Mujeres de Libro: Olimpia de Gouges

Considerada una de las pioneras del feminismo, Olimpia de Gouges (Mountauban, Francia, 1748) nació en el seno de una familia burguesa. Cuando dejó su infancia atrás se trasladó a París y comenzó a frecuentar aquellos salones donde se discutía de literatura, política y sociedad.

Sus inquietudes reformadoras y reivindicativas la llevaron a emprender una carrera literaria en la que firmó más de treinta obras de teatro, novelas e innumerables panfletos patrióticos.

Sus obras versan sobre las condiciones sociales de la ciudadanía francesa, siendo su función teatral más famosa “La esclavitud de los negros” (1792). Una obra con la que pretendió llamar la atención sobre la condición de los esclavos y esclavas en Francia, y que la condujo a la cárcel tras las denuncias de la nobleza que se vio reflejada en ella.

Logró ser excarcelada gracias a unas gestiones frente al rey y se refugió en la política, decidida a triunfar en aquel mundo reservado a los hombres. 

Etapa de la Revolución Francesa

En esta etapa Olimpia aumentó su actividad en favor de la abolición de la esclavitud y ya en 1788 publicó un folleto donde esbozaba un amplio programa de reformas sociales.

Escribió sobre temas como los impuestos, la igualdad de derechos de toda la ciudadanía (con independencia de su sexo, color o nivel social), la defensa de huérfanos y huérfanas, el reconocimiento de hijos e hijas naturales o la creación de centros de acogida para mujeres. Planteó la supresión del matrimonio como institución y la posibilidad del divorcio, ofreciendo como alternativa la opción de un contrato anual renovable firmado por las partes.

Fue asimismo una precursora de la protección de la infancia y de las personas más desfavorecidas. 

Obra

Su aportación más decisiva desde un punto de vista histórico es la redacción de la “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana” (1791), que con sus 17 artículos pretendía alcanzar el universalismo que debió contemplar desde un principio la anterior “Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano”.

Su texto se convirtió en precursor a la hora de proponer la emancipación femenina y la igualdad de derechos, y en él hace una llamada a la justicia y a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres parafraseando cada artículo de la citada “Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano”.

Uno de sus primeros pasos fue el de cuestionar la supremacía de los hombres sobre las mujeres y la exclusividad del atributo de la inteligencia a aquellos. Cabe recordar que en aquel entonces las mujeres aún eran consideradas objetos cuyo ámbito se reducía a lo privado y, por lo tanto, debían someterse al rol que la sociedad les tenía asignado.

Aunque durante el período revolucionario lucharon igual que los hombres, después sus derechos fueron injustamente olvidados. 

Últimos años

Olimpia defendió la separación de poderes dentro de los gobiernos. Denunció la creación del Comité de Salvación Pública y el establecimiento de la pena de muerte.

Fue detenida bajo la acusación de ser la autora de una octavilla titulada “Las tres urnas”, en la que solicitaba un plebiscito para elegir el sistema de gobierno, reclamó que se la juzgara para poder defenderse de las acusaciones que pesaban sobre ella y evitar así el juicio sumario del Tribunal Revolucionario.

Publicó dos carteles que tuvieron una amplia difusión, “Olympe de Gouges en el Tribunal Revolucionario” y “Una patriota perseguida”, pero ya no tuvo posibilidad de escribir nada más, pues fue guillotinada el 3 de noviembre de 1793 en la parisina Plaza de la Concordia. 

Su hijo, Pierre Aubry, renegó de ella públicamente poco después de su ejecución por temor a ser detenido.