España se rinde a la Pantoja. Cinco millones de personas se “apantojaron” alrededor de la televisión para ver su “salto de la rana” desde el helicóptero en Honduras. Los tediosos debates electorales dieron paso a otro debate, el único capaz de unir a España de sur a norte: Isabel Pantoja.

El “apantojamiento” es inevitable. Florecen los grupos de whatsapp para comentar su día a día en la isla, los memes en Twitter, los stories en Instagram, las parodias…

Maribel, como le llaman sus amigos, es una superviviente.

Ha sobrevivido al desprecio de gran parte de los españoles cuando fue condenada a 24 meses de cárcel por blanqueo de capitales de su ex novio Julián Muñoz, ese hombre que hizo de los pantalones hasta el ombligo un arte que ni Zara pudo imitar. Ya nadie parece recordar las famosas bolsas de basura llenas de corrupción marbellí, ni los desplantes faltos de educación a la prensa rosa con el “dientes, dientes, que es lo que les jode”. Ya nada importa porque cualquier tiempo pasado fue peor y lo que realmente nos engancha en este país es el circo. Con Pantoja y todos los que cuelgan de su alargada bata de cola, el espectáculo está garantizado y eso lo sabe Telecirco. Da igual la mierda que le hayan echado encima a “Los Pantojos” durante años. La hipocresía televisiva juega siempre a favor de quien la produce y ahora Mediaset ha encontrado una sustituta a su ya amortizada princesa del pueblo. Ya no suenan la campanas de Belén.

Empieza el reinado Pantoja y pinta que durará muchos años, a tenor de los índices de audiencia que logran ella y los de su dinastía.

Kiko, el príncipe DJ. Su paso por GH dúo, sus adicciones confesadas, su renovada imagen intentando alejarse de su esencia hortera y una mujer que le ha hecho sentar la cabeza y asentar gorra, han conseguido que el apellido Rivera quede en un segundo plano. Ahora es Kiko. Ha conseguido ser Kiko a secas. El primogénito de la reina Isabel.

Isa, la princesa del Tinder. Novio va, novio viene. Desliz va, desliz viene. Enfado va, enfado viene. Reconciliación va, reconciliación viene. Isla, Albalá, Omar, Asraf… no son los nuevos fichajes del R.Madrid. Es la alineación que más partidos ha jugado con Isa en televisión. Partidos de ida y de vuelta que ganan por goleada a cualquier contraprogramación.

Isabel, la reina de Cantora, ha vuelto para quedarse y para librarse. Librarse de las deudas que generó su ambición Malaya.

El espectáculo está servido y todos los españoles, todos, hasta los que reniegan de Telecirco, asistiremos a él “apantojados” porque sí, “sí la van a grabar más”. Con Pantoja nos olvidaremos de la incertidumbre política que nos asiste y de nuestra descafeinada rutina. Y eso es: MA-RA-VI-LLO-SO.

Fede de Juan, @Fede_dejuan