Estos últimos meses nos han enseñado a vivir en presente y a convivir con esa sensación de incertidumbre constante, algo incompatible con la preparación de cualquier evento, y mucho menos una boda. Son muchas las parejas que se han visto afectadas y han tenido que cancelar o posponer la fecha de su enlace, pero ¿qué pasa con las bodas que se van a celebrar?

Las parejas que tenían previsto darse el sí quiero este otoño van a tener que adaptarse a la “nueva normalidad” y con eso surge la siguiente cuestión: ¿Es posible celebrar una boda sin besos, abrazos y con el distanciamiento social como invitado principal? Hace unos meses nos hubiese parecido impensable, pero el sector nupcial, como todos, se ha tenido que reinventar y tanto los novios como los llamados “wedding planners” tendrán que adaptarse a estos nuevos tiempos que nos ha tocado vivir.

Atrás quedan esas bodas de película con 500 invitados y en espacios interiores. El límite de aforo ha dado lugar a bodas cada vez más íntimas, reduciendo así el número de asistentes a los imprescindibles. Pero no solo eso ha cambiado, también habrá alteraciones en el lugar de celebración, el banquete, los regalos de los invitados y cualquier otro aspecto que se nos pueda ocurrir.

En Canarias, las bodas al aire libre ya eran una de las principales opciones gracias a nuestro clima privilegiado, convirtiendo playas y jardines en el escenario perfecto para celebrar ese momento tan especial. Sin embargo, ahora más que nunca veremos este tipo de enlace con mayor frecuencia convirtiendo espacios al aire libre en el aliado perfecto para mantener esa necesitada distancia social.

El cóctel de bienvenida será otro de los afectados en esta nueva normalidad. Atrás quedan los días de las mesas estilo buffet para dar paso al servicio en mesa, evitando así aglomeraciones en los puestos de comida.

Las mascarillas han llegado para quedarse y convertirse en un complemento más. Estoy segura de que en las próximas bodas las veremos de todo tipo de tejidos y diseños a juego con el vestido. Otro de los accesorios que no van a poder faltar es el gel hidroalcohólico, que llevamos en el bolso como si de un pintalabios más se tratase, estará situado en diversos puntos de la finca, hotel, restaurante… incluso como detalle que se dé a los invitados.

Nunca imaginamos, ni en nuestros sueños más salvajes, que una pandemia salida de la mejor producción Hollywoodiense nos fuera a cambiar la vida en tantos aspectos, sin embargo, no nos queda otra opción: hay que reinventarse y adaptarse a esta nueva normalidad impuesta.  Lo más importante que tenemos que recordar es que este virus no nos quitará las ganas de vivir y celebrar el amor y todas las cosas bonitas de la vida. Por eso, estoy segura de que las bodas que se celebren próximamente serán más especiales que nunca.

Sara Rijo @theredlipslady