Olas de basura cubriendo parcialmente la arena negra de una playa. Es posible que con esta descripción se te vengan a la cabeza las costas del océano Pacífico, que alberga el suficiente plástico como para cubrir tres veces la superficie de Francia, pero si has recibido las imágenes grabadas el pasado 24 de marzo en Playa Grande, de El Porís, en Tenerife, sabrás que este problema es global y muy cercano. Y es alarmante.

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Estas imágenes, grabadas por María Celma, fundadora del movimiento Océano Limpio Tenerife están dando la vuelta al mundo. “No hace falta irse a una playa de Indonesia para que se te llenen los ojos de lágrimas”, comenta en el vídeo.

Esta playa en concreto se trata de la más contaminada de Canarias con 215 gramos de microplásticos por metro cuadrado; cantidad dos veces superior al nivel que la comunidad científica considera alto.

Imágenes de Playa Grande (Tenerife) tomadas por María Celma

Estos datos dejan de manifiesto que los hechos recogidos en las imágenes publicadas por Océano Limpio Tenerife no son un hecho puntual. Celma, al hilo de esto, declara que, según su experiencia, “la situación de Playa Grande no es nueva y, por lo que me han contado, lleva muchos años así. Eso quizá debería hacer que nos planteemos el asunto doblemente. El haber aceptado que la situación era esa no la hace menos dantesca. Y dice mucho del ser humano”.

Añade que siempre que ha ido a El Porís ha acabado grabando imágenes para mostrar su frustración, tristeza y decepción. En concreto, haciendo alusión a la limpieza de Playa Grande el pasado 24 de marzo: “me encontré la playa más sucia de lo normal (en mi opinión) y antes de ponerme a recoger, quise plasmar la situación y mandé un par de vídeos por WhatsApp para que mis compañeros vieran la razón por la que debemos trabajar la conciencia medioambiental en los centros educativos”.

¿Qué es Océano Limpio Tenerife?

Océano Limpio Tenerife no es una organización ni una asociación; surge como un proyecto educativo en el centro CEIP Montaña Pelada, en El Médano (Tenerife) aunque ahora se ha extendido como un movimiento por toda la isla. Celma comenta que desde que llegó a Tenerife se dio cuenta de que la isla no estaba todo lo cuidada que debería estar y que por mucho que erradicase la basura un día siempre volvía. La verdadera “sensación de agobio” que la llevó a tomar medidas reales a mayor escala fue cuando empezó a frecuentar la playa de Punta de Abona, al sur de Tenerife. “Entonces me planteé lo que podía hacer al respecto en mi vida laboral y fuera de ella. Así comencé a trabajar en el colegio donde soy maestra con mis alumnos que, en ese momento, tenían 3 años y posteriormente amplié el proyecto a los niños de todo el centro”.

“Por otro lado, decidí que era fundamental hacer visible el problema, pedir a las personas de la isla que cuando recogiesen basura de las playas hiciesen fotos, vídeos y usáramos la plataforma para que podamos ver hasta qué punto es grande el problema. Que sirviera para que se vea que hay personas que no queremos vivir en un planeta así, que hay personas que no queremos que sigan muriendo animales, que no queremos que nuestros niños crezcan jugando y pensando que las playas, costas, montes, etc. son así, que no debemos normalizar lo que está pasando… hace falta gritarlo a los cuatro vientos. Lo que no se ve, parece que no existe. Hay que destapar vendas y remover conciencias”.

Imágenes de Playa Grande (Tenerife) tomadas por María Celma

“Cada persona puede hacer mucho por el cambio. En las playas encontramos cepillos de dientes, bastoncillos de oídos, tampones, bolsas, botellas, vasos… cosas que usamos a diario. Una de las claves de Océano Limpio Tenerife es que nadie tiene que esperar a que se organice una limpieza de playa para ir a ayudar, sino que cada uno, cuando pueda y donde pueda, debe hacerlo. Así no hay excusas posibles”.

La solución para que situaciones así dejen de ocurrir, además de pasar por estas iniciativas, también le compete a las empresas y a los gobiernos de todo el mundo. Celma declara: “hay que exigir a los gobiernos que estén a la altura del problema. Ahora que vienen las elecciones es importante que las personas también se pregunten por el planteamiento medioambiental que se propone en los programas electorales. Millones de personas exigiendo un mismo cambio. Sería difícil acallarlas”.

100 empresas producen el 71 % de las emisiones en el mundo

En 2017 salió a la luz un informe realizado recopilando datos desde 1988 por Carbon Disclosure Project, formado por algunas organizaciones no gubernamentales de Reino Unido, en el que se revela que 100 empresas producen el 71 % de las emisiones en el mundo. Y presidentes como el de Estados Unidos, uno de los países punteros en emisiones contaminantes, se atreven a negar el cambio climático. Con datos así situaciones como la de Playa Grande, o la gran isla flotante de basura en el Océano Pacífico comienzan a parecer lógicas.

El séptimo continente flotante, en el océano Pacífico

Es importante, y duro, pensar que además gran parte de la basura que baña los océanos de todo el mundo no acaba en las costas, sino siendo ingerida por animales marinos. Celma añade que esta misma semana se encontró otra tortuga marina atrapada en plásticos en la costa de Radazul, también en el sur de Tenerife. “Nosotros somos los culpables de esas muertes y, por tanto, deberíamos hacernos responsables y reaccionar”, afirma.

Los medios de comunicación de todo el mundo también se hicieron eco esta semana del fallecimiento de una hembra de cachalote embarazada y con 22 kilos de plástico en su interior en Cerdeña (Italia). Y no es la única. También en Francia se habla de hecatombe al aparecer miles de cadáveres de delfines mutilados en la costa gala por las redes de los pescadores. La lista sigue creciendo y no se detiene.Situaciones tan graves como estas, como bien decía María Celma en El Porís, no ocurren solo en playas del sudeste asiático, ni tan solo tras una catástrofe natural. La alarma es global y luchar contracorriente es la única opción para revertir una situación que, por desgracia, no hace sino empeorar.

Ally Souza