Las vacaciones de mi compañera Dévora y la agenda de Valeria Castro, y la mía propia, me han llevado a entrevistarla a través de una videoconferencia desde un bar en el remoto pueblo de Frontera (El Hierro). Lo primero que hago al llegar, además de intentar conseguir una mesa alejada con un enchufe cerca, es pedir un refresco. Una lata de refresco que se quedó sin abrir durante nuestra charla porque Valeria me dejó enganchada.
Antes de empezar con la batida de preguntas me confieso y le comento que en mi vida solo he llorado con dos canciones (nada de palabrería, totalmente cierto), la primera vez fue con “Barcelona”, de mi querido Freddie Mercury y la espectacular Montserrat Caballé y, la segunda, con una de las primeras obras de Valeria Castro, “Guerrera”.
Valeria, humilde y cercana, se sonroja al escucharme decir eso. A partir de ahí comenzamos la entrevista.
No puedo comenzar sin preguntarle primero por cómo se encuentra y por cómo está viviendo el lanzamiento de su primer álbum y su primera gira internacional. Ella no duda ni un momento, “estoy muy contenta, no lo podría estar más, estoy viviendo un momento precioso, un auténtico sueño”. Desde ese momento, entramos en confianza y nos ponemos profundas, la oportunidad lo merece.
Valeria Castro es alma y sentimiento, nos tiene acostumbrados a abrirse en canal a través de sus letras y le preguntamos: “¿es ése tu estilo?”. “Pues sería muy bonito decir que ése es mi estilo, el de abrirme en canal. Además no me gusta nada etiquetarme en estilos musicales, creo que es más bonito decir que mi estilo es el de ser sincera y escribir con honestidad, así que me parece que a partir de ahora lo voy a acuñar así. ¿Mi estilo? Abrirme en canal a través de mis letras”.
La pantalla se pixela un poco y el audio se entrecorta, cosas de la tecnología y del directo, pero logramos seguir con la entrevista y le pregunto por cómo se han fraguado las canciones de este primer disco, ¿hay un horario para escribir o la inspiración manda? Valeria se sincera y comenta que «ni la una ni la otra», nos dice que ella es consciente de que está haciendo un disco pero que necesita encontrar la inspiración, más que eso, insiste en que lo que necesita es ser fiel a lo que siente y encontrar el momento en el que necesita desahogarse, sacar las cosas de dentro y poderlas plasmar a nivel musical.
¿Qué o quiénes son tus musas? “Esta respuesta la tengo muy clara. Mis musas son al 100% mi familia y mi tierra. Soy consciente de que la música es un altavoz muy importante que esconde una gran responsabilidad detrás, por ello, lo que más me apetece es dar valor a lo que considero importante: la familia y la tierra. A lo largo de la historia de la música hemos podido disfrutar de muchas letras enfocadas a experiencias románticas. Ya están ahí, y me parece que debemos de utilizar la música también para otras cosas, por ejemplo, dar voz a injusticias sociales”.
“La raíz” es, quizá, ese hombro donde llorar, ese mejor amigo que te consuela con palabras acertadas, Valeria Castro es, en esta canción y, prácticamente, en todas muy generosa. ¿Eres consciente de ello?
Su respuesta no defrauda. “Sinceramente creo que quienes son generosas son aquellas personas que me regalan parte de su tiempo. A veces tres minutos y otras una hora. Soy consciente de la valía del tiempo de las personas y estoy tremendamente agradecida. Igualmente, me parece curiosa esta reflexión de la generosidad porque realmente estas canciones nacen de la terapia, de un consuelo propio a la hora de escribirlas y, quizá, un consuelo también por parte de quienes las escuchan. Me parece que la balanza está muy equilibrada, al final, cada uno da lo que recibe”.
Ella nombra la terapia y yo tenía la palabra en mayúsculas escrita en el folio en el que había escrito las preguntas mientras viajaba desde la isla de Tenerife a la isla de El Hierro aquel día. Había leído en otras entrevistas sobre el vínculo de este álbum con la terapia, en definitiva, con la importancia de la salud mental, por lo que aprovecho y le pido que me hable más sobre ello.
“El disco que acabo de componer no lo podría haber compuesto hace cuatro años, es fruto de un proceso en el que he aprendido, entre otras cosas, a respetar y valorar mi voz. También a aceptar las críticas. Sin duda, las experiencias que he vivido han marcado mucho y la terapia con mi psicóloga ha sido indispensable. Las canciones del disco están escritas desde el amor propio y ése no viene de fábrica, hay que cultivarlo”.
Sus letras y sus ritmos son contagiosos sí, pero sus silencios son abrumadores así que aprovecho y le pregunto por ellos.
“Lo que busco en mis canciones es emoción y, sin lugar a dudas, el silencio es una parte responsable de esa emoción. Creo que la vida misma es eso, el bullicio y el silencio. Para mi, plasmarlo en la música es algo importante, significa mucho, con él plasmo cómo soy yo. Vivo en una vorágine con marcados momentos de calma en los que el silencio es muy importante. Creo que son claves para el equilibrio que se necesita para llegar a la gente de una manera directa y pura”.
La respuesta me gusta, los silencios son importantes para un cantautor, de la misma forma que lo son los puntos y las comas para un escritor. Mi refresco sigue cerrado, estoy tan enganchada con Valeria que lo mejor será seguir preguntando.
“Un hogar” abre y cierra con la voz de su abuela relatando la experiencia que vivió con el volcán de La Palma y me encantaría saber cómo fue ese momento.
Ella responde, con voz algo quebrada, que «el audio ya lo tenía, era un audio de Whatsapp», y que a su abuela le hizo mucha ilusión saber que formaría parte de una de sus canciones, pero más ilusión aún escucharla. Comenta también que aprovechó la última vez que estuvo en casa para que la escuchara y que fue ilusionante ver cómo una lagrimita caía por su mejilla a medida que la escuchaba. “Una lagrimita de sanación”, reza Valeria.
“De la memoria se aprende”
Valeria Castro
Hablemos de la memoria… son muchos los afectados por la tragedia del volcán, personas a las que la experiencia les ha obligado a restar valor a lo material para dárselo a los recuerdos, a las vivencias. La memoria es…
“Para mi la memoria es prácticamente todo. En la memoria se guarda lo bueno y lo malo y, sobre todo, lo que se aprende. De la memoria se aprende. Poner en mi música la presencia de la memoria, el recuerdo y lo aprendido es fundamental por principios. Porque baso mi existencia en no olvidar de dónde vengo y lo que soy, precisamente por eso, por lo que vino antes. En lo musical es el timple canario, los tambores gomeros, los tambores herreños. En lo personal la memoria es todo lo que hemos vivido y olvidarlo sería perder, perder una parte importante de la vida”.
Me viene a la mente un extracto de una de las nuevas canciones, “cómo voy a saberlo si no canto lo que siento” (llevo tarareándola toda la semana), hablábamos de cómo la terapia fue un hilo conductor en este primer álbum pero me pregunto… ¿es la música una forma de hacer terapia? Ella, fiel a su cercanía y su verdad, confiesa que sí, que este disco lo ha compuesto desde la ansiedad, la tristeza y el sufrimiento. Explica cómo componer era la última etapa de esos procesos emocionales. “Cada una de las canciones de este disco ha sido parte de mi proceso de cura”, confiesa.
Me pasaría la mañana preguntándole por las letras de sus canciones pero… solo una más… “Para ser de una y también de la gente”, difícil, ¿no?
“Lo es. Pero creo que es una frase que resume a la perfección la esencia de este disco. Es un disco, como decía, de amor propio, de saberte querer, pero también lo es de amor hacia quien lo escucha”.
¿Qué esconde “con cariño y con cuidado”?
Valeria Castro cambia el tono, sonríe y comenta que eso no se lo habían preguntado todavía pero que le gusta mucho la pregunta y confiesa que se trata de una canción que escribió para sus padres pero que, además, esconde una definición muy clara de sí misma. “Ellos me han tratado siempre así, con cariño y con cuidado, y para mí, cerrar el disco de esa manera era muy importante. Es la forma con la que me han enseñado a hacer las cosas, con cariño y con cuidado. Me siento cien por cien representada en esas cinco palabras”, asegura sonriente.
Se nos acaba el tiempo pero no puedo cerrar la entrevista sin preguntarle por su proyección de futuro, ¿tendremos Valeria Castro para rato sobre los escenarios?
“El largo plazo pasa por la música. Quiero seguir haciendo lo que hago, es lo que me gusta, siempre soñé con ello”.
Texto: Paola Bonilla
Fotografía: Alba Yruela