Esta imagen, tan parecida al Ojo de Sauron, ha sido el centro de todas las miradas de la comunidad científica y, en realidad, del mundo entero; es la primera imagen directa que se obtiene y que prueba la existencia de agujeros negros. Sin duda este descubrimiento pasará a la historia y abre nuevos horizontes exploratorios en el campo de la astronomía.

Messier 87* (M87*) es el protagonista de la primera prueba gráfica de un agujero negro captada de manera directa y se encuentra a 54 millones de años luz de la Vía Láctea. Está en el centro de la galaxia Messier 87 y está clasificado como agujero negro supermasivo. Tiene tanta masa como 6.000 millones de veces el Sol.

¿Qué es, en realidad, un agujero negro?

Fundamentalmente, un agujero negro es una región del espacio con una gravedad tan inmensa que nada puede escapar de ella, ni tan siquiera la luz. Muchos de ellos se forman cuando una estrella llega al final de su vida y muere. Cuando esto sucede lo que queda de la estrella es su gravedad. En su interior se concentra todo lo que acaba cayendo en un punto extremadamente pequeño con una gravedad muy grande. Es, entre otras cosas, un objeto que no deja escapar la luz, por lo que observar un agujero negro es muy complicado.

Es importante destacar que, pese a lo comentado, no todos los materiales que se acercan a un agujero negro acaban absorbidos. Hay algunos que, cayendo en el ángulo apropiado, en lugar de entrar el agujero negro salen disparados a una velocidad elevadísima. Además, al no dejar escapar la luz son invisibles, pero no así el disco de material que tiene alrededor.

Hasta la captación de la imagen de Messier 87* la comunidad astrónoma solo había logrado observar indirectamente estas regiones del universo. En realidad, hasta la publicación de la imagen de M87* ni siquiera se sabía con certeza cómo serían los agujeros negros, pese a que Albert Einstein en su teoría de la relatividad general había predicho que, al observar la sombra de uno de agujeros negros, serían circulares. También en 2016 la comunidad científica demostró que otro punto de su teoría también era correcto; la detección de ondas gravitacionales.

El Telescopio del Horizonte de Sucesos con el que se ha logrado la imagen

Para la captación de una imagen tan esclarecedora como es la de Messier 87* han participado más de 200 científicos de todo el mundo y se ha utilizado el Telescopio del Horizonte de Sucesos. Este está formado por una gran cantidad de radiotelescopios distribuidos por diversos puntos del planeta que hacen que, en conjunto, trabajen como si fueran un único telescopio; uno del tamaño de la Tierra.

Pese a su reciente publicación, en realidad la observación de Messier 87*, que se encuentra a 54 millones de años luz de nosotros, se produjo el 11 de abril de 2017. Esto significa que han sido necesarios dos años para recopilar los datos, procesarlos y obtener la imagen. En ella lo que vemos es, literalmente, la sombra de M87* reflejada en el material a su alrededor.

Uno de los datos más interesantes de la imagen es que la parte inferior es más brillante que la superior. Esto significa que o bien el propio agujero negro, su disco de material, o ambos, está en rotación.

¿Y ahora qué?

El Telescopio del Horizonte de Sucesos nació con dos objetivos fundamentales; uno la obtención de una imagen de Messier 87* y el otro la observación de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea y sobre el que todos los objetos que componen la galaxia orbitan. El Sol tarda 250 millones de años en completar una vuelta completa a su alrededor.

Sagitario A* presenta algunas diferencias fundamentales comparado con Messier 87*; es más pequeño, menos denso y no está absorbiendo tanto material como M87*. Su observación es esencial para descubrir más diferencias entre ambos agujeros negros supermasivos.

Ally Souza