Hay personas que nacen con una vocación innata, mientras que otras desarrollan su talento con esfuerzo y trabajo. Durante mucho tiempo, se decía que Ana de Armas pertenecía al segundo grupo. Ahora, a nadie le cabe duda que, el 30 de abril de 1988, ella llegó al mundo siendo una actriz de los pies a la cabeza.

El camino que ha recorrido la joven hispanocubana para llegar a convertirse en la mismísima Marilyn Monroe no ha sido fácil, rápido ni dado. Como ella misma ha aseverado en varias ocasiones, su trayectoria ha estado marcada por muchos altibajos, clichés y barreras lingüísticas. Quien conoce el sector audiovisual y del cine sabe que ser joven, mujer y latina en el mundo de las cámaras y los focos tiene tantas luces como sombras.

«Ana ha demostrado ser de armas tomar»

Frente a todo esto, Ana ha demostrado ser de armas tomar. Cuando en España nadie apostaba por ella tomó la difícil pero acertada decisión de mudarse hasta la ciudad de los sueños para cumplir el suyo propio: ser una actriz de renombre.

Las telenovelas, las Spice Girls y el nulo acceso a Internet

Ana Celia de Armas Caso nació hace 34 años en la capital de Cuba, aunque no llegó a vivir nunca en La Habana. Toda su infancia (la cual ella describe como “feliz”) transcurrió en Santa Cruz del Norte (Cuba), la ciudad a la que se mudaron al poco tiempo de su nacimiento.

Sus padres, Ramón de Armas y Ana Caso trabajaban en la Asamblea Popular y en el Ministerio de Educación, respectivamente. Aún con una vida laboral muy ajetreada, ambos estuvieron muy presentes en la vida tanto de Ana como de su hermano mayor Javier. 

De hecho, fueron sus padres quienes le hablaron por primera vez de la Escuela Nacional de Teatro (ENT) de Cuba cuando ella tenía 14 años. Por aquel entonces, la pequeña ya derrochaba el talento y el carisma de una actriz de Hollywood: memorizaba los diálogos de las telenovelas, imitaba junto con sus amigas a las Spice Girls y, a falta de Internet, se inventaba sus propios personajes.

Acompañada por su madre, allá por el 2004 decidió presentarse a las audiciones de acceso a la ENT. Tras diez horas de espera recibió la noticia de que había sido una de las elegidas entre los más de 500 aspirantes. Sin embargo, a los dos años tuvo que interrumpir sus estudios. ¿El motivo? Había sido seleccionada para protagonizar su primera película.

De ‘Una rosa de Francia’ a ‘El Internado’

Cuando en 2006, el director Manuel Gutiérrez Aragón le propuso protagonizar “Una rosa de Francia” junto a Jorge Perugorría, su vida dio un vuelco de 180º. De esa primera película no solo aprendió muchísimo, sino que se reafirmó en su deseo de ser una gran actriz. 

Tras concluir los rodajes, retomó sus estudios y otros dos proyectos “Madrigal” y “El edén perdido”. Todos ellos le permitieron reunir una pequeña suma de dinero para dar su primer gran salto hasta una ciudad nueva en la que esperaba cumplir su sueño.

Así fue por lo que Ana de Armas aterrizó en Madrid. Sin embargo, lo que ella nunca se llegó a imaginar es que llegaría a formar parte de una de las series de mayor éxito de España: “El Internado”. 

Con una media de 5 millones de espectadores, la actriz hispanocubana pasó de ser invisible a una de las caras más conocidas y comentadas de todo el país. Pero “El Internado” no solo le dio fama y prestigio, sino una familia. Elena Furiase, Martiño Rivas, Blanca Suárez y Yon González dejaron de ser compañeros de rodaje al principal apoyo de Ana durante esos años.

‘Hispania’: El retroceso que impulsó un salto radical

Cuando la euforia generada por ‘El Internado’ menguó, Ana decidió viajar a Nueva York para cambiar de aires. No obstante, una llamada de su agente le hizo volver a Madrid. Había sido seleccionada para un nuevo proyecto televisivo que parecía prometedor: ‘Hispania’, la serie de RTVE sobre la lucha contra los romanos en su afán de conquistar nuestro país. 

Con tres temporadas emitidas, el proyecto realmente fue un éxito, pero Ana de Armas sentía que había significado un retroceso en su carrera. Ella quería más y estaba dispuesta a luchar por ello. Fue así como, tras muchos castings, en 2014, consiguió un papel protagonista en la película ‘Por un puñado de besos’. 

No le abrió muchas puertas, pero sí fue el trampolín necesario para dar el salto radical y definitivo que le llevaría a protagonizar algunas de las superproducciones más importantes de los últimos seis años. 

LA, la ciudad de los sueños y las estrellas

Sin apenas conocimientos de inglés, experiencia como actriz en el mercado internacional y ahorros para vivir en una ciudad como Los Ángeles, Ana se aventuró, con miedo e ilusión, a luchar por su sueño.

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A partir de ese momento, no sabríamos decir si fue suerte o esfuerzo, quizás un poco de lo primero y mucho de lo segundo, pero en cuatro meses la actriz hispanocubana ya parecía bilingüe, tenía un apartamento propio y su primer contrato cinematográfico: ‘Toc, toc’. A través de esta película dirigida por Eli Roth fue como conoció al actor Keanu Reeves quien más adelante la llamaría para ofrecerle un papel protagonista en español en “Exposed”. 

Un thriller que se estrenaría en 2016 junto con otros dos importantes filmes para De Armas. Por un lado, “War Dogs” de Tood Phillips, en el que interpretó un papel secundario junto con Miles Teller y, por otro, ‘Manos de piedra’, el biopic sobre el boxeador panameño Roberto Durán. Un papel gracias al cual Ana de Armas se rodeó de grandes profesionales de la industria como el mismísimo Robert De Niro. 

A partir de ese año, su vida cambiaría para siempre.

Desde la secuela de Blade Runner hasta ser la chica Bond

En 2017, la carrera de Ana de Armas seguía ascendiendo de forma vertiginosa: Denis Villeneuve la eligió para interpretar el papel de Joi en ‘Blade Runner 2049’. La esperada secuela del thriller futurista estrenado en 1982. Así fue como conoció a Harrison Ford, Jared Leto y Ryan Gosling con quien volvió a coincidir para ‘El Agente Invisible’ de los Hermanos Russo.

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A la película de Villeneuve le siguieron ‘Overdrive’, ‘Corazón’, ‘The Informer’, ‘Yesterday’, ‘La red avispa’ y ‘Knives Out’. En esta última, a pesar de que en un principio no le entusiasmaba mucho su personaje como cuidadora latina, fue en la que consiguió su primera nominación en los Globos de Oro. En concreto, como Mejor Actriz de Comedia o Musical. 

Ya en 2021, Ana de Armas estaba en boca de todos. No era para menos, había conseguido el papel como la nueva chica Bond en ‘Sin tiempo para morir’ de Cary Fukunaga. De hecho, el director escribió el guión pensando en ella. Por supuesto, el filme fue todo un éxito en las taquillas.

Y llegó ‘Blonde’

¿Recuerdas que la primera película de Ana de Armas residiendo en Los Ángeles fue ‘Toc toc’? Pues bien, gracias a esta actuación, el director Andrew Dominik la llamó para el casting de ‘Blonde’, el biopic basado en la novela ficticia de Joyce Carol Oates sobre Marilyn Monroe.

Ana de Armas como Marylin Monroe

Bastó una única audición para que Ana de Armas se hiciera con un papel que llevaba diez años buscando a su candidata perfecta. La actriz se lo había preparado a conciencia. De hecho, ha confesado que estuvo un año estudiando su acento, gestos, filmografía… En definitiva, absolutamente cada detalle de cómo y quién era Marilyn Monroe.

¿El resultado? En Netflix. Si bien la propia trama ha generado un largo debate sobre la categoría de biografía, nadie discute que la actuación de Ana de Armas como Marilyn Monroe ha sido brillante.

¿Y cuáles son sus perspectivas de futuro ahora? Por lo pronto, ya se ha confirmado su participación en dos películas que se estrenarán el próximo año. De lo que no nos cabe duda es que todavía dará mucho de qué hablar. Ella conserva algo que en Hollywood se suele perder: los pies sobre la tierra.

Devo López