Ignoramos la hora del té y el madrileño frío de enero para refugiarnos en el legendario Museo Chicote y disfrutar, cóctel en mano, junto a Mama Casquet.
Vemos a Noemí Casquet bajar de su Uber en plena Gran Vía a través de los cristales de la puerta giratoria del local. Su look era aquel con el que todos contábamos, un total black, Botines, pantalón, corpiño y un abrigo con cuello efecto pelo y cinturón marcando su cintura.
Comenzamos con la sesión de fotos. Nuestro fotógrafo le pregunta por si es o no una chica atrevida a lo que, acompañando la sonrisa en las caras del resto del equipo, ella contesta con un rotundo sí y comienza a seguir sus indicaciones. Lo primero que hace es subirse a una tarima y posar. Las distintas poses salen de una forma casi innata facilitando el trabajo de fotografía.
Una vez entramos todos en calor nos sentamos junto a la cristalera y fuera de la que sería nuestra entrevista no tuvimos más opción que preguntar… ¿es realmente Casquet tu apellido o se trata del 50% de tu nombre artístico? Noemí sonríe y nos dice que sí, que es su apellido de DNI, nos invita a verlo para que la creamos y nos comenta que no, que no somos los primeros en preguntárselo. “No me podía haber dedicado a otra cosa que no fuera ésta”, afirma.
Y es que Noemí Casquet es, entre otras muchas cosas, periodista especializada en sexualidad y divulgadora sexual. Con sus recién estrenados 30 la catalana tiene a sus espaldas seis novelas de liberación que son auténticos líderes de ventas (Mala Mujer, Zorras, Malas, Libres, Cuerpos y Almas).
Metidos en materia le preguntamos qué fue aquello que la llevó a especializarse en sexualidad. Nos cuenta que con 14 años tuvo su particular revolución sexual, que su madre siempre ha sido una persona muy abierta, que nunca la ha juzgado ni tenido ningún tipo de tabú y la ha educado en la libertad por lo que considera que esa mochila de miedos y prejuicios con los que algunos comienzan su etapa sexual ella la llevaba totalmente descargada.
“Eso hizo que me convirtiera en la Mama Casquet de mis amigas por aquel entonces. Ellas me comentaban sus dudas sexuales y yo se las contaba a mi madre, mi madre resolvía esas dudas y yo se las resolvía a ellas. Lo trataba de una forma tan natural que al final nos juntábamos siempre para hablar de lo mismo. Pero realmente creo que fue el año antes de comenzar la carrera cuando me di cuenta de que era una opción. Estaba escribiendo un artículo para un blog que se titulaba “Hazte el amor”, hablaba de la masturbación femenina y el feedback fue tal que creo que fue cuando realmente comenzó la idea de lo que hoy soy y hago. A partir de ahí creé mi propio blog en el que seguir escribiendo de sexualidad. La promesa vino cuando presenté ese blog en clase, en primero de carrera, y el profesor me tachó de “guarra” delante de todos mis compañeros. Me dijo que había hecho eso para llamar la atención del público masculino únicamente. Ésa fue quizá la chispa que originó mi proyecto de vida, la promesa de que iba a dedicar mi vida a que nadie volviera a pasar por aquello, por la vergüenza, la culpabilidad, la sensación de fragilidad por el mero hecho de hablar sobre el origen de nuestra vida”.
“No hay un plan B, solo puedo hacer esto”
Aparece Héctor en nuestra mesa preguntando si queríamos tomar algo. No eran aún las seis de la tarde y nos miramos. Era viernes , estábamos en Museo Chicote y Noemí lanzó la pregunta al aire… “¿Son horas para un Manhattan?” Pedimos un Manhattan y un mojito de frambuesa y seguimos con nuestra charla.
Ahora es evidente el éxito de Noemí Casquet pero no fue siempre así…
Estoy en un momento en el que me está yendo muy bien tanto a nivel económico como de impacto pero no siempre fue así. Mi familia es una familia muy, muy humilde, yo nací en un barrio complicado y los principios fueron muy complicados. He comido mucho arroz pero me va la vida en ello, el propósito de mi vida es ayudar a liberar a la humanidad a través de la sexualidad.
Cuando tenga 70-80 me gustaría seguir escribiendo y poder mirar atrás para ver que le hemos ganado, aunque sea un poquito, la lucha al sistema, desde fuera y desde dentro devolviendo al ser humano ese poder sexual que tiene. Ojalá haya podido devolver algo de nuestra sexualidad ancestral a una sexualidad algo más normativa y convencional.
¿Cómo se marca la agenda en cuestión de contenidos? ¿Cómo se documenta una divulgadora sexual?
Ahora mismo me está siendo complicado porque estoy dedicando mucho tiempo a otros proyectos antes que la investigación pese a que es una de mis prioridades. Aunque ahora mismo tengo un gran equipo detrás que me apoya y me deja ratitos en los que sí que puedo centrarme exclusivamente a la labor de investigación, algo que va en mí como periodista y además me encanta.
¿Cuándo te diste cuenta de que estabas logrando los objetivos que te habías marcado?
Estoy donde tengo que estar y tengo que llegar aún más alto, soy una persona muy ambiciosa y muy inconformista. Es una maravilla por un lado, siempre queremos más, pero por otro lado es mierda, nos autoexigimos constantemente y no nos damos cuenta del lugar en el que estamos en cada momento.
Para mí va de la mano un aumento del éxito con un despertar de la conciencia y una apropiación de mi propia espiritualidad porque sino no se sostiene, se te puede ir fácilmente la cabeza. Pero creo que hay un antes y un después de cuando aparecí en La Resistencia a la par que publicaba mi primer libro.
Aquello se convirtió, casi de la noche a la mañana, en un fenómeno y me di cuenta. Por aquel entonces decidí cerrar mi agencia de comunicación y dedicarme full time a mi marca personal, un poco con el culo apretado… pero siempre digo que eso es lo ideal, sentir ese vértigo propio de que estás avanzando, de que vas por el buen camino, de que el miedo existe pero no te para.
Para ti no hay zona de confort, ¿no?
Intento que no, aunque me flipa tenerla. Me encanta estar en casa con mi rutina pero, al final, cuando quieres avanzar y quieres ganar una lucha la zona de confort no es más que un falso espejismo y te tienes que alejar de ella porque sino te para los pies y te aleja de lo que quieres conseguir.
¿Es la experiencia un grado, aún más si cabe, cuando hablamos de sexo?
La experiencia para mí es importante, yo creo en el nuevo periodismo en el que los periodistas usamos nuestro cuerpo también como un canal informativo y un canal de experiencias, y bajo nuestra subjetividad y acorde a lo que nos hemos documentado contamos. Ahora mismo me encuentro en esa fase con el tao y el tantra, realmente tengo que saber cómo te sientes ante esto antes de divulgar sobre ello.
¿Qué significan las redes sociales para la marca Mama Casquet?
Ahora mismo son un punto de apoyo importantísimo, a cuantas más personas me dirija más rápido va a llegar el mensaje. La información nos pertenece como sociedad y mi máxima es intentar hacerla llegar a quien me escucha con el mínimo de interferencias posibles. Las redes sociales me dan la posibilidad de llegar a millones de personas con una educación sexual sesgada a priori.
¿Algún logro con el que hayas disfrutado especialmente?
No disfruto mucho de mis éxitos porque me cuesta verlos, ¡es una putada! Hago cosas por check y cuando logro algo paso sin más a lo siguiente sin apenas saborearlo. Soy un poco como el perro al que le atan una caña con un hueso en el extremo y se pasa la vida corriendo intentado cogerlo sin saber que nunca podrá cogerlo.
Si me preguntaran ahora mismo si me considero una persona exitosa diría que no aunque para otros pueda ser una persona súper exitosa. Pero si me paro a pensar un poco, uno de los éxitos a los que más cariño tengo fue cuando conseguí el millón en Instagram. Fue un éxito muy rápido que me pilló desprevenida, estaba viviendo una mala época y no sabía por dónde tirar.
Una amiga se puso muy pesada con los reels, pero muy pesada, muy pesada y un día cogí medio caqui y me puse a grabar, otro día subí otro que decía “3 trucos para comerte un coño”… vi cómo la cosa subía y empecé a subir uno al día. Durante un mes y medio tuve una media de 35.000 seguidores nuevos al día, ¡FUE UNA AUTÉNTICA LOCURA! A finales de 2020 tenía 280.000 seguidores y en mi lista de propósitos del año siguiente tenía “hacer crecer la comunidad y seguir divulgando” y me puse “¿un millón?” y el millón lo conseguí en tres semanas.
Seguí creciendo y a día de hoy somos 2 millones doscientos mil. En un año he conseguido dos millones de seguidores…
¿Cómo reacciona la familia al ver a qué te dedicas? ¿Te siguen?
Mi padre y mi madre me siguen. Mi padre es taxista y siempre va a lardeando de hija con sus clientes. Y qué decir de mis abuelos. Mi abuela dice que “coños y pollas los ha habido siempre otra cosa es que el resto lo hable como tú lo hablas”. Escuchar eso de tu abuela cuando nunca antes la había oído decir “coño” o “polla”… Yo hablo con mi familia de poliamor, de orgías, del tantra… lo hago con naturalidad y es quizá por eso que ellos se han abierto mucho a mí en ese sentido. He sido siempre un poco el patito feo pero al final considero que somos una familia de bonitos cisnes negros que van un poco en contra del sistema y eso… me pone.
En cuestión de sexo, ¿tienes la sensación de que ya lo sabes y lo has probado todo?
¡Hermana! Estoy empezando a entender el verdadero significado de la sexualidad después de 12 años dedicándome a esto. Solemos follar de una forma muy física pero hay mucho más allá, es algo que me está enseñando el tantrismo, el taoísmo, la sexualidad ancestral en general. Estoy empezando a controlar los orgasmos expandidos, empezando a controlar la sublimación de mi energía sexual para poder estar orgasmando durante minutos, empezando a conocer mi yo espiritual.
Paola Bonilla Fotografía: Francisco Fernández