ENTREVISTA.- Entrevistamos a Victoria López.

En la web de Grupo Fedola se presentan como un grupo empresarial familiar, cabecera de un gran holding constituido por 17 empresas y 28 marcas comerciales diferentes, y más de 65 años de historia. La segunda pregunta tras esa presentación corporativa es indispensable, ¿se enorgullecen de ser un grupo empresarial familiar? ¿Qué significado tiene eso 65 años después?

Por supuesto que estamos orgullosos porque me ha permitido tener valores consolidados que hemos podido transmitir a toda la organización y respirarlos en nuestros equipos. En todos estos años, la capacidad de saber transmitirlos ha fortalecido el sentimiento de pertenencia en Grupo Fedola. Gran parte de ese mérito lo tiene primero mi padre, por crear y sacar adelante la empresa con valores muy claros y después nosotros, sus hijos, por mantener y fortalecer esos valores. Sinceramente creo que con el esfuerzo de todos conseguimos estar conectados en la misma dirección, eso solo se puede hacer desde una empresa familiar.

¿Cuáles son las principales diferencias entre una empresa al uso y una familiar según su experiencia? ¿Es una empresa familiar un valor añadido?

La cultura sin duda. En una empresa familiar es la herramienta que conecta emocionalmente a todos sus miembros, en otras es más difícil conseguir esa conexión porque esa cultura muchas veces está ligada a la figura de una familia propietaria. Para eso es fundamental que la familia sea coherente con esos valores culturales ya que la confianza de los equipos es difícil ganarla y muy fácil perderla.

La gente no es tonta, no cede su confianza tan fácilmente y sin embargo cuando has conseguido crear ese vínculo de confianza tienes que verlo como una gran riqueza y es ahí cuando no puedes fallarles.

¿Pros y contras de una empresa familiar?

Pues estar unidos, sentimiento familiar, valores compartidos con la gente que te hace tener orgullo de pertenencia y además de compartir momentos buenos y no tan buenos juntos. También tener las decisiones en nuestras manos y saber que el esfuerzo tiene recompensa para tu negocio y para un
entorno que no depende de un consejo de administración donde los accionistas ni se conocen.

¿Contras? La inestabilidad empresarial que puede causar una familia que no consigue consensos. En nuestro caso todo se lleva a un Consejo donde hay normas que ayudan a que esas diferencias no sean importantes porque al final todo se decide ahí, en armonía. Sin embargo, conozco empresas
familiares que se hunden por la mala responsabilidad de la familia propietaria. La clave del éxito estará en que la familia no se crea la única autoridad en la empresa. Tiene que rodearse de personas profesionales que sepan incluso más para tomar decisiones profesionales, sin dejarse llevar por los lazos familiares.

VICTORIA LÓPEZ (GRUPO FEDOLA)
Edad: 49
Cargo en la empresa: Presidenta de Grupo Fedola
Años en la empresa: Más de 20 años
Titulación: Diplomada en Ciencias Empresariales (ULL) y Máster en Dirección de Empresa.

¿Qué otra cosa le hubiera gustado ser o qué le hubiera gustado estudiar si Fedola no hubiera marcado su vida?

La verdad es que este mundo de la empresa me encanta. Sin estar todavía ligada a Fedola, quise tener mi primera experiencia creando un pequeño negocio minorista de zapatería. Me fue bastante bien, me sirvió para darme cuenta de que mi mundo era estar en contacto con los clientes. Un día mi
padre me planteó incorporarme a la empresa familiar, me decía que iba a ser nuestro futuro. Así que estuve unos años con ambas responsabilidades hasta que escogí el camino del Grupo y vendí mi propia empresa. En definitiva, me hubiese gustado gestionar comercios.

En 65 años a sus espaldas Grupo Fedola habrá vivido de todo, ¿cuál es ese momento que le hace sonreír y cuál el que menos le gusta recordar?

Me encanta el contacto con la gente, con mis compañeros, es el mejor momento. Abrir una nueva empresa, conocer nuevos compañeros eso me hace sonreír. El momento que menos me gusta recordar es octubre 2009, cuando la situación de crisis amenazó la sostenibilidad financiera de
nuestro grupo y nos hizo tambalear. Sin embargo, fue nuestra gente, todos nuestros compañeros, quienes con su esfuerzo salvaron la empresa, a ellos les debemos las sonrisas.

Es usted parte de la segunda generación de la empresa, ¿cree que tenemos Grupo Fedola como empresa familiar «para rato»?

Pienso que sí, ya que tenemos muy bien organizado nuestra continuidad. Las familias propietarias no solo son responsables para tomar decisiones y hacer rentables las empresas, también deben ser responsables para mantener toda la estructura de forma sólida, con transparencia y cariño.

¿Hay vida después de Fedola?¿Cómo distribuye sus tiempos la máxima responsable de la empresa?

Por supuesto que hay vida, disfruto mucho de la familia, me encanta el mar, navegar… También me agradan las comidas familiares, sin embargo, reconozco que me he hecho perezosa para las fiestas, me gusta más una buena cena compartida con amigos en casa. Trabajo todo el día y procuro llevar al día mis responsabilidades, pero es importante delegar en
equipos. Es muy aconsejable buscar ayuda en los compañeros para sacar juntos todo el trabajo del día. Estoy orgullosa de ellos.

Con respecto al tan nombrado «empoderamiento de la mujer», ¿se trata de una moda o siempre ha estado ahí?

A la mujer le falta mucho para llegar al nivel de los hombres en consideración, en salarios, en responsabilidades estratégicas de puestos directivos… desde mi posición seguiré luchando por la NO discriminación, porque he conocido grandes mujeres que sería una pena que las empresas se perdieran su potencial.

¿Qué le pide al 2020?

Mantener cada una de las empresas que tenemos, que sean sostenibles económica y socialmente y que protejan el medio ambiente. Cuidar cada uno de los puestos de trabajo que tenemos para no perder ninguno. Y ya por soñar, impulsar cada una de las empresas que tenemos, hacerlas más
grandes. De momento no nos planteamos diversificarnos en más sectores.

Paola Bonilla
Francisco Fernández (fotografía)