Yo no sé ustedes, pero soy de esas que siente que tenía que haber nacido en otra época, quizá por lo idealizada que la tengo, pero los años 80 parecen ser la década más divertida de la historia, ¡y estoy 100% segura de que los estilismos que caracterizan esta época tienen gran culpa de ello!

Pero como todo, las tendencias son cíclicas y siempre vuelven, e incluso podemos decir que hay algunas que jamás se fueron del todo, y con el maquillaje de los años 80 lo tenemos claro: es puro color, diversión y expresividad. En un mundo donde cada vez conviven más modas diferentes sin que ninguna haya de imponerse a otra, y donde se potencia la individualidad ante una aburrida homogeneidad (thank God!) sabemos que hay días en los que nos apetece un look nude y otros en los que nada conseguirá subir nuestro ánimo más que un buen labio potente.

Así que si tú también eres una nostálgica de los mejores años de Freddie Mercury, Alaska y Bowie, no te pierdas los trucos y productos imprescindibles para emular sus looks (¡y poder llevarlos al trabajo sin que se confundan con un disfraz!).

  • Eyeliner azul

Maquillarse los ojos en tonos intensos, especialmente en azul, es de las tendencias que más me recuerdan al maquillaje de los 80. Si eres de las atrevidas, un ahumado con una sombra azul espectacular potenciará muchísimo el color de tus ojos (sea el que sea) y no pasarás desapercibida. Y, sin duda, una de las marcas que mejor color crean es Krash Cosmetics, así que no te puedes perder la paleta de sombras “Pablo” (12,95€, de venta en perfumerías Primor).

Pedro Mini eyEXshadow Palette

Aunque sí una sombra es too much para ti, hay muchas otras formas de dar un pop de color a tus ojos de forma impactante pero discreta, como por ejemplo delinear con un eyeliner en este tono azul intenso precioso que te ofrece la firma 3NA (12,95€, de venta en El Corte Inglés) y que además es de SÚPER larga duración:

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Otra forma de dar el toque maestro de azul a tus ojos sin resultar excesivo es cambiando tu máscara de pestañas por un día y probar la maravillosa (y todo un clásico) Volume Effect Faux Cils de YSL Beauty, en el tono Bleu Extreme (30€ aprox).

Mascara Volume Effect Faux Cils
  • Labios a tope de color. 

En un maquillaje inspiración 80’s no puede faltar un buen labial, ¡ni la mascarilla es excusa para lucir unos buenos labios! Y, sin duda, el rojo es esencial, pero quizá el color con el que más identifico los maravillosos looks de esta época es el fucsia intenso. Además es un color que resalta el blanco de los dientes por su subtono azulado y que favorece a todos los tonos de piel y cabello. Mis favoritos:

-Ya un clásico de los stands de la firma canadiense MAC: Candy Yum Yum, un fucsia flúor espectacular que aunque dé un poco de susto al verlo así, en el labio luce increíble y la textura es una delicia, nada seca ni excesivamente hidratante, ¡perfecta!

Amazon.com: Barra de labios mate MAC ~Candy Yum-Yum~: Beauty
  • Super Stay Matte Ink de Maybelline, la solución para todas a las que cualquier labial se les mueve con la mascarilla, ¡no puede ser más fijo! El tono 30 es un hot pink precioso (8€ aprox).
Comprar Maybelline - Labial Líquido SuperStay Matte Ink - 30: Romantic |  Maquillalia
  • Colorete a tope de power: 

Otra de las señas de identidad de un maquillaje inspirado en los 80 es el colorete. Lejos de las técnicas de contouring que vemos hoy en día, el blush era el encargado de marcar los pómulos elevándolos a la máxima potencia, con brochazos marcados en ascendente que elevasen el rostro, incluso marcando también la zona de la sien. Así que búscate una brocha biselada y no tengas miedo de potenciar esos pómulos como lo hacían entonces.

80s Makeup Trends You Need To Differentiate Between | Glaminati.com

Retoques estéticos: El complemento ideal que todos llevan pero ninguno dice

Relleno de ácido hialurónico, bótox preventivo, baby bótox, hilos tensores… Seguro que a estas alturas ya has oído hablar de todos estos términos que quizá hace unos años te hubiesen sonado a chino mandarín, pero de los que todo el mundo habla hoy en día.

Y es que los retoques estéticos no invasivos se han convertido en la actividad favorita de (lo que parece ser) medio mundo, ya que el efecto es casi instantáneo sin tener que pasar por quirófano y son capaces de conseguir resultados espectaculares en cuanto a belleza, salud de la piel y anti-aging.

Y digo yo, ¿tan malo es envejecer? Obviamente hacerse mayor es algo que a todos nos da cierta nostalgia y sentimientos encontrados: por un lado la felicidad de seguir en este mundo sanos y salvos (que con la que tenemos encima no es poco), pero por otro siempre tenemos esa sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido y nos quedan tantas cosas por hacer y vivir que es incluso agobiante. Envejecer es maravilloso pero lo que no queremos es que se nos note… demasiado. Y llegar a ciertas edades lo más estupendos posible es simplemente una pequeña dosis de vanidad que, en principio, no debería suponer nada negativo.

Nos teñimos las canas, buscamos maquillajes que nos dejen las pieles tersas y hacemos ejercicio para vernos y sentirnos genial. Entonces, ¿por qué no aprovechar el avance agigantado de la medicina estética y frenar ligeramente esos signos que delatan el paso del tiempo en nuestro rostro? Yo desde luego he tenido siempre una gran dicotomía a este respecto, pero finalmente he acabado sucumbiendo a los encantos de esas pequeñas intervenciones con aguja que prometen mejorar nuestro aspecto y he acabado en manos del maravilloso doctor Miguel Paule, en Santa Cruz de Tenerife.

De un año para acá (tengo 36) empecé a notar una gran pérdida de densidad en mis labios, hasta el punto de que se me habían como “desinflado”. Muchísima gente de mi entorno llevaba ya años disfrutando de los beneficios de inyectarse ácido hialurónico en los labios para aumentar su volumen, pero me daba miedo verme demasiado exagerada. Así que empecé una labor de investigación digna de la mismísima Olga Serra y me dediqué a aprender sobre las diferentes técnicas y acabados que existen en el mercado actual. Finalmente, no solo aprendí que efectivamente podía quedar muy natural y no todo el mundo busca ese efecto de súper volumen que tanto se usa, sino que además vivía engañada: prácticamente el 90% de la gente que conocemos (instagrammers, actrices, cantantes, etc.) lleva hecho algún tipo de retoque en su rostro. Así que me di cuenta de que no solo es algo muy muy común, sino que la gente prefiere mantenerlo en secreto. 

La experiencia con Miguel fue maravillosa, y no solo me atreví con los labios sino que inyectamos también un poco de bótox preventivo en la zona de la frente y las “patas de gallo”, donde ya empezaban a asomar las primeras líneas de expresión, y el resultado no ha podido quedar más natural, tal y como yo quería (pueden encontrar el proceso completo en mi IG @ceci_wallace).

Siempre he defendido que si hay partes de tu cuerpo que te gustaría cambiar y tienes la posibilidad de hacerlo, puede ayudarte muchísimo a mejorar tu autoconcepto, pero lo que sí defiendo al 100% es que si cambias algo de ti, que sea siempre POR TI, y no porque tu entorno o la sociedad te dicta que debes ser diferente. Todos somos absolutamente perfectos tal y como somos, y debemos sentirnos así de bien con y sin cambios estéticos, porque en el momento en el que nuestra autoestima depende de una aguja, un tinte o una prenda de ropa… estamos perdidos. El problema de los retoques es quizá que buscamos tener la “cara de”, “los ojos de” o “los labios de” y ese no debería ser jamás nuestro objetivo. No podemos ni debemos querer ser como nadie, solo mejores versiones de nosotros mismos, porque somos únicos y maravillosos, y así nos debemos sentir siempre.

Ceci Wallace