Es probable que si te pido que me digas dos edificaciones modernistas de Barcelona, la Casa Batlló, y Sagrada Familia sean las primeras en las que pienses. No obstante, en este artículo vamos a ir un poco más allá para descubrirte las casas modernistas más bonitas de Barcelona. Aunque Gaudí fue el arquitecto más famoso y aclamado, no es el único que ha contribuido a enriquecer la belleza de la ciudad Condal.
Un poco de contexto
A finales del siglo XIX, nace en Barcelona el movimiento de la arquitectura modernista con Antonio Gaudí como máximo representante.
Se podría decir que este estilo es el encuentro de muchos otros, pues se inspira en el gótico, en el árabe, o en el renacentista. Además, si analizas sus formas te darás cuenta que hay muchas curvas, colores y vidrieras. También, infinitas referencias a la naturaleza, su otra musa.
Si bien hay edificaciones modernistas por toda la ciudad, las zonas que reúnen el mayor número son Eixample y Gracia. La primera, es conocida como el ‘Quadrat d’Or’ y era el centro residencial burgués en aquella época. De ahí que el movimiento encontrase aquí su mayor impulso y que la ruta modernista comience aquí.
Arquitectos modernistas como Lluis Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Elies Rogent y Ramón Casas nacieron en Barcelona y contribuyeron a que hoy sea la meca del modernismo español.
Casa Sayrach
Cuando el modernismo comenzaba a quedar atrás en Barcelona, entre la calle Enric Granados y la avenida Diagonal se erigía la Casa Sayrach en 1918. Una obra firmada por Gabriel Borrel, pero llevada a cabo por el hijo del promotor: Manuel Sayrach.
Lo que más llama la atención de esta casa modernistas es, por supuesto, el uso de las líneas curvas en sus dos fachadas principales y la prominente torre que despunta en la cima. También es de resaltar la tribuna y el balcón ubicado entre las columnas de la primera planta.
Si nos vamos a su interior, la protagonista es la hipnótica escalera.
Ubicación: Av. Diagonal, 423, 425, Eixample.
Casa Pàdua
A principios del siglo XX, el arquitecto Jeroni Granell i Manresa recibía el encargo de llevar a cabo Casa Pádua. Aunque desconocemos qué familia burguesa se lo requirió, lo que sí sabemos es que inicialmente era una vivienda de planta baja con dos pisos.
¿Por qué inicialmente? Lo cierto es que, después de albergar la sede de la fábrica de perfumes Esencias Buil SA en los años 70 y quedar en desuso, sus nuevos dueños tuvieron que construirla desde cero. El estado de deterioro era evidente, por lo que Alonso Balaguer Arquitectes Associats, encargados de su rehabilitación en 1989, optaron por hacer una obra integral.
Eso sí, se llevó a cabo con sumo cuidado para que tanto su estilo como sus elementos decorativos fueran fieles.
Ubicación: C/ de Pàdua, 77, Sarrià-Sant Gervasi.
Casa Xina
La Casa Ferran Guardiola o Casa Xina forma parte del “modernismo tardío” de Barcelona. Se construyó en 1929 y, en ella, podemos ver influencias de otros estilos como el Art Déco y el oriental.
Obra del arquitecto valenciano Joan Guardiola Martínez, alumno de Gaudí, se trata de una de las casas modernistas más famosas de la ciudad. Imposible no sacarle una foto si te encuentras con ella. Sin duda, sus columnas con capiteles inspirados en el orden jónico, sus balcones y los dos monumentales pináculos que coronan la parte superior del edificio, robarán tu atención.
Ubicación: Carr. de Muntaner, 54, L’Eixample
Casa Amatller
Continuamos con una de las casas modernistas más bonitas de Barcelona: la Casa Amatller del arquitecto Josep Puig i Cadafalch.
Diseñada en 1900 para el industrial chocolatero Antoni Amatller, la edificación se encuentra en perfecto estado de conservación. De hecho, tanto su mobiliario como decoración pertenecen a la época de su remodelación.
¿Y por qué es tan especial Amatller? En palabras del Patrimonio de Cataluña:
“Destaca por la composición de la fachada y por la reestructuración y redecoración de la planta baja y el piso principal, un reflejo de la originalidad de la arquitectura y las artes decorativas modernistas. La fachada es una composición colorista que incorpora esgrafiados a base de blanco, ocre y almagre, baldosas vidriadas, carpintería verde, forja negra y piedra gris de Montjuïc. Además, se aprecia una singular decoración escultórica, donde destaca el relieve de San Jorge y el dragón, obra de Eusebi Arnau. La cabecera escalonada en la parte superior de la fachada recuerda la forma de una clásica tableta de chocolate y es uno de los rasgos más característicos del edificio”.
En la actualidad, alberga la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico, uno de los más importantes de Europa.
Ubicación: Pg. de Gràcia, 41, L’Eixample.
Casa Lleó Morera
Próxima a la Amatller, se encuentra la Casa Lleó Morera, otra de las casas modernistas catalanas que surgió de la reforma de una edificación anterior.
En esta ocasión, Lluís Domènech i Montaner fue el encargado de dirigir su rehabilitación. Junto a una cuarentena de los mejores artesanos de la época, el arquitecto modernista creó esta obra de arte cuyo interior sorprende aún más si cabe que el exterior.
Nada más entrar, los arcos y pasos de puerta te dejarán boquiabierto. En ellos hay esculpidos increíbles relieves, entre los que destaca, el relato de “La nodriza del niño rey”, un homenaje póstumo a uno de los hijos de los propietarios. Aunque la “joya” son los dos salones y sus enormes vidrieras conformadas por ocho paneles de mosaico y relieves de porcelana que describen escenas campestres con personajes de la familia.
Otra curiosidad de la Casa Lleó Morera es que era una “casa de renta”, es decir, los propietarios vivían en la planta principal y el resto se utilizaba como viviendas de alquiler.
Ubicación: Pg. de Gràcia, 35, L’Eixample.
Casa Vicens
Concluimos nuestro repaso por las casas modernistas más bonitas de Barcelona con la primera que fue construida por el grandísimo Antonio Gaudí: la Casa Vicens.
En 1883, el arquitecto catalán recibió el encargo de Manuel Vicens i Montaner de construir una segunda residencia veraniega de la familia. La obra tardó cinco años en concluirse, pero su legado e historia ha perdurado hasta nuestros días. De hecho, en 2005, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si analizamos esta construcción, vemos en ella la primera etapa de Gaudí. Una época en la que el arte oriental mudéjar, persa y bizantino marcó muchas de sus obras, entre ellas, las Bodegas Güell o el Capricho de Comillas (Cantabria).
Destaca, sin duda, el abundante uso de cerámica en la fachada, que dota a la edificación de un fuerte colorido. Además, a diferencia de sus últimos trabajos, denota la ausencia de curvas y el predominio de las líneas rectas.
Visto desde la acera, el edificio parece crecer hacia el exterior a medida que asciende.
Ubicación: Carrer de les Carolines, 20-26, Gràcia.
¿Y tú, las conocías? Ya sabes, si planeas visitar Barcelona no te quedes solo con las casas modernistas más famosas.