¿Qué te gustaría conocer un lugar lleno de magia, belleza y arte en estado puro? Pues has llegado al lugar indicado, porque te vamos a hablar de un espacio que no puedes dejar de visitar cuando hagas tu próximo viaje a Roma. ¡Bienvenido a la Villa Farnesina!

Esta pequeña joya se encuentra ubicada en el barrio de Trastévere bajo la colina de Gianicolo, que es una de las más populares, a pesar de no pertenecer a unas las 7 famosas colinas de Roma.

Te aseguramos que es el emplazamiento adecuado si buscas un lugar lleno de belleza que aune naturaleza, mitología, arquitectura y arte.

Chigi, el banquero de los papas

La Villa Farnesina es una de las obras maestras del Renacimiento Italiano. Fue construida entre 1505 y 1511 por Agostino Chigi, uno de los banqueros más importantes de la época.

Chigi fue uno de los personajes más importantes durante la época, pues fue el banquero de Papas como Alejandro VI, Julio II o León X. Agostino Chigi tuvo tanto poder, que era llamado El Magnífico. Hay que tener en cuenta que, en este periodo, solo dos personajes recibieron este sobrenombre, uno fue Chigi y el otro Lorenzo de Medici.

Este banquero decidió construir el palacio en una zona baja, al otro lado del río Tíber, donde alguna vez crecieron huertos del emperador Julio César. La edificación es pequeña y sencilla, siendo un gran ejemplo del movimiento artístico del Cinquecento.

Sin embargo, la magia y lo fundamental de esta obra artística, no radica en su arquitectura, huertos o jardines, sino que reside en su interior. Un “interior joya” que, sin duda, te deslumbrará.

Arte, mitología y sensualidad

Este palacio fue una de las primeras villas suburbanas que se realizó en Roma y en él no tuvo cabida la religión pero sí el placer y la sensualidad.

La estructura del edificio consta de dos plantas, compuesto por un bloque central y dos pequeñas alas laterales. Del mismo modo, su interior esconde auténticas obras de arte, que hará que te sumerjas en cada sala y te cueste salir de cada una de ellas.

La primera que se terminó de edificar fue el vestíbulo principal de la zona baja, espacio que en sus orígenes estaba destinado a ser una logia abierta que daba al río. Este espacio es conocido como la Sala de Galatea, en donde Agostino Chigi pintó el cielo que había el día de su nacimiento, entre finales de noviembre y principios de diciembre de 1466.

Sala de Galatea (Foto de Storia dell’ Arte)

Rafael, Piombo y Peruzzi

Igualmente, hay que destacar que el fresco que recorre el techo “es mágico”, pues es mitología en estado puro. El conjunto pictórico fue encargado al pintor Rafael, un hecho sorprendente, pues era un pintor que no habituaba a representar mitos o desnudos, sino piadosas y castas vírgenes con niños.

En el fresco, Chigi tenía la intención de representar las distintas escenas del mito de Polifemo y la ninfa Galatea, en el que cíclope fue rechazado por la ninfa. En él se simboliza el amor platónico frente al amor carnal. La historia cobra más sentido, si te contamos que Agostino Chigi vivió una situación similar al ser rechazado por Margarita Gonzaga, con quien estaba prometido. Por el contrario, del conjunto solo se llegaron a realizar a ‘Galatea’ (1511) realizado por Rafael y ‘Polifemo’ (1512) que lo hizo Sebastiano del Piombo.

Del mismo modo, en esta sala destaca el resto de pinturas que adornan el techo y los muros encargados a Baldassare Peruzzi y sus discípulos, donde se muestran temas mitológicos y astrológicos.

La Logia de Psique y Cupido: ¡Una boda de Dioses!

Ahora bien, si la anterior sala ya te pareció impresionante, deja que te hablemos de la Logia de Psique y Cupido. En ella se narran las diferentes escenas de la boda de Cupido y Psique, según el libro ‘El Asno de oro’ de Apuleyo.

Agostino Chigi encargó en 1517 a Rafael la decoración de la bóveda de esta logia. Sin embargo, solo la diseñó e hizo los bocetos y fue pintada por sus ayudantes: Raffaellino del Colle, Giovanni Francesco Penni y Giulio Romano.

En este fresco podemos observar un emparrado vegetal elaborado por Giovanni da Udine, que está compuesto por especies botánicas de todo tipo. Al igual que la habitación anterior, se considera que Cupido representa a Chigi y Psique a Francesca Ordeaschi, cortesana y amante de Chigi, a la que convirtió en su esposa en esa época.

Esto suponía el ascenso de una plebeya al grupo de los más ricos de Roma. Al igual que pasó en la historia de Apuleyo, donde Psique tuvo que superar obstáculos para ser aceptada por los dioses y casarse con Cupido.

Viaje a la Roma del siglo XVI

Solo te hemos hablado de las dos salas más importantes, que se encuentran en el piso inferior. No obstante, en la segunda planta, no te puedes perder el Salone delle prospettive, decorado por Peruzzi en el que recrea mármoles y frisos clásicos.

Sala de las Perspectivas (Foto de El señor del Biombo)

El nombre de esta habitación viene de la ilusión óptica que nos hace creer que accedemos a una zona exterior, pues a través de las columnas se pueden observar edificios de la Roma del siglo XVI. Por último, en el dormitorio de Chigi se representa la historia de Alejandro Magno y Roxana, que fue elaborado por Giovanni Antonio Bazzi, también conocido como Sodoma.

Te recomendamos que si quieres conocer cada detalle de esta maravillosa obra de arte, acudas a visitarla, pero con tranquilidad y con las ganas de perderte en cada una de las pinturas que recorren este palacio. ¡Si viajas a Roma, no puedes dejar de visitar esta auténtica joya pictórica!

Alejandro Mesa