Europa es un continente que guarda historias y ciudades que hay que vivir en primera persona. Desde 1972, existe un pase con el que los jóvenes sueñan, y que permite recorrer el viejo continente sobre raíles. Mochila al hombro, nos disponemos a enseñarte que hacer este maravilloso viaje no es tan difícil como parece, y que los sueños no dejan de serlo hasta que se cumplen.

Billetes y precios

En la web de Interrail es donde encontramos todas las posibilidades y precios, que depende de cuánto tiempo y a dónde pretendemos viajar. El billete por excelencia es el Global Pass, que incluye 30 países europeos. Ahora lo que debemos decidir es la duración. Tenemos la opción de comprar el Global Pass completo, el pase de oro, que es el que nos permite viajar todas las veces que deseemos durante 30 días, por un precio de 493 €. Pero podemos también obtener billetes para poder coger trenes solo 5, 10 ò 15 días dentro de un mismo mes, o pases que tienen una duración de 22 días. Éstas son las opciones más asequibles.

Una de sus últimas incorporaciones es el One Country Pass, pase que nos permite viajar por 1 solo país de los 30 que tienen acuerdo con Interrail, con ofertas tan suculentas como viajar por Italia durante 1 mes desde 90 €. Si quieres más información siempre puedes visitar la página www.interrail.eu

a veces improvisar es más divertido

La planificación

Prepararnos es uno de los puntos más importantes de nuestro Interrail. Hay personas a las que les gusta planificarlo todo antes de empezar, y otras a las que, simplemente, les gusta dejarlo todo a la improvisación y el azar. Lo mejor será buscar un punto intermedio. Es recomendable planificar el viaje con 3 meses de antelación, sobre todo si pensamos hacerlo en temporada alta, ya que es la más difícil para encontrar alojamiento barato, sobre todo en ciudades turísticas, y reservar trenes especiales como los nocturnos o los de alta velocidad. Pero tampoco debemos tenerlo todo bien atado, y siempre deberemos tener un poco de margen por si nos queremos quedar más días en una ciudad o si, por ejemplo, queremos visitar un lugar que nos han recomendado otros viajeros en el tren. ¡A veces improvisar es más divertido!

Alojamiento y comida

Dos de los factores más importantes de nuestro viaje, y que dependen directamente de nuestro presupuesto. Los mochileros y aquellas personas a las que les gusta vivir experiencias más cercanas a otros viajeros elegirán, sin duda, hacer CoachSurfing o dormir en hostales, lugares donde casi siempre conoceremos personas de todo el mundo, además de ser la opción más económica. El único problema es la comodidad, ya que seguramente tendremos que compartir baño y habitación. Es por esto que, si podemos gastar un poco más, tendremos la opción de estar más cómodos hospedándonos en apartamentos u hoteles, con habitaciones y baño privado. Otra de nuestras posibilidades, y una de las que más fuerza está cobrando en los últimos años, es Airbnb, la página web en la que podemos alquilar todo tipo de viviendas, y que dispone de muchas opciones en cuanto a precios.

La comida, al igual que el alojamiento, es algo muy personal y puede ser diferente dependiendo de nuestro presupuesto. No es lo mismo comer en la terraza de un bistro con vistas a la Torre Eiffel, que sentarte en el césped de sus jardines a comerte un bocadillo del supermercado más cercano… Aunque seguro que las dos opciones, aunque distintas, son igual de mágicas.

callejear por el centro también es muy recomendable ya que descubrirás pasajes estrechos, viejos molinos y paisajes increíbles, siempre entre canales

Sin embargo, si queremos comer cantidad a un precio barato, es recomendable ir a los restaurantes orientales que ofrecen platos muy completos por apenas unos euros. Podemos caer también en opciones baratas aunque menos exóticas como lo son las cadenas de restauración tipo McDonald´s o Subway, que mantienen el mismo precio en todos los países (quizá varíen en algunos casos pero será algo insignificante).

¿Qué ruta podemos hacer?

Una de las cosas más difíciles es planear una buena ruta, una ruta en la que podamos conocer el mayor número de ciudades. A continuación, te dejamos “nuestro itinerario”, un itinerario largo e intenso, que merece la pena realizar y que pasa por las principales capitales europeas:

    1. Ámsterdam (Cara): comenzamos nuestra ruta en la conocida Ciudad de las Libertades, una ciudad en la que la prostitución y el consumo de productos cannábicos es legal. Pero esta urbe es mucho más que eso. Museos como el de Van Gogh, el Rijksmuseum, el Rembrandt o la Casa de Ana Frank son imprescindibles si se visita la capital holandesa. Además, podemos visitar la Plaza Dam, centro histórico de la ciudad, dar un paseo por los canales por tan solo 9 euros, y ver el barrio rojo por la noche, que, aunque escandalizará a algunos, encandilará a muchos otros. Callejear por el centro también es muy recomendable ya que descubrirás pasajes estrechos, viejos molinos y paisajes increíbles, siempre entre canales. Nos despedimos de nuestro primer destino desde la Estación Central de Ámsterdam, una de las más bonitas de Europa.
    2. Brujas (Cara): los modernos vagones de los trenes del norte de Europa nos llevarán hasta nuestro siguiente destino, en Bélgica, donde nos encontramos con una belleza medieval que la posiciona, sin duda, en uno de los lugares más pintorescos de Europa. Es también uno de los templos europeos de la cerveza y el chocolate. Su Plaza Mayor, rodeada de edificios de colores, contrasta con la piedra gris de la torre de Belfort. Como en Ámsterdam, solo pasear por sus calles ya es una razón suficiente para visitarla.
    3. París (Cara): la Ciudad de la Luz, por todos conocida de una forma u otra, y visita imprescindible de cualquier Interrail. Lo mejor para recorrerla es alquilar unas bicicletas, por ejemplo, las de la empresa Velib, para llegar así sobre ruedas a Notre Dame, el Arco del Triunfo y, cómo no, a la Torre Eiffel. El Louvre es otra visita obligada, y recomiendan que lo hagamos al mediodía, que es cuando menos gente encontramos. Igualmente, La Gioconda, de Da Vinci, estará llena de gente sacando fotos, pero podremos visitar con un poco más de intimidad La Libertad Guiando al Pueblo, de Delacroix y la Venus de Milo. Si te quieres quedar un día más no dudes en visitar también el Museo D’Orsay, un imprescindible para los amantes del arte. En este punto del viaje debemos haber reservado un tren nocturno (con sobrecoste aproximado de 30 euros), para así aprovechar los 30 días del pase Interrail, ya que son 12 horas las que nos separan de nuestro próximo destino.
    4. Praga (barata): llegaremos temprano a la República Checa, el paraíso de los cerveceros. Aunque Praga no es el mejor ejemplo de ciudad barata, ya que se ha convertido en uno de los mayores destinos turísticos de Europa, si notaremos el cambio al haber pasado anteriormente por Francia, Bélgica y Holanda. La capital checa no necesita presentación, ya que ver una puesta de sol desde el Puente Carlos es la mejor bienvenida. Ésta es una de las ciudades donde deberemos hacer un Free Tour para estar al tanto del que fue uno de los mayores bastiones medievales del continente, cómo evolucionó una ciudad destrozada por la II Guerra Mundial y conocer la historia que unió y separó a este país de Eslovaquia. Una de sus leyendas más interesantes es la del Reloj Astronómico que se encuentra en el edificio del ayuntamiento, y es que cuando llegan las 12 de la noche, nos recuerda que debemos vestirnos con nuestras mejores galas y salir a algunas de las mejores fiestas de Europa.
    5. Budapest (barata): la ciudad más barata de nuestra ruta, por lo que aquí no hay excusa para no comer bien en pleno centro de la ciudad. Tras llenar nuestro estómago, nos dirigiremos al Puente de las Cadenas para disfrutar de las vistas del Parlamento Húngaro que, a orillas del Danubio, es uno de los más bellos de Europa. Éste se encuentra en la joven ciudad de Pest, y tras pasar el puente llegaremos a la antigua Buda, para visitar el Castillo de Buda y la Ciudadela de Gellért, con magníficas vistas de la ciudad. Volveremos sobre nuestros pasos y cogeremos el metro para ir hasta la Plaza de los Héroes, en donde encontraremos las estatuas de los fundadores de la nación Magyar. Muy cerca, terminaremos nuestra estancia en Budapest en los Baños Szechenyi, uno de los más importantes en una ciudad mundialmente conocida por sus balnearios.
    6. Venecia (cara):  la estación de Santa Lucía nos recibe en la ciudad de los canales. Desde ahí podemos coger el bus acuático para llegar hasta el Puente de Rialto. No es mala experiencia pero… Venecia se disfruta caminando, observando las casas que surgen del agua dejando imágenes increíbles. A pie llegaremos hasta la Plaza de San Marcos y, por doce euros, podremos comprar un pase que nos permita entrar al Museo Correr, para conocer más sobre la historia de esta ciudad de fantasía, y al Palacio Ducal, donde caminaremos por el Puente de los Suspiros, aquel por el que pasaban los condenados a muerte desde las mazmorras hasta el patíbulo, donde exhalaban tras ver Venecia por última vez.
    7. Roma (medio): nuestro último destino del viaje es también uno de los más especiales. Roma es, sin duda, uno de los lugares del mundo que más historia abarca por metro cuadrado. Una de las visitas más importantes deberá ser la del Vaticano, ¡un país más que añadir a nuestro viaje! Allí encontraremos personas que intentarán vendernos tickets para no hacer la cola que, curiosamente, te explican que dura más de dos horas. Nada de eso, entrar a la basílica, quizás la más impresionante del mundo, es gratis y prácticamente no hay que esperar nada de tiempo para entrar en ella. Dentro de los Museos Vaticanos es visita obligada la Capilla Sixtina. Otra parada obligatoria será La Fontana Di Trevi, igualmente obligatorio será tirarle una moneda con los ojos cerrados y de espaldas con el deseo de volver a visitarla. Y pasearemos hasta el Foro Romano, que nos muestra cómo era la ciudad del Imperio. La guinda a este viaje será la puesta de sol desde el Coliseo, que más tarde se iluminará para dar la bienvenida a las estrellas.  

Lo mejor de un viaje, son los recuerdos

Jorge Vaquero