A pesar de que todas y todos tenemos un suelo pélvico, no suele ser un tema habitual de conversación, tampoco de consulta. De hecho, ¿sabrías decirnos qué es el suelo pélvico? ¿Dónde se encuentra? ¿Cuál es su función? ¿Por qué es tan importante mantenerlo fuerte y sano? Si desconoces las respuestas y te gustaría conocerlas, ¡has llegado al lugar correcto!
En The Pocket Magazine hemos entrevistado a Laura Rojas, fisioterapeuta especializada en el suelo pélvico. Conocida en redes sociales como @ensuelofirme, el trabajo de Rojas y su equipo de mujeres han ayudado a muchas personas a ser conscientes de esta parte del cuerpo, pero, sobre todo, a sentirse comprendidas.
La incontinencia urinaria, los prolapsos, las molestias en las relaciones sexuales o el dolor lumbar son algunos de los síntomas de una disfunción en el suelo pélvico. ¿Te sucede? Sigue leyendo…
¿Qué es el suelo pélvico y qué función tiene en el cuerpo?
El suelo pélvico es un sistema de músculos, fascias y ligamentos que cierra la pelvis por su parte inferior. Da sostén a los órganos pélvicos (vejiga, útero y vagina/próstata, recto) y cierra los esfínteres (uretra y ano) para asegurar la continencia.
El suelo pélvico funciona correctamente cuando posee el tono, la fuerza, la resistencia y la elasticidad justas. Ni en mayor grado (lo que se conoce como hipertonía), ni en menor (lo cual es conocido como hipotonía).
Además, el suelo pélvico es una pieza integrante del core, que es una especie de corset natural que todos llevamos puesto, cuyos elementos trabajan en colaboración, coordinación y sintonía.
Denominamos «core» al cilindro formado por el abdomen profundo y la zona lumbar, cerrado en la parte superior por el diafragma y en la inferior por el suelo pélvico. Cuando algún elemento de este complejo puzle falla provoca un desequilibrio y aparece una disfunción.
Dolor de espalda, molestia durante las relaciones sexuales o incontinencia urinaria son algunas señales de alarma, ¿qué otros síntomas deben alertarnos? ¿Qué problemas de salud están asociados a esta disfunción?
En la esfera anorrectal también podemos encontrar síntomas como la dificultad para contener gases y heces. Otros síntomas son la pesadez vaginal (sensación de bulto en la vagina, de tampón mal colocado, presión) asociados al prolapso (descenso de uno o más órganos pélvico a través del canal vaginal).
Por otro lado, la urgencia urinaria (sensación súbita e imperiosa de orinar, acompañada o no de pérdida de orina) es otra alteración frecuente. También lo son las alteraciones en la pared abdominal, que trabaja en equipo con el suelo pélvico y puede afectarle, en lo que denominamos diástasis abdominal. Esta disfunción muy frecuente en el posparto. Consiste en la separación de los músculos rectos del abdomen entre sí por un daño en el tejido de la línea alba.
Las disfunciones de suelo pélvico no solo afectan a esta parte de nuestro cuerpo. Por ejemplo, una incontinencia urinaria, un vaginismo o un prolapso están asociados a alteraciones de la musculatura o el funcionamiento de otras partes del cuerpo que trabajan de forma coordinada con el suelo pélvico (abdomen, diafragma, postura, ¡hasta la mandíbula guarda relación con el periné!).
Por ello, no solo hemos de centrarnos en el propio suelo pélvico, sino ser capaces de mirar el cuadro completo y las relaciones con otros sistemas y elementos.
Si presentamos estos síntomas, ¿a qué profesional debemos acudir primero? ¿Médico de familia, ginecólogo o fisioterapeuta?
Si somos conscientes de que nuestro suelo pélvico nos manda señales para que nos ocupemos, aconsejo acudir a una fisioterapeuta especializada. Si, además, de forma paralela lo queremos comentar con nuestro médico de familia para que nos derive al servicio de ginecología/urología, estupendo, para contar con la visión e información de otros especialistas implicados en este terreno.
Lo que debe quedar claro es que una exploración ginecológica y una valoración de fisioterapia son complementarias. Una no sustituye a la otra y viceversa.
Para aquellas personas que pudieran sentirse identificadas, ¿podrías hablarnos un poco sobre cómo es una consulta con un profesional especializado en el suelo pélvico? ¿Cómo evalúas a tus pacientes?
Como fisioterapeuta, dedico parte importante de la primera sesión a elaborar una historia clínica de Fisioterapia con toda la información que necesito para comprender a la persona que acude a consulta: síntomas, historial de embarazos y partos, estilo de vida, ejercicio físico, hábitos defecatorios y miccionales, intervenciones quirúrgicas, etc. Reviso informes de otros especialistas si la paciente los aporta y después pasamos a la valoración física.
Fuera de la camilla, de pie, estudio la postura de la paciente de pies a cabeza (guarda relación directa con la salud pélvica y perineal). Posteriormente, en camilla, valoro la musculatura de su core. Por último, la musculatura de su periné tanto de forma externa como intracavitaria vía vaginal y/o rectal dependiendo el motivo de consulta.
La exploración puede ser visual y manual por parte de la fisioterapeuta o utilizar dispositivos tanto para el dignóstico como para el tratamiento: ecógrafo, biofeedback, electroestimulador, radiofrecuencia, etc.
A pesar de que tanto mujeres como hombres lo tienen, hablar del suelo pélvico es todavía un tema tabú, ¿a qué crees que se debe esto? ¿Vergüenza o desconocimiento?
Creo que es una mezcla de ambas. Vergüenza al pensar que lo que me pasa no es normal, que se trata de una parte corporal ligada a funciones íntimas (micción, defecación, sexualidad, parto, etc.), y desconocimiento porque creemos que somos bichos raros y que esto que me pasa no le pasa a la de al lado.
«1 de cada 3 mujeres sufre incontinencia urinaria».
Cuando en realidad la incidencia de los problemas de suelo pélvico es altísima: 1 de cada 3 mujeres sufre incontinencia urinaria; 1 de cada 2 mujeres que han tenido más de un parto vaginal sufre un prolapso; hasta un 20% de las mujeres siente dolor en las relaciones sexuales con penetración… Contarlo hace que muchas mujeres comprueben que no están solas y que lo que les sucede también le pasa a las otras. Pero sobre todo sirve para darnos cuenta de que existe solución, en la mayoría de los casos, sin necesidad de pasar por un quirófano.
Soy optimista pues creo que vamos avanzando aunque aún queda mucho camino por recorrer. La educación sexual que, por ejemplo, mi generación ha recibido en la infancia deja mucho que desear pero tengo esperanza en las próximas generaciones. Por ejemplo, mi hija de 4 años sabe infinitmente más sobre su cuerpo y cómo cuidarlo que lo que sabía yo con 18 años cuando empecé a estudiar Fisioterapia.
Los ejercicios de Kegel o las famosas bolas chinas suelen ser los más recomendados para fortalecer el suelo pélvico, ¿pero de verdad son los más efectivos? ¿Cuáles otros ejercicios y aparatos nos aconsejas?
Los ejercicios de Kegel bien ejecutados y cuando son necesarios pueden ser muy efectivos. De hecho, la evidencia científica los sigue considerando como una de las principales herramientas de la rehabilitación de suelo pélvico. Pero no todas las disfunciones perineales se deben a una falta de fuerza y, por ende, no todas las mujeres necesitamos realizarlos.
Las bolas chinas también tienen sus beneficios, pero solo en etapas avanzadas de una rehabilitación de suelo pélvico. No las recomiendo nunca como primera opción ante una incontinencia urinaria, un prolapso o tras dar a luz.
Hay muchísimos dispositivos de entrenamiento. Uno de los que más me gustan son los biofeedbacks que nos guían y motivan a la hora de entrenar con ejercicios de Kegel (cuando estos están indicados). El uso de la vibración como herramienta terapéutica también tiene muy buenos resultados (tanto en hipotonías como en hipertonías de suelo pélvico).
Uno de mis ejercicios favoritos son los que enseño sobre el tronco de propiocepción. Se trata de una herramienta que nos permite entrenar la postura, el abdomen y el suelo pélvico tanto de forma preventiva como terapéutica. También podemos entrenar con los famosos ejercicios hipopresivos, pero de nuevo, ni son lo único ni tienen resultados en todos los casos.
¿Qué pequeñas acciones del día a día debemos cuidar para no debilitar el suelo pélvico?
Primeramente hemos de saber qué es el suelo pélvico, dónde está, aprender a sentirlo y ejercitarlo. Por supuesto, también, identificar los factores de riesgo y evitarlos en la medida de lo posible. De no serlo, compensarlos a través de ejercicios positivos para el suelo pélvico.
Algunas de las actividades o hábitos que afectan negativamente son los deportes de impacto e hiperpresivos, el estreñimiento, el sedentarismo, la tos crónica, la obesidad o el sobrepeso, las malas posturas prolongadas, el mal hábito de empujar para defecar u orinar, cargar peso excesivo o hacerlo de manera incorrecta…
Y entre los hábitos positivos estarían, en primer lugar, mantenerse activa a través de deportes no lesivos para el suelo pélvico, lograr y mantener una adecuada tonificación de los músculos del suelo pélvico y el abdomen profundo, evitar el sobrepeso, disfrutar de relaciones sexuales satisfactorias (el orgasmo es un gran ejercicio para la musculatura vaginal que es, ni más ni menos, que el suelo pélvico), huir del estrés y tomarse la vida con calma (como cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, el suelo pélvico también se tensa si nuestra mente vive agobiada) y mantener una dieta saludable que evite el estreñimiento.
En tus redes sociales podemos encontrar muchísima información y consejos sobre el suelo pélvico. En concreto, hay un vídeo en el que explicas cómo debemos sentarnos para defecar, ¿de verdad influye nuestra postura? ¿El estreñimiento es una causa o consecuencia para un problema en el suelo pélvico?
Por supuesto que la postura influye a la hora de defecar. La postura fisiológica para hacerlo es la de cuclillas (como cuando defecamos en el campo). Esto facilita que el recto se verticalice y las heces no tengan que salvar el ángulo del músculo puborrectal que, sentadas en el WC, sí han de franquear.
El estreñimiento puede ser causa de problemas de suelo pélvico (la persona necesita empujar fuerte y frecuentemente para que las heces salgan, lo cual acaba debilitando su musculatura perineal) o consecuencia (un suelo pélvico hipotónico o una mujer con un rectocele tendrá dificultad para defecar por lo que puede sufrir o acentuar su estreñimiento terminal).
En tu web dispones de cursos online sobre suelo pélvico, ¿por cuál nos recomendarías empezar?
El trabajo de muchos años como fisioterapeuta y divulgadora en temas de suelo pélvico me ha permitido crear un abanico de programas para casi cualquier situación o etapa:
- Para embarazadas: MaternActivas
- Para mujeres que sufren hipertonía del suelo pélvico (dolor en las relaciones, dispareunia, vaginismo, dolor pélvico crónico, etc.): No+Dolor
- Para quienes quieren tonificar su abodmen y suelo pélvico, mejorar su postura, reducir su incontinencia urinaria o su prolapso divirtíendose con el tronco de propiocepción: Curso online del Tronco de Propiocepción.
- Y para quienes buscan un programa completo e intensivo de entrenamiento del suelo pélvico y el abdomen, con rutinas listas para dar al play y ejercitar conmigo, consejos para cambiar hábitos perjudiciales de la vida cotidiana, hipopresivos, Kegels, core y mucho más, el curso estrella de nuestra Escuela online: El Método AbP.
¡Muchísimas gracias por este completísimo repaso al suelo pélvico, Laura! Esperamos que con esta entrevista muchas mujeres (y hombres) se animen a cuidar esta parte de su cuerpo. Pero, sobre todo, a visitar a un profesional especializado si sienten que algo no va como debería.
Devo López