que ver con el autodiálogo?

Al final partimos de nuestra identidad para generar ese discurso constante contigo misma y, como decía con anterioridad, con nuestra manera de aprender a relacionarnos con los demás. 

Ojalá me bastase un artículo para enseñarte a ponerlo el cambio en marcha, de hecho, si has llegado hasta aquí, quizás pueda ser el momento de invitarte a que te plantees un trabajo psicoterapéutico, ahora bien, te dejo algunos puntos para revisar juntas.

  • ¿Cómo suele ser tu discurso interno?
  • ¿Es una voz compresiva o exigente?
  • ¿Lo haces desde el respeto y la sinceridad?
  • ¿Le das un espacio a equivocarte o permitirte cambiar?
  • ¿El discurso con los demás siempre te remueve emociones o lo haces desde la calma?
  • ¿En qué te estás fijando para construir tu autoestima?
  • ¿Qué indicadores son los que utilizas para forjar tu identidad?
  • ¿Estás siendo justa contigo misma?
  • ¿Si conocieras a alguien como tú, con circunstancias parecidas a las tuyas, qué pensarías de ella?
  • ¿El autodiálogo te está funcionado?

Escúchate, y date un espacio para ser, tu diálogo sí puede cambiar. La guionista de tu diálogo interno eres tú.

Roxana Gutiérrez, psicóloga General Sanitaria