Los coches eléctricos no son ninguna novedad

Fue en 1828 cuando se fabricaron los primeros coches eléctricos, a pequeña escala claro, de apenas uno o dos pasajeros y con poco autonomía. Posteriormente, en 1870, se comenzaron a crear coches eléctricos más prácticos pero no sería hasta 1889 cuando llegaría el primer vehículo eléctrico a Estados Unidos donde en apenas 10 años la propia aristocracia se comenzó a movilizar en ellos haciéndolos cada vez más populares.

Antes de Ford y la fabricación en masa

Entre 1900 y 1912, fecha en la que datan los inicios de la fabricación en masa de automóviles de Henry Ford, los vehículos eléctricos eran los más vendidos en norteamérica siendo 1/3 de los vehículos en circulación.

Entre 1900 y 1912 los vehículos eléctricos eran los más vendidos en norteamérica

La alta demanda provocó que los investigadores se centraran en innovaciones para estos vehículos. El propio Thomas Edison trabajó en una batería de mayor durabilidad, incluso, Ferdinand Porsche (creador de la marca deportiva) se apuntó a la moda del eléctrico y creó el primer híbrido de la historia del automóvil: el Lohner-Porsche Mixte (1901) que se movía gracias a la electricidad generada por un motor de gas que se almacenaba en una batería y permitía hacer uso de ambos motores para moverse.

La fabricación en masa trajo el Model-T pero el descubrimiento de petróleo en Texas y la situación económica de 1930 provocó el declive de los automóviles eléctricos en aras del incremento de la venta de los de óleos. La mejora de las carreteras y los bajos precios establecidos después de la Gran Depresión Norteamericana fomentaron las ventas de otro tipo de vehículos. El motor de combustión interna y las mejoras del mismo dejaron casi en el olvido a los eléctricos.

Los años 70 y el comienzo del cambio

Pero llegaron los 70 y con el conocimiento de la polución ambiental de los coches de combustión comenzaron a decretarse las primeras normas de regulación de emisiones. A las que se le sumaron los altos precios de la gasolina reavivando de nuevo el interés por una vía alternativa: los eléctricos.

El hito histórico de que el Rover lunar fuera un vehículo de energía eléctrica significó también un punto a tener en cuenta por parte de los fabricantes y los intereses comerciales. General Motors creó, por aquel entonces, un modelo de coche urbano eléctrico en el primer Simposio por el Desarrollo de Sistemas de Baja Polución en 1973.

Que estos coches tuvieran limitación en su recorrido autónomo y baja potencia en sus motores provocó un nuevo desinterés por los mismos.

Toyota Prius. El impulso comercial que necesitaban los eléctricos

En los 90 se comienzan a implantar nuevas regulaciones a los fabricantes y aunque en el año 1996 GM lanzó el EV-1 no será hasta 1997 que Toyota lanzaría el primer híbrido en masa al mercado: el Prius. No sería hasta su llegada al mercado global que se notaría el impacto real del vehículo en la sociedad. Se convirtió durante años en el más producido y vendido de la casa nipona.

Tesla. La empresa que cambió a los eléctricos

La llegada de Tesla al mercado fue el último empujón que necesitaba el coche eléctrico para cobrar fuerza a nivel internacional. Y vaya que así fue. Tesla se ha convertido en uno de los coches más demandados en la actualidad. Con un aumento del 600% de ventas solo en España durante 2017 y un nuevo modelo en el mercado actual se encuentra en el top 10 de los coches más deseados.

Más de medio millón de personas han realizado su pedido superando así a marcas como Ferrari o Lamborghini.

Otro detalle de la compañía de Elon Musk es que ha sido capaz de superar no solo en deseo sino en carretera a coches de la talla del Ferrari LaFerrari, el Lamborghini Aventador o el propio Bugatti Chiron ya que el Tesla Roadster 2019 ha batido el récord del mundo de 0-100 km/h bajando a 2,1”.

El mercado mejora y se expande

El incremento del deseo de la población de comprar un Tesla en los últimos años ha provocado una reacción en cadena por parte de las demás compañías que ven cómo se abre este “nuevo” mercado. Mercedes-Benz, Ford o Volkswagen son algunas de las grandes marcas que se han lanzado de lleno a mejorar y ampliar su oferta de vehículos eléctricos.

Esta competitividad se está centrando en la comodidad y en la mejora de la tecnología de los propios eléctricos (baterías más duraderas, mejoras en el rendimiento, autonomía en la conducción…). Nos encontramos ante el auge de una nueva generación de automóviles de energía limpia que dicen adiós a los humos y al ruido.

La casa Smart ha confirmado que abandonará la venta de coches con motor de combustión a finales de marzo de 2019. El modelo 3 de Tesla llegaba a Europa a finales de diciembre de 2018 y comenzará a crear expectación en el viejo continente por este tipo de vehículos que nos permitirán mantener nuestras ciudades limpias y reducir la contaminación generada hasta ahora.

Presente y futuro de los coches eléctricos

Los vehículos de gasolina seguirán teniendo adeptos y hay una gran mayoría de personas que no desean que exista un abandono total de la gasolina. Pese a ello, y teniendo en cuenta que los magnates del petróleo son los primeros que no desean esto, se han comenzado a tomar medidas a nivel mundial. India ya ha firmado una normativa que asegura en el año 2030 solo se permitirá la venta de vehículos eléctricos. Francia y Reino Unido han aprobado una ley donde confirman que dejarán de vender gasolina y diesel en 2040. Y así sucesivamente con varios países más de todo el globo.

Los propios fabricantes, como es el caso ya mencionado de Smart o General Motors, confirman que antes de 2023 lanzarán al mercado al menos 20 nuevos coches eléctricos.

Las estimaciones de los expertos en la materia aseguran que sobre el año 2040 el 32% de las ventas en automóviles a nivel mundial serán vehículos eléctricos. El futuro del automovilismo ha tardado en hacerse un hueco pero ya está aquí. Y ha llegado para quedarse.

Darío Ruiz