Pablo Picasso, Joan Miró y, sobre todo, Salvador Dalí. En principio estos artistas españoles parecen tener mucho en común pero, ¿hay algún lugar que los una? Nada llega más al fondo del corazón que la belleza, y para encontrarla en este escondite vamos a visitar el pueblo de Cadaqués.

Geográficamente excepcional

Son muchas las particularidades que hacen de Cadaqués un lugar excepcional, y si hablamos en clave geográfica hay una muy interesante. Podemos decir que en este pueblo disfrutarás de los primeros rayos de sol que el amanecer brinda a la Península Ibérica más allá del mar mediterráneo. Siendo un poco menos poéticos, Cadaqués es el pueblo más al este de la península, ya que se sitúa en el Cabo de Creus, en la provincia de Girona. 

Y es un verdadero escondite ya que, con tan solo 2.700 habitantes, a este pequeño pueblo costero solo se puede llegar mediante una única carretera que atraviesa, con muchas curvas, las pequeñas montañas que preceden a nuestro destino. Sin duda, es uno de los lugares más recónditos de la conocidísima Costa Brava, a donde miles de catalanes acuden cada verano para disfrutar de la playa y el sol.

Cadaqués, el pueblo blanco

Y por fin llegamos a Cadaqués. Lo primero que nos llamará la atención es un color que nos transporta a otros lugares similares como pudiera ser Santorini o Sorrento también bañados por el mar mediterráneo. La mayoría de las casas de Cadaqués son blancas, siendo éste uno de los rasgos más característicos de la localidad gerundense.

En este pueblo blanco la mejor opción posible es la de caminar, y no solo porque no haya casi carreteras en el centro del pueblo, sino porque es la mejor manera de conocer cada rincón. ¿Por qué no comenzar por el paseo marítimo? Es un excelente lugar para observar la vida del pueblo, un paseo a la vera del mar cuyo recorrido nos lleva a encontrar el ángulo perfecto para fotografiar el agua junto a la colina donde se alza la iglesia de Santa María.

Éste será nuestro segundo destino en el pueblo. Subiremos caminando entre las estrechas y empinadas calles de adoquines, la mejor muestra del origen medieval de Cadaqués. Cuando lleguemos a la iglesia nos daremos cuenta de por qué mereció la pena la caminata, ya que las vistas desde lo alto de la bahía y el pueblo son impresionantes. 

Dalí y Cadaqués

Aún no nos hemos olvidado de que te debemos la explicación de por qué este pueblo inspiró a tantos artistas. Y lo vamos a hacer desde la mirada de uno de ellos, aquel que dejó más impresa su huella en esta pequeña localidad al noreste de Cataluña.

Para comprender todo esto lo mejor es irnos hasta Portlligat, en donde se encuentra la Casa de Dalí, convertida hoy en museo. Aquí vivió durante muchos años el artista catalán, inspirándose en cómo la naturaleza y el ser humano habían conseguido fusionarse de una manera casi perfecta en el Cabo de Creus. 

En la entrada del museo hay un oso blanco disecado, algo que va acorde a los cuadros y las estructuras artísticas que nos encontraremos más adelante. Hablar de Dalí es hablar del surrealismo hecho arte ya que sus figuras exageradas y excéntricas lo catapultarían como a uno de los mayores exponentes de este movimiento artístico.  

Dicen que incluso llegó a tener una relación muy estrecha con el conocidísimo poeta Federico García Lorca cuando este último fue a Cadaqués para pasar unas vacaciones de verano junto a la familia de Dalí, en donde el pintor pasaba gran parte de las épocas estivales. 

Cadaqués hoy en día 

Aunque Cadaqués haya sido el patrimonio más valioso de muchos artistas, podemos ver hoy en sus calles el propio arte que este pequeño pueblo fue construyendo tras de sí. En las vías empedradas de su centro podemos encontrar hermosas galerías en las que poder adquirir los recuerdos más preciados o comer a orillas del mediterráneo algunos de los pescados que el propio mar nos trae hasta la mesa.

Otro de los sitios que podemos visitar es el Cap de Creus, ya que por el Camino Antiguo de Cadaqués podremos llegar hasta el faro que se encuentra más al este de España.

Alrededor de Cadaqués también merece la pena visitar las excelentes calas y playas de arena amarilla y aguas turquesas que caracterizan a la Costa Brava. Cala Sa Conca, Playa de Ros, Platja de S´Arenella, la Cala de Portlligat y muchas más completan una increíble lista de lugares en los que poder darnos un baño en las cálidas aguas del mediterráneo.

Cadaqués, una y otra vez

Hay lugares que enganchan y, si no, que se lo digan a Salvador Dalí. Cadaqués es uno de esos pueblos a los que no puedes ir solo una vez ya que su encanto y su belleza van más allá de la mirada de cualquier viajero. 

Jorge Vaquero