Soy heterosexual y salvo que David Beckham me tire la caña lo seguiré siendo. Creo que nadie se resistiría a los encantos de David Beckham. Mujeres, hombres, perros, gatos, cabras… ningún ser vivo. David Beckham no puede dejar indiferente a nadie. Sin embargo, David Beckham puede conseguir que los demás sí sean indiferentes. Su hijo Brooklyn se casaba hace unas semanas en Miami y una de las fotos publicadas en los medios fue esta:

David Beckham

Posar con Beckham es saber que nadie se va a fijar en ti en una foto. Nadie. Posar con David Beckham es una putada. No sé expresarlo mejor. ¿Cuántas veces os han enviado esta foto? Y cuántas veces habéis leído: “Joe Beckham, qué mamón”. “Yo flipo con Beckham”. “¿Has visto lo bueno que está Beckham?”. “Oye, uno es Beckham, pero… ¿los otros quiénes son?”. No son nadie. Son indiferentes. Todo el que posa con Beckham es indiferente. Tiene como un efecto pixelador que hace que no veamos nada más.

David Beckham está bueno con gorra, con gorro de playa, con gorro de lana, con sombrero, con chistera, con el pelo engominado, rapado, rubio, con trenzas, con melena. Con las orejas de reno que nos ponemos en Navidad, con un pene de plástico en la cabeza en la típica despedida de soltero londinense, con una servilleta como doña Rogelia… da igual. Siempre. A David Beckham le quedan bien hasta los zapatos humeantes que nos ponen en las boleras. 

Me imagino el día la celebración de la boda junto a los Peltz a todos los invitados huyendo de cualquier foto en la que saliera Beckham. Es humillante. Ni con tus mejores galas puedes competir. Y esto es demostrable. Basta con volver a mirar la foto más arriba y darte cuenta de que tus ojos se fijan solo en Beckham padre. Tremendo. Una vez Victoria dijo: “Cada mañana cuando me despierto al lado de David y le miro me doy cuenta de lo afortunada que soy”. Y tanto. Este señor, este Sir, está guapo hasta durmiendo. Con la boca abierta y la babilla colgando, con legañas. Es igual. 

He de confesar que durante su etapa en el Real Madrid me lo encontré en La Broche, por aquel entonces uno de los mejores restaurantes de la capital. No me puede resistir, me levanté y lo saludé. Le conté que era yo quien le ponía voz en sus anuncios de Pepsi en España. Le hizo gracia. Nos hicimos una foto con esos móviles de antes y se fue. En la foto solo se le ve a él. A mí nadie me ve por eso de su efecto pixelador. Espero no volver a encontrarme con él. Estoy muy enamorado de mi mujer y no querría tentar la suerte. 

God Save David Beckham!

SIN FILTROS. @Fede_dejuan

Federico de Juan