Si te cuesta encontrar un momento o motivo para afrontar una gran limpieza en casa y en tu vida, el Osoji es tu ritual para despedir el año. Sencillo, renovador y liberador, el método que inspiró a Marie Kondo y que en Japón se suele llevar a cabo el 28 de diciembre, tanto en el hogar como en las oficinas y centros educativos. 

Una costumbre muy antigua con orígenes budistas que tiene como objetivo desprendernos de aquello que no nos hace bien ni necesitamos. No solo a nivel material y físico, sino también, emocional y espiritual. Se trata de empezar el nuevo año con energías renovadas.

¿Quieres saber más sobre el Osoji? Te lo contamos todo.

Origen

El origen del Osoji en Japón es un tanto incierto, si bien tiene claras influencias del budismo, se cree que esta práctica se remota al periodo de Edo (1603-1868). Durante esta época, los japoneses llevaban a cabo el 13 de diciembre un ritual conocido como “Susu Harai” o limpieza del hollín y consistían en limpiar las casas, templos y castillos de este polvo que se solía acumular en el suelo del tatami, entre otros.

Con el tiempo, no solo se limpiaba el hollín, sino que se hacía un repaso profundo a toda la casa, cuerpo y mente cuando se acercaba el final del año.

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Limpieza física y emocional con altas dosis de ‘cleanfullness’

¿Alguna vez has recurrido a la limpieza cotidiana para aliviar tu ansiedad? Es una práctica muy común en personas que sufren un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que son muy organizadas o les gusta tener todo bajo control. Es lo que hoy se conoce como “cleanfullness” una fusión entre limpiar y hacer mindfulness. Pues si extrapolamos esto al Osoji, conseguimos un reseteo maravilloso para finalizar el año.

A nivel físico y del hogar, se trata de poner el foco en esas zonas o cosas que no solemos limpiar de manera habitual: lámparas, ventanas, edredones o almohadas. Asimismo, incluye deshacernos o donar ropa que ya no utilicemos, así como objetos como cajas, bolsas o recibos del supermercado que hoy forman parte de la decoración de tu hogar.

Osoji, el ritual de limpieza japonés

Pero, más allá de quitar el polvo, también incluye examinar y dejar atrás todo aquello que no queremos en nuestra vida o que nos está afectando de alguna manera: relaciones tóxicas, deudas, objetos rotos, malos hábitos. Es el momento de abordar un plan para ponerle remedio o fin.

El ritual de limpieza Osoji tiene muchos beneficios a nivel físico y mental. Nos permite empezar el año con energías renovadas, al deshacernos de todo lo innecesario y cerrar asuntos pendientes.

Si es en familia o con tu pareja, mejor

Osoji, el ritual de limpieza japonés

Si bien el Osoji es una cuestión muy personal, es importante que si vives con más personas sea llevado a cabo en conjunto. En especial, cuando haya objetos personales de por medio, pues no puede quedar ningún rincón sin examinar. 

Por lo que, recuerda hablar con tu pareja o familia para intentar llegar a un acuerdo de cuándo y cómo llevaréis a cabo el Osoji. De hecho, aunque de primeras pueda parecer un poco caótico, os unirá más.

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Claves para practicar el Osoji

Osoji, el ritual de limpieza japonés

Ahora que ya tenemos claro las cuestiones más fundamentales del Osoji, vamos con algunas claves que debes tener en cuenta para poner en práctica este ritual de limpieza japonés.

Para empezar, reserva un día entero para llevarlo a cabo y ten preparadas bolsas, cajas y productos de limpieza. También, deja que circule el aire por toda la casa, es crucial ventilar bien y abrir puertas y ventanas.

El segundo paso, es empezar por las zonas más altas. El polvo que más suele perdurar es el que se acumula en techos, lámparas y las partes superiores de los muebles. Lugares que no vemos o prestamos atención con regularidad. 

Una vez tengas lista la parte superior, vete poniendo el foco en el resto hasta llegar al suelo, esto será lo último. Además, el Osoji recomienda comenzar y concluir una habitación o espacio antes de continuar con la siguiente. También, empezar por la cocina y el baño, pues son los que te requerirán más tiempo.

Una vez hayas revisado lo que no te hace falta, guardado en bolsas o cajas, limpiado y ordenado, el último paso es encender una vela con algún olor agradable y relajante (lavanda, vainilla, canela…) para trabajar la parte emocional. En esta, lo ideal sería contar con la ayuda de un profesional de la salud mental, especialmente, cuando se trata de cortar relaciones tóxicas.

Osoji, el ritual de limpieza japonés

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