En el corazón del Teatro Lope de Vega, en plena Gran Vía madrileña, y entre bambalinas entrevistábamos a un sonriente Tiago Barbosa. Lo hacíamos mientras su equipo de maquillaje lo transformaba en su alter ego, Simba, hijo de Sarabi y Mufasa en aquel Rey León que hace ya 25 años nos emocionaba por primera vez en la gran pantalla.
Tiago, ¿qué querías ser de mayor cuando aún eras niño? A lo que respondió tras sorprenderse de la pregunta…
Por muy extraño que parezca, cuando era niño soñaba con hacer política, lo hacía casi a la para que ansiaba ser médico. Soy consciente de que no tiene nada que ver con mi profesión actual, pero si digo que quería ser artista mentiría.
¿En qué momento viste la música y la interpretación como una posible profesión?
Pues lo cierto es que creo que esa parte artística me viene un poco de mi padre, él trabajaba con la música, era compositor y tocaba instrumentos como la guitarra y el piano. También por mi madre, a ella le gustaba mucho la música. Disfrutaba cantando en la iglesia. El momento concreto creo que fue cuando con 12 años mis padres nos metieron a mis hermanos y a mi a estudiar de la mano de una orquesta sinfónica. Empecé tocando el clarinete y el saxo, y comencé a ganar algo de dinero a través de la orquesta. Cantar en mis inicios fue solo un hobby.
Ya con el Tiago artista, un joven informado al que le gusta debatir de política y que aún tiene la medicina como algo pendiente, preguntábamos por su primera película de Disney. Tras segundos de reflexión sabiendo que dudaríamos de su respuesta…
El Rey León (contestó a la par que en mi cabeza sonaban redobles de tambores), la primera película de Disney que vi en un cine fue esa, es más, fue la primera vez que mis cuatro hermanos y yo pisábamos una sala de cine. Nos impactó tanto que cuando acabó la película nos quedamos allí y la vimos dos veces más. Lloré mucho y cuando, por fin, salí de allí me pasé meses hablando de la película, de hakuna matata, de Timón y Pumba… La muerte de Mufasa hizo pensar.
¿Y tú película favorita?
En Brasil la llaman Moana y creo que aquí en España es Vaiana, ¡me gusta un montón! Es una película muy bonita, muy feminista y me encanta.
Volviendo a El Rey León… ¿cuál fue tu personaje favorito entonces? ¿Y cuál lo es hoy?
Precisamente Mufasa, me pareció una representación de “el padre” preciosa. Y, hoy por hoy, aún siendo Simba sigue siendo Mufasa. El amor que transmite hacia su hijo, hacia su reino… su forma de gobernar, de amar, de decir, de orientar, de educar me parece admirable, creo que supieron plasmar en él los verdaderos valores de las personas.
Cuando sea padre no voy a tener miedo de educar a mi hijo en la verdad y creo que Mufasa precisamente hace eso. Me gustaría educarlo en la igualdad, en no distinguir por venir de un sitio u otro, y Mufasa hace eso. Sí, sin duda, es él mi personaje favorito (reflexiona). La familia es la base de todo y, este padre me gusta un montón. Hay mucho que aprender de Mufasa.
¿Qué escena de la película fue la que más impactó?
Aquella en la que Sarabi se enfrenta a Scar al final de la película. En ella se ve a una leona, a una madre, a una mujer muy fuerte que no pierde en ningún momento sus principios. Una feminista madre de Simba en una época en la que no se hablaba del feminismo como lo hacemos ahora.
Y en el musical, ¿cuál es la escena que más te gusta?
Me encantan todos los momentos en los que sale Rafiki, sobre todo ése en el que Rafiki guía a Simba para que regrese junto a su familia. La identifico con nuestras abuelas, habla con Simba usando un lenguaje que entiende y le enseña que hay un momento en la vida en el que hay que dejar de ser un niño para convertirse en un hombre. Es una escena en la que le enseña que hay que dejar de tener miedo del pasado y seguir hacia delante, y esto es algo que podemos aplicar a nuestras propias vidas. Para mí es un personaje entrañable que transmite a Simba que todo va a salir bien, y eso… me encanta.
¿Qué sentiste cuando supiste que serías Simba?
Fue un día que jamás olvidaré. En Brasil hice la audición frente a Julie Taymor (directora del musical) y, sin duda, marcó un antes y un después en mi vida. Fuimos más de cinco mil los chicos que nos presentamos. En la última audición, ya frente a las cámaras, yo pensaba que lo que estaban haciendo era trabajar una base de datos para Disney pero no, y lo supe cuando una Julie Taymor a la que yo desconocía, tras escucharme paró todo, me llamó y sin apenas deliberar con el resto de profesionales que allí estaban y dejando a otros chicos fuera me dijo sin pensárselo dos veces “eres Simba”. Sinceramente, no sabía muy bien a qué se estaba refiriendo pero insistió en que no debía dejar que nadie dudara de mi voz. En ese momento entendí que después de tanto esfuerzo había logrado aquello en lo que soñaba. Lo primero que hice fue llamar a mi madre y decírselo.
¿Y cuando te ofrecieron el papel en España?
Dudé mucho, me encantaba pensar en representar a Simba en Gran Vía pero lo cierto es que yo no hablaba nada de español. Sabía que mi hueco aquí era como cover (intérpretes que cubren los personajes principales) de Simba, yo era la tercera posibilidad de cover porque los otros chicos ya hablaban español.
Acepté, se trataba de una oportunidad única, en Brasil ya se había acabado el musical y en Madrid llevaba años y aún tenía vida. Me puse a estudiar, le pedí a producción clases de español y de fonética y con el tiempo llegó mi momento.
Julie Taymor tras escucharme paró todo, me llaó y me dijo sin persárselo dos veces «Eres simba»
Fuiste a ver El Rey León con tus hermanos y tu madre, ¿qué opinan ahora ellos? ¿Han podido verte sobre el escenario?
Para mi familia soy un claro ejemplo de obstinación, cuando quiero algo voy a por ello, aunque sea debo intentarlo. Sí, claro que me han visto actuar. Es curioso porque la primera vez que mis padres fueron a un teatro fue para verme a mí sobre el escenario. Imagínate, fue una locura, su primera vez en un teatro, precisamente con El Rey León y a mí interpretando a Simba. La vivencia fue increíble.
Volviendo de nuestro pequeño viaje en el tiempo, ¿qué puedes decirnos de tu día a día?
La vida de un actor de musical es como un celibato. Me despierto, no hablo, no hablo ni siquiera con mi chico, bebo agua, desayuno muy bien, veo un poco de política (ríe) y me voy a entrenar. En cuanto termino el entrenamiento voy al teatro para mis clases de fonética. Suelo llegar muy temprano para concentrarme en el camerino, quizá sea demasiado perfeccionista pero creo que se lo debo a los que cada día se sientan en las butacas del Lope de Vega. Necesito concentrarme, sobre todo, para “cambiar el chip con el idioma” y comenzar a pensar en español.
Tras esto llega el momento de la obra y cuando termina vuelvo a “intentar” no hablar (sonríe). Por lo menos intento no hablar hasta llegar a casa. Con el frío de Madrid es muy complicado cuidar la garganta y, como dato curioso te digo que cuando llego al teatro intento desabrigarme todo lo que puedo. Me paso toda la obra prácticamente en bañador y necesito aclimatar mi cuerpo.
Para mi familia soy un claro ejemplo de obstinación, cuando quiero algo voy a por ello, aunque sea debo intentarlo
Para terminar preguntamos a Tiago por su futuro en España y en El Rey León y nos comentaba que se ha enamorado de nuestro país, que le encanta el clima, la cercanía de la gente, el idioma y que pretende quedarse aquí por mucho tiempo. Tuvimos también la oportunidad de preguntar a Quique Comyn, la persona encargada de gestionar la prensa del musical, por el futuro de la obra y nos confirmó que hay Rey León para rato. Quique compartió con nosotros una pequeña reflexión personal y es que, según él, es sorprendente que el Lope de Vega se llene cada tarde desde hace ocho años. Nos comentaba también que apostar por no mover el musical a otros teatros fue algo difícil pero se ha convertido en todo un éxito ya que ahora mismo Madrid es sinónimo de Rey León y viceversa.
En cuanto a Tiago, comentarles que terminó la entrevista nombrando sus ansias de crecer en el escenario para ofrecer un mejor espectáculo a los asistentes y que con sus 34 años recién cumplidos sigue pensando en la medicina.
Nos encantó haber podido realizar esta entrevista. Nos encantaron Tiago y el musical casi a partes iguales. Sin duda El Rey León como escapada obligatoria.
Paola Bonilla Fotorafías: Francisco Fernández