Aún es abril. Pensar en junio, en la salida de nuestro 19+1 se hace eterno a la par que angustioso, la Semana Santa termina hoy y no sabemos lo que nos deparará la, muy temida pero real, cuarta ola.
19+1. Ni treces, ni pasar por debajo de una escalera, ni cruzarte con un gato negro al pasear por la calle. Las supersticiones se quedan a un lado después de vivir lo que hemos tenido “suerte” de vivir. Y es que la ambigüedad de la reflexión nos lleva a eso… una salud mental y emocional totalmente tocada para aquellos que, por suerte, sobrevivimos. Da igual que hayamos mantenido distanciamiento social, da igual que nos hayamos lavado las manos y quitado los zapatos antes de entrar a casa, da igual el confinamiento voluntario frente a los pronósticos de nuevas oleadas. La tela desapareció en pro de las quirúrgicas y ellas desaparecieron en pro de las FFP2 de todos los colores y sabores. Da igual que nos hayamos cuidado. ¡El virus ha llegado a nosotros sin apenas tocarnos!
¿Quién va a temerle ahora al trece habiendo vivido el veinte? Pues eso, este número pretende ser algo positivo, páginas en las que evadirse, en las que soñar, con las que planear todo aquello que vamos a hacer en cuanto el mundo se estabilice y, por fin, nos deje vivir. Así que, dejémoslo en el 19+1.
El día que los informativos abrían el noticiero recordando que se cumplía un año del confinamiento de 2020, un jarro con cubitos de hielo nos caía a muchos en la espalda.
¡Un año ya! Esta guerra contra el covid en la que un año después aplaudimos 200 muertes diaria en nuestro país, miramos a un lado con las más de 2.000 diarias en un país como Brasil y oscilamos los 3 millones de muertos registrados a nivel global, se ha convertido en una guerra de desgaste. Y sí, como en todos los problemas de índole tal, el primer paso hacia nuestra felicidad será admitirlo. ¡Estamos tocados! ¡PERO NO HUNDIDOS!
Me gustaría que estas palabras, que tecleo pero nacen de desgarros en mi propia alma, se conviertan de algún modo en nuestro manifiesto en tiempos de pandemias. ¿Qué cosas? Ahora los medios de comunicación debemos tener un manifiesto en el que apoyarnos en tiempos como éstos. Porque sí, queremos que sueñes con un futuro mejor pero… no permitiremos que miremos hacia otro lado. Esos 3 millones de personas cuentan, esos tres millones de personas que no pudieron más y se fueron son nuestros compatriotas, da igual su raza, sexo, estatus social o religión. Este número promete páginas en las que evadirse y las promete no por la obligación de seguir las tendencias del verano, las promete como nuestra pequeña aportación hacia la normalidad que aún no vivimos pero que tanto anhelamos.
Seguimos sumando, porque ésa es una de las formas que tenemos de honrar a los que ya no lo pueden hacer. Seguimos trabajando, porque ellos cayeron y no pudieron. Seguimos soñando, porque a las generaciones más jóvenes les debemos eso, sueños, ganas e ilusión. Aunque unos días cuesten más que otros, algo que sabemos, seguimos avanzando y queremos que avances con nosotros.
¡GRACIAS, GRACIAS por estar!
Paola Bonilla @paobonmar