Viajar a Islandia y no visitar Reynisfjara es casi lo mismo que visitar París y no subir a la Torre Eiffel. Se trata de uno de los principales atractivos del país, sobre todo por las llamativas columnas de basalto que sobresalen en la kilométrica playa de arena negra.

Pues bien, ¿y si te dijéramos que no hace falta que salgas de España para ver con tus propios ojos este increíble órgano natural? Bastará con que visites una de las zonas más antiguas de la isla de La Gomera.

Te lo contamos en el siguiente artículo.

Garðar: las columnas de basalto de Reynisfjall en Reynisfjara

El pueblo de Vík í Mýrdal es una parada imprescindible en el itinerario de la Ring Road, la ruta que recorre Islandia. Aquí se encuentra la playa de arena negra conocida como Reynisfjara o “Black Sand Beach”, así como el mirador de Dyrholaey (uno de los más bonitos de la isla). 

visitar Reynisfjara

Los motivos por los que visitar Reynisfjara podríamos resumirlos en la oportunidad de caminar por una playa de arena negra de más de tres kilómetros de longitud, conocer la leyenda de las rocas conocidas como Reynisdrangar y admirar la cueva de Hálsanefshellir.

Esta última no llama la atención por su profundidad, sino por las centenares formaciones de basalto con forma de órgano de iglesia que la conforman. Una obra de arte de la naturaleza volcánica de la isla que ha sido esculpida durante milenios por las olas y el fuerte oleaje. 

“Garðar”, que es como se denomina a estas peculiares columnas de basalto de Reynisfjall, tienen una altura total y aproximada de 30 metros. Además se puede visitar sin coste alguno, aunque eso sí, está prohibido escalar o subirse encima.

Si te recuerda a la famosa Calzada del Gigante en Irlanda del Norte, es normal, se trata del mismo fenómeno.

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Monumento Natural de los Órganos: el tesoro de La Gomera

Visitar el Monumento Natural de los Órganos

El Monumento Natural de los Órganos es el tesoro mejor guardado de La Gomera. Tal es así que para poder visitarlo deberemos coger un barco. Te prometemos que el recorrido valdrá la pena, pues esta isla canaria es un lugar privilegiado para la observación de delfines y ballenas en libertad.

A diferencia de la pared de Reynisfjara, en el caso de La Gomera, se trata de un enorme acantilado de más de 80 metros de altura. De hecho, cada columna tiene un grosor aproximado de un metro que se conserva en perfecto estado gracias a lo recóndito del lugar y de estar protegido bajo la designación de “Monumento Natural”.

Pero, ¿cómo se creó esta excepcional y caprichosa formación rocosa? Según diferentes estudios:

“En sus orígenes era parte de un volcán que entró en erupción. Esta extraña formación se explica por la viscosidad de las lavas que hizo que ascendieran con mucha dificultad y muy lentamente por el conducto eruptivo. Cuando finalmente se enfriaron, lo hicieron formando la estructura hexagonal que se puede ver ahora. La erosión las ha dejado al descubierto”.

Además, en este caso, no solo se extiende hacia el cielo, sino también hacia las profundidades del océano. Un hecho que a su vez ha influenciado en la creación de un ecosistema marino único.

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¿Y tú conocías la formación rocosa de la playa Reynisfjara? ¿Y el Monumento Natural de los Órganos en La Gomera? Te leemos en comentarios.

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