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En lugar de estar cubierta de la arena dorada tan característica de la isla, esta playa de 850 metros de largo está llena de rodolitos, convirtiéndola en un lugar único en el mundo. Sin embargo, la fama que ha cobrado recientemente la playa del Hierro gracias a las redes sociales y a diversos artículos publicados en medios de renombre internacional, como Fox News o Daily Mail, ha provocado un incremento sin precedentes en el número de visitantes que recibe la costa e, incluso, que se esté produciendo un saque de los recursos naturales de la playa.

La Playa del Hierro en Fuerteventura, ubicada en el municipio de La Oliva, conocida en el extranjero y en redes sociales como Popcorn Beach, está sufriendo un expolio de sus características algas calcáreas que recuerdan a palomitas de maíz.

Según los expertos, los visitantes se están llevado una cantidad de algas calcáreas equivalente a diez kilos al mes; 120 al año. Esta situación ha provocado que las instituciones tengan que intervenir con diversas leyes y campañas de sensibilización con el fin de no destruir los pasajes naturales costeros de Fuerteventura.

El Cabildo de Fuerteventura, sin ir más lejos, aprobó a mediados de marzo un catálogo para proteger y conservar las olas en las que se practican deportes acuáticos “para la conservación” del surf y del windsurf en una propuesta de «declaración de olas de Fuerteventura como patrimonio natural y de interés deportivo».

Entre las 48 zonas surfeables en las que se aplicarán medidas de conservación se encuentra precisamente la Playa del Hierro.

Por su parte, la Concejalía de Turismo, en colaboración con la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, ha desarrollado recientemente la campaña #PasaSinHuellaPorLaOliva en la que invitan a los visitantes (turistas o no) a conocer el municipio realizando el menor impacto posible tanto en las zonas urbanas como en los paisajes naturales.

Ally Souza

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