La primera vez que entrevistamos a MolaViajar fue en plena pandemia. Confinados en casa viajábamos en nuestros sueños e imaginación gracias a muchos de sus contenidos online.
Hoy tenemos la oportunidad de ahondar aun más en MolaViajar gracias a la entrevista que nos han dado Adri y Gosi para este número. Y es que…¡No podía faltar en nuestro especial de Nueva York!
Adri, ¿en qué momento supiste que viajar marcaría tu vida?
Para mí, todo empezó con el viaje que hice a Dublín. Fui a probar, a estar allí un verano y me di cuenta de que estaba rodeado de personas muy interesantes provenientes de Arabia, África, Estados Unidos o Alemania y, por no saber inglés, me estaba perdiendo mucho.
No los entendía y quería hacerlo, pero no solo a ellos, deseaba aprender inglés y viajar para conocer el mundo. Tras esa experiencia, mi primer gran viaje fue Tailandia. Ahí fue donde descubrí que eso era lo que quería hacer realmente: viajar por el mundo. Por lo que me propuse buscar la manera para poder conseguirlo, ¡y aquí estamos!
¿Y tú, Gosi?
Bueno, en mi caso el deseo de irme al extranjero surgió a raíz de que, cuando era pequeña, mis tíos y primos emigraron a Estados Unidos. La situación en Polonia era muy diferente, nada que ver con la actual. Por lo que, con 20 años, decidí irme para probar la experiencia de vivir en otro lugar tal y como hicieron mis familiares. Sin duda, fue inolvidable.
¿Cómo fue esa puesta en común? ¿Cómo os disteis cuenta de que compartíais pasión? ¿Cuál fue el primer viaje en común propuesto? ¿Hubo desacuerdos a la hora de elegir destino?
A: Es curioso porque nos conocimos estando ambos en el extranjero, en concreto, en Escocia en el año 2005. Por aquel entonces, trabajamos juntos limpiando habitaciones. Así surgió el amor (ríen). Nuestro primer viaje juntos lo tuvimos claro: París, la ciudad del amor. La verdad es que nos sirvió para darnos cuenta de que nos gustaban las mismas cosas y que teníamos formas de pensar que conectaban mucho.
Todo se dio muy bien, bueno casi todo… Y es que, como una pequeña anécdota, cuando reservé el alojamiento como íbamos justos de dinero busqué un hotel que era asequible y estaba bien. Lo único era que solo tenía dos camas en vez de una. ¿Y qué sucedió? En realidad, era una litera. Así que sí, en nuestro primer viaje romántico juntos dormimos en una litera (ríen).
Contáis en vuestra web que MolaViajar surge como una forma de comunicarse con amigos y familiares mientras viajabais, ¿en qué momento se profesionaliza? ¿Cuándo le ponéis nombre?
A: En el año 2008, tras un primer viaje a Tailandia, tomamos la decisión de que queríamos viajar varios meses por el mundo. Por aquel entonces, vivíamos y trabajábamos en Barcelona. Yo en una agencia de diseño y Gosi en una tienda de ropa. Así que lo dejamos todo para viajar. Una decisión que nuestra familia llevó bastante mal. Por lo que, como no había WhatsApp, Instagram ni todas las cosas que tenemos hoy en día, decidimos crear un blog para que pudieran seguirnos.
Lo cual me lleva a la pregunta del nombre, es curioso… Cuando le comenté la idea a un amigo francés que hablaba más o menos español me dijo “molaviajar” y nos gustó. A partir de ahí, creamos el blog y así nuestras familias podían ir viendo nuestras aventuras y sabiendo cómo estábamos. Se quedaban más tranquilos, sobre todo mi madre, ellos son más tradicionales. De hecho, nunca hemos viajado en familia. Así que te puedes imaginar cómo llevaban lo de tener un hijo que no paraba de recorrer el mundo y dejar trabajos. Fue bastante duro para ellos.
Supongo que, como cualquier proyecto, éste también habrá tenido sus noches en vela, ¿ha habido momentos de dudas al respecto de si seguir o no? ¿Cuáles han sido los principales escollos? ¿Cómo los superasteis?
A: Bff… Hubo muchos momentos de bajón porque esto empezó como un hobby hasta que nos planteamos que sí que queríamos vivir de ello. Lo que suponía dedicarle muchísimas horas y, aun así, era realmente complicado. Las cosas funcionaban de otra manera hace 16 años. Resultaba muy difícil que las marcas o empresas te hicieran caso.
G: Era todo muy nuevo, así que teníamos que combinar nuestros trabajos con el blog de MolaViajar y, luego, con el canal de YouTube que lo creamos cuando “nos quedamos embarazados” de nuestro primer hijo. En ese entonces, no sabíamos por dónde iba a ir, era una apuesta decir “venga, vamos a seguir trabajando en ello”.
A: Pero, sí, nos planteamos tirar la toalla varias veces porque no teníamos tiempo para todo (subir vídeos, escribir en el blog, contestar mensajes…) y venía una niña en camino, así que no podíamos trabajar en cualquier cosa. Fueron momentos muy complicados hasta que conseguí un empleo “más estable” de Community Manager en una empresa del sector de viajes. Eso nos ayudó a tirar para adelante y continuar con MolaViajar.
¿En qué momento os dais cuenta de que MolaViajar se va a convertir en vuestro medio de vida? ¿Qué sentís entonces? ¿Algo de vértigo?
G: Curiosamente todo el vértigo previo al nacimiento de nuestra hija se disipó cuando ella llegó, y es que, como se suele decir, “vino con un pan debajo del brazo”. A partir de ese año (2013), las empresas empezaron a contratarnos y las cosas fueron a mejor. Nos salieron varias colaboraciones con las que obtuvimos buenos ingresos que nos impulsaron a seguir luchando por el proyecto, aunque todavía no habíamos dado con la tecla definitiva. Esa vendría un poco más adelante.
Quienes nos dedicamos al mundo de la comunicación y vemos el trabajo que hay detrás de un proyecto como MolaViajar sabemos que, efectivamente, hay MUCHO TRABAJO, ¿cómo lo gestionáis?
G: Sí, es algo que intentamos enseñar en MolaViajar porque nosotros ahora, aparte del blog, la tienda, el canal de YouTube y el servicio de consultas, tenemos la parte editorial con las guías de viajes.
A: Al principio intentábamos cumplir con todo, pero llegó un momento en el que tuvimos que tomar la decisión de poner en pausa algunas cosas y delegar o pedir ayuda en otras. Por ejemplo, en YouTube, hicimos un parón de casi un año porque queríamos centrarnos más en la parte editorial la cual lleva muchísimo trabajo detrás. Parecerá una tontería pero, por ejemplo, cuando decidimos regalar 15.000 guías tuvimos que informarnos de todo, desde cuánto era el coste de comprar quince mil sobres acolchados hasta gestionar los envíos y las incidencias. Es una locura todo lo que hay detrás… Programación, maquetación, empaquetamiento, envíos, etc.
Y pasamos a la siguiente fase, la familia crece. ¿En qué momento sale el tema? ¿Lo tenéis claro entonces o es éste uno de los temas que provoca alguna que otra noche en vela?
A: Este tema también trajo alguna que otra noche en vela (ríen).
G: Sí, yo quería ser madre, pero Adri prefería esperar un poco más. Era una decisión que cambiaría nuestra vida, aunque por aquel entonces no podíamos imaginarnos cuánto. Aun así, creo que los tuvimos a buena edad, pues pudimos viajar mucho con ellos cuando aún eran muy pequeños.
Hoy en día, con Daniela y Oliver ya mayores, en esos momentos en los que se para el mundo y un padre y una madre se pregunta «¿lo estaré haciendo bien?», ¿qué os contestáis? ¿Hubiera sido así la infancia ideal del pequeño Adri y la pequeña Gosi?
A: En mi caso, durante mi infancia mis padres trabajaban muchísimo. Mi padre era quiosquero y mi madre trabajaba de dependienta en El Corte Inglés. Por lo que, ni viajábamos ni pasábamos tanto tiempo juntos como el que estoy yo con mis hijos a día de hoy. Por esa parte, me siento muy afortunado y agradecido, pues trabajamos desde casa, viajando y con la posibilidad de que ellos vengan con nosotros.
G: Sí, estamos muy orgullosos. Creemos que es importantísimo a la hora de educar a un niño, sobre todo en sus primeros años de vida, que viajen y conozcan otras culturas, hablen diferentes idiomas y se relacionen con múltiples personas. Cuando sales de tu entorno, tu concepción del mundo es diferente.
¿Qué significa MolaViajar para ellos?
G: A veces nos lo hemos preguntado porque antes, cuando eran más pequeños, nos preguntaban “Mamá, papá, ¿por qué la gente se para y se hacen fotos con vosotros? ¿Por qué saben mi nombre?”. Sin duda, les resultaba raro, pero hoy en día saben que nos dedicamos a viajar y hacer vídeos.
A: Sí, además, ellos ven vídeos en YouTube de otros creadores por lo que saben lo que es. No es algo que les resulte extraño, al igual que viajar, para ellos es algo muy normal porque prácticamente desde que nacieron han estado viajando. No obstante, siempre es difícil ponerse en la mente de un niño cuando tus padres tienen este trabajo que no es tan habitual.
Hablábamos de que se hace evidente la cantidad de trabajo que hay detrás del proyecto, y es que habéis sido muy generosos con vuestros seguidores. Información gratuita de calidad, contestación a casi todas nuestras preguntas (yo os he preguntado en un par de ocasiones en estos 15 años), buena actitud… ¡nos habéis regalado hasta vuestras guías! ¿Es ésta una buena idea de negocio?
G: Sí, la verdad es que nuestra idea de negocio es un poco diferente a lo que es el mundo influencer, redes sociales y demás. Es decir, no nos gusta hacer publicidad directamente o que una marca nos pague por hacer publicidad hoy de una cosa y mañana de otra. Lo que solemos hacer es aceptar una campaña anual de algo que esté relacionado con el sector de los viajes o que encaje con nuestra filosofía.
A: Sí, al final vivimos de que nuestros seguidores viajen y utilicen los enlaces que les facilitamos para hacer sus reservas. Desde el seguro médico, el hotel o una tarjeta para Nueva York. A través de estos enlaces de afiliados nosotros recibimos una comisión y, además, suelen tener algún descuento para la persona que lo utiliza. Esto, ligado con la otra pregunta, ¿por qué regalamos tantas guías? ¿Por qué ayudamos a la gente? Porque al final también nos ayuda a poder vivir de esto. Es como una cadena de favores.
G: Por suerte, tenemos seguidores que son muy agradecidos, que confían en nuestro trabajo y en las recomendaciones que les hacemos. Nunca vamos a recomendar algo si no lo hemos probado o estamos seguros al 100%.
Londres, Nueva York, Costa Oeste, Cracovia… ¿cuál ha sido más complicada? ¿Con cuál habéis disfrutado más? ¿Cuál será la próxima? ¿Podemos ofrecer alguna primicia a los lectores de The Pocket Magazine?
A: La más complicada diría que fue Londres. De hecho, nos llevó casi dos años poder publicarla, pues tuvimos que hacer muchos viajes a la ciudad, leer bastantes libros y documentarnos. Por ejemplo, la de Nueva York no fue fácil, pero era una ciudad que ya conocíamos bastante.
G: La verdad es que cada guía es un reto y, aunque el estrés previo al lanzamiento es horrible, disfrutamos mucho haciéndolas. Bueno… y la emoción cuando las recibimos en casa es indescriptible.
A: Sí, poder tener en nuestras manos algo que nos ha llevado tanto sacrificio y que sea un producto de tan buena calidad y tan completo, ¡estamos muy orgullosos! Por eso, de cara al 2024 hemos querido dar un paso más allá y estamos trabajando con cuatro especialistas en cuatro destinos chulísimos para poder lanzar nuevas guías. ¿Sobre qué destinos? En primicia os contamos que serán París, Tailandia, Praga, Ruta 66 y, quizás, Budapest.
G: Estamos muy ilusionados con esto, pues al final creemos que para hacer crecer el proyecto tenemos que aumentar el personal. Eso sí, las guías van a seguir teniendo nuestra misma esencia, pues revisaremos todo e, incluso, haremos las rutas con los especialistas para asegurarnos de que es verídico.
Nueva York, sin duda, uno de los destinos fetiche de MolaViajar, ¿qué significa Nueva York para Adri y Gosi?
G: Para mí tiene un significado muy grande porque, como os contaba, fue mi primer viaje. Además, se dio la casualidad de que llegué a Nueva York el 10 de septiembre de 2001 a las 8 de la noche. Es decir, unas 10-12 horas antes de que se produjera el atentado de las Torres Gemelas. Yo iba para allí a trabajar como niñera en la casa de una familia y, bueno, la experiencia empezó bastante mal, fue impactante. A pesar de todo, es una ciudad que cambió mi vida tanto que he vuelto a vivir allí varias veces con diferentes familias.
A: En mi caso, más bien fue el hecho de que gracias a Nueva York pudimos empezar a vivir de esto. En el momento en el que nos centramos en la ciudad y nos convertimos en especialistas de Nueva York, comenzamos a llegar a más personas y el proyecto creció muchísimo. No sé cuántas veces habré ido ya, quizás unas quince o veinte, pero me encanta. Es una ciudad que te aporta tanto…, siempre hay cosas que hacer, está en constante cambio, es dinámica… Nunca acaba para MolaViajar.
Una reflexión al respecto de viajar con niños:
G: Sumado a lo que ya comentamos antes, diría que no hay que agobiarse por ver en redes sociales a niños viajando por el mundo ni forzarse a hacerlo si realmente sientes que no vas a disfrutar del viaje. Cada persona es un mundo y, en caso de duda, es mejor esperar un poco e ir haciendo escapadas cortas para ver cómo reaccionan y lo gestionan.
A: Sí, de hecho, los nuestros tuvieron una época en la que se vomitaban mucho nada más subirse al coche. Por lo que teníamos que buscar otras formas de movernos o aprovechar los momentos en los que estaban dormidos para hacerlo. Fue complicado, así que, como dice Gosi, no hay que forzarse, cada niño y padre es un mundo. ¿Vale la pena intentarlo? Sí, es una experiencia única que une mucho a las familias y ayuda a que los niños aprendan muchísimo.
¿Cómo o dónde os véis con 70 años? ¿Existe una idea de jubilación para Adri y Gosi? ¿Seguirán los peques vuestros pasos convirtiendo MolaViajar en «una empresa familiar»?
G: Yo me veo haciendo crecer este proyecto, pero sin tener que depender tanto de nosotros o de nuestra imagen.
A: De hecho, es lo que queremos hacer con la entrada de nuevas personas al equipo y disponiendo de más destinos que le den un impulso a la parte editorial y al blog. Respecto a la pregunta de los peques, si ellos de mayores quieren seguir nuestros pasos, nosotros encantados pero, por el momento, preferimos mantenerlos un poquito al margen de MolaViajar.
G: Sí, no somos un canal de viajar en familia, aunque a veces viajemos los cuatro juntos y podamos dar consejos o contar qué tal ha sido la experiencia.
A: Ya cuando sean mayores de edad que ellos decidan. Si quieren unirse, como te decía, estaremos encantados y les explicaremos todo lo que sepamos y ayudaremos en lo que podamos. Inclusive, a que aprendan a editar, así quizás viviremos también más tranquilos (rién).
Cerramos con una pregunta indispensable, ¿vuestro próximo viaje?
A: Como queremos supervisar las rutas de las nuevas guías, en marzo, nos iremos a París con la persona que está llevándola para que nos enseñe todo. Lo mismo con Praga, ¡qué ganas!
G: Sí, la verdad es que 2024 va a ser un año muy emocionante para MolaViajar. ¡Muchas gracias por esta entrevista!
¡A vosotros! Ha sido un placer poder conoceros un poco más. Estaremos muy atentos a las nuevas guías. ¡Os deseamos lo mejor!