Freddie Mercury, es y será una leyenda de la música, el sonido de su voz única fue
la motivación, le emoción, la expresión, la liberación y la sanación para muchos.
Su capacidad para la distorsión le permitió lograr una forma de cantar única.
Un estudio científico aseguró hace unos años que Freddie Mercury era el mejor
cantante de la historia y reveló que el vocalista de Queen era un maestro de la
modulación capaz de ejecutar sonidos subarmónicos gracias a la vibración de sus
cuerdas vocales.

Hace unos años me preguntaron por mi canción favorita. Y no dudé dije “Bohemian
Rhapsody porque es ARTE.”

Escuchar su música es bien. Y si profundizamos en lo que puede sanar y hacer que
medites el sonido, te sorprenderías de la de veces que has meditado cuando
simplemente oyes un sonido o música, sin darte cuenta y ¿por qué? Porque está
PRESENTE.

En mis clases de yoga suelo terminar los últimos minutos ofreciendo en shavasan
unos minutos de sonido relajante con cuencos tibetanos. A día de hoy es la parte
favorita de todo el mundo ya que el haber hecho movimientos conscientes previos
con las posturas al acabar es cuando estás más relajado, atento y los absorbes
estando más receptivo.

Si no has oído hablar del sonido sanhealingador o sonido terapéutico (sound
healing) hoy te traigo una guía que te puede interesar y ayudar.
La utilización del poder transformador del sonido para curar física, emocional,
mental y espiritualmente proviene de hace miles y miles de años. Las escuelas de
misterios de Egipto, Grecia y Roma sabían que la vibración era la fuerza activa
fundamental del universo, y desarrollaron cantos y tonos específicos para curar la
mente, el cuerpo y el espíritu para alcanzar estados alterados de consciencia.

El canto de sobretonos, también llamados armónicos vocales, es la habilidad de la
voz humana de crear dos o más tonos al mismo tiempo. Esta noción tiene tanto
fundamento espiritual como científico. Todo se encuentra en estado de vibración.
Todo es frecuencia. El sonido puede modificar la estructura molecular y crear
forma. Lo mismo ocurre cuando comenzamos a tocar cuencos tibetanos, el cuarzo,
el gong, la flauta, tambores… Dejarse invadir por los sonidos de estos instrumentos,
que pueden o no estar acompañados por mantras, es un remedio eficaz para el
descanso de la mente y para avanzar en el, misterioso además de gratificante,
camino del autoconocimiento.

6 experiencias de sonido que te ayudarán a estar PRESENTE y entrar en estado de
meditación y relajación.

  1. Escucha los sonidos de la naturaleza.
    En tu casa o fuera, aprovecha a dar un paseo. Cierra los ojos por unos minutos y
    concéntrate en esos sonidos que te rodean. De esta forma ganarás una mayor
    conciencia del tiempo, el espacio y todo lo que hay a tu alrededor, y podrás desconectar del estrés de tu día a día. Recuerda escuchar varios tonos, comienza por el sonido más cercano o fuerte e intenta escuchar otros diferentes.
  1. El sonido de tu voz.
    ¡Canta lo que quieras en el tono que quieras! En tu casa mientras haces tareas
    como cocinar, limpiar o planchar. Con música de fondo o a capella. Canta y da
    rienda suelta a lo que sientas.
  2. Canta un mantra.
    Seguramente habrás oído gente meditando o en una clase de yoga abriendo o
    cerrando la clase con el famoso sonido “OMMMM”. Este “OM” vibra toda la zona de
    la boca e incluso todo el cuerpo si te concentras. Como él, hay miles y millones de
    oraciones y rezos que te ayudan a concentrarte y meditar. Cierra los ojos y
    practica. También puedes ayudarte con un rosario budista. Cada vez que recitas la
    oración se pasa a la segunda cuenta, siempre haciendo avanzar el rosario hacia
    delante.​ Cuando se haya recitado el mantra 108 veces ―lo que se denomina una
    «ronda» ―, se habrá completado la meditación.
  3. Cuencos tibetanos o de cuarzo.
    Su sonido y vibración es uno de los más relajantes. Y, aunque no dispongas de ellos
    en casa, existen multitud de vídeos y podcasts a los que puedes acceder a través de
    internet. Si tienes la oportunidad participa de una sesión de cuencos en persona, es
    una experiencia única.
  4. Música clásica.
    Acuéstate en el lugar más cómodo de la casa, selecciona una playlist de «Bach,
    Schubert, Mozart o Beethoven» y prepárate para deleitar tu odio. Estos artistas
    tienen ritmos y variaciones regulares que calman cuerpo y alma.
  5. Escucha a Freddie.
    Solo, o con familia y amigos. Deléitate con una buena lista de tus canciones
    favoritas de Queen. Recuérdalo, recuerda lo que las canciones te hicieron sentir en
    el momento en que las escuchaste, y si es tu primera vez escuchando a Freddie,
    ¡BIENVENIDO AL PARAISO!
Shantal_indo