Una casa pasiva es aquella que cuida todo el proceso de construcción, desde la elección de materiales hasta la orientación de la misma, consiguiendo crear un ambiente interior confortable sin consumo energético, buscando impactar en el medio ambiente y en el paisaje en menor medida que una casa convencional. 

Las casas sostenibles ya son una realidad cuya construcción está creciendo exponencialmente. Una casa pasiva frente a una casa convencional reduce su consumo entre un 80% y 90%, estas están compuestas por tecnologías que permiten almacenar y producir energía de fuentes renovables, y con materiales especiales que permiten autoabastecerse de calor y electricidad.

¿Cuándo se considera que una edificación es una casa pasiva?

Para que tu casa sea considerada una casa pasiva, debe cumplir un exhaustivo conjunto de normas de eficiencia energética que tienen como objetivo principal mantener los niveles de confort térmico por sí misma, prescindiendo de aires acondicionados o de sistemas de calefacción. Además de esto debe cumplir los siguientes criterios marcados por la IPHA (Internacional Passive House Association), entidad alemana gestora de los certificados para casas pasivas:

  1. La demanda de energía de calefacción no debe superar los 15 kWh por metro cuadrado de superficie habitable neta al año o los 10 W por metro cuadrado de demanda máxima. En aquellos lugares donde los climas en los que se necesita una refrigeración activa, el requisito de demanda energética de refrigeración de espacios coincide aproximadamente con los requisitos de demanda de calor anteriores.
  2. Suministro de energía renovable: La energía total que se utilizará para todas las aplicaciones domésticas (calefacción, agua caliente y electricidad doméstica) no debe superar los 120 kWh por metro cuadrado de superficie tratada al año.
  3. En cuanto a la estanqueidad, el máximo es de 0,6 cambios de aire por hora a 50 pascales de presión (ACH50), verificados con una prueba de presión in situ (tanto en estado presurizado como despresurizado).
  4. El confort térmico debe cumplirse en todas las zonas habitadas tanto en invierno como en verano, con no más del 10 % de las horas de un año determinado por encima de los 25°C.

¿Cómo se consigue cumplir con estos criterios?

 Para lograr los objetivos es fundamental que el proyectista realice un diseño inteligente, y para ello debe cumplir los 5 principios de una casa pasiva:

  1. Diseño sin puentes térmicos

Teniendo en cuenta que un puente térmico se define como: una zona de la envolvente de un edificio (ya sea la fachada, un techo que da a una terraza o tejado, o cualquier otra zona que limite el edificio con el exterior) por donde se pueden producir fugas caloríficas. Todos estos bordes, esquinas, encuentros deben planificarse y ejecutarse con gran cuidado, de modo que puedan evitarse los puentes térmicos. 

  1. Ventanas de calidad

Los marcos de las ventanas deben estar bien aislados y equipados con acristalamientos de baja emisividad rellenos de argón o criptón para evitar la transferencia de calor.

  1. Buen aislamiento

El conjunto de los componentes que forman la envolvente exterior de la casa deben estar con un aislamiento óptimo.

  1. Construcciones herméticas

Las fugas incontroladas a través de los huecos deben ser inferiores al 0,6 del volumen total de la casa por hora durante una prueba de presión a 50 pascales

  1. Ventilación con aprovechamiento de calor

En una casa pasiva, al menos el 75% del calor del aire de salida se transfiere de nuevo al aire fresco mediante un intercambiador de calor.

Para ver ejemplos de casas pasivas no tenemos que irnos al otro lado del mundo, en España tenemos varios ejemplos:

Vivienda Geodésica y Autosuficiente de Ecoproyecta, en Jumilla (Región de Murcia)

Esta vivienda es una construcción privada, situada en el Parque Regional de la Sierra de la Pina, tiene una superficie construida de 85 m2 y consta de dos cúpulas geodésicas. Realizada con materiales totalmente naturales y mortero de cal como envolvente. 

Aprovecha las energías renovables y sistema de depuración de agua, por lo que no tiene suministros de agua ni de luz. Esta edificación consume un 10% de energía. 

Vivienda geodésica en yecla. Imagen: Ecoproyecta

Vivienda EntreEncinas por DUQUEYZAMORA arquitectos en Llanes (Asturias)

Esta construcción se trata de una vivienda unifamiliar en un entorno rural. Está diseñado para conseguir un consumo de energía muy reducido, dado que recoge el agua de lluvia de la cubierta y la almacena para el uso del agua del hogar (lavabos, lavadora, inodoro, etc). Asimismo, el 80% de todos los productos de este hogar son energías renovables: radiador de agua, caldera eléctrica individual, paneles solares y caldera de leña.

Está realizada con materiales de corcho, estructura de madera, aislamiento de vidrio celular, suelos de piedra caliza, y material eléctrico de polipropileno para tuberías y cableado. 

Exterior de la vivienda EntreEncima. Imagen: DUQUEYZAMORA

Casa Pasiva Proyecto Tierra (Mallorca)

Esta vivienda si por algo destaca es por ser la primera vivienda en recibir el certificado Passivhaus Premiun de construcción con tierra. Tanto la envolvente como la estructura de la vivienda están hechas con parte de tierra. La tierra funciona como un regulador de la humedad aportándole confort a la vivienda. Cuenta con la protección de la envolvente realizada en ladrillo de barro cocido, recubierto con capas de mortero de cal.

Fuente: plataforma-pep.org/

Casa Bioclimática GG por Alventosa Morell Arquitectes en Barcelona

Esta es una vivienda unifamiliar de una sola planta, que contó con un presupuesto reducido para su construcción. Esta construcción cuenta con una reducción del 76,77% del consumo energético. El porcentaje de energía renovables de este proyecto es del 88%, donde se han utilizado sistemas de energías renovables que son: paneles solares fotovoltaicos, ventilación natural y caldera eléctrica individual. 

Además, está construida con materiales naturales como madera de abeto para la carpintería y acabados, hormigón visto pulido para el suelo y celulosa como aislante térmico.

Imagen: Alventosa Morell Arquitectes

Casa Vita por Egoin en Bizkaia (País Vasco)

La mayor peculiaridad de esta vivienda unifamiliar es que produce el doble de energía de la que necesita. Tiene una extensión de 170 m2 y se constituye en dos plantas. 

Esto se consigue en parte porque su cubierta de 44 m2 hay placas solares fotovoltaicas y térmicas que producen dos veces más energía de la que se consume en el hogar. 

Dispone de un sistema moderno denominado “pozo canadiense” que consiste en una ventilación de dos entradas de aire y un sistema geotérmico, que se encuentra a 50 metros bajo el suelo y que da la temperatura indicada al hogar. 

Está construida a base de paneles de madera estructurales y autoportantes que cubren la totalidad de las paredes del edificio, que esto junto con un sistema de aislamiento, provoca que reduzca hasta diez veces más su consumo energético que en una casa convencional. 

Imagen: Egoin

En conclusión a la pregunta, “¿merece la pena invertir más dinero en una casa pasiva?”, la respuesta es:

Sí, ya que las viviendas pasivas suponen un abandono de las costosas facturas energéticas para siempre y un respeto hacia el medio ambiente. Además, la Unión Europea está a la orden del día sobre el respeto medioambiental, impulsando las energías renovables, con subvenciones y ayudas, exigiendo más edificios o viviendas pasivas en las ciudades. Sin duda, por el bien de nuestro planeta, las construcciones pasivas son el futuro a corto plazo. 

Como dijo un gran maestro de la arquitectura Alvar Aalto: 

“La arquitectura moderna no significa el uso de nuevos materiales, sino utilizar los materiales existenciales en una forma más humana». 

Marta del Castillo