¿Cuándo das el salto de publicar un libro y contar tu historia?

Cuando se pone en contacto conmigo el periodista de investigación colombiano Alberto Donadio (Historia secreta de un espía ruso en Bogotá, 2017) que investigaba acerca de la vida de mi padre. Me habla pensando que era la hermana de mi madre, debido a que tengo sus mismos apellidos. Cuando descubre que realmente soy su hija, nos pusimos a investigar juntos y esto coincide con una serie de circunstancias en mi vida en la que yo puedo conseguir más información. Pude tener acceso a documentación que hasta entonces no tenía.

Lo primero que supiste de tu padre.

Lo primero que supe era mentira. Lo que me decía mi madre al principio cuando yo era muy pequeña, es que fue un matemático alemán. Era su versión censurada de lo que realmente era, un economista soviético que trabajó para la CIA. Hay cosas todavía que descifrar porque a día de hoy, lo hablo con mi tata, la mujer que me crió junto con mi abuela, y no entendemos algunas de las cosas que nos contaba mi madre. No conciertan en cuanto a fechas. Un ejemplo fue una televisión a color que teníamos en mi casa, que según mi madre fue un regalo de unos amigos de mi padre. Entonces entiendo que quizá era su forma de decirme que lo compró con el dinero que mi padre mandaba.

¿Quién fue Trigon para la CIA? ¿Y para la URSS?

Aleksandr Ogorodnik, como realmente se llamaba, fue para la CIA el primer agente soviético que se sepa, que estuvo en situación de poder pasar información a la CIA dentro de territorio soviético. Una figura muy importante ya que, antes de trabajar para la CIA en Moscú, trabajó en la Embajada de Bogotá (Colombia) y le sirvió de entrenamiento para utilizar las primeras cámaras que puso en funcionamiento la agencia con detectives como mi padre. La información realmente valiosa que el pasó fue cuando trabajó en la Unión Soviética en un puesto destacado del Ministerio de Asuntos Exteriores. Por sus manos pasaba información de todos los países, por lo tanto desde que llegaba a los Estados Unidos directamente pasaba por la mesa de Henry Kissinger y del presidente. El otro día leía acerca de esto y realmente, gracias a estos envíos, mi padre salvó vidas.

Alejandra S. Barcala durante la entrevista (Starbucks La Laguna)

Para la Unión Soviética Trigon fue un traidor. Ni siquiera reconocen el nombre en clave por el que se conocía a mi padre. Mantienen que realmente fue ‘Trianon’. Incluso uno de los agentes de la KGB (Servicio Federal de Seguridad de la URSS) que detienen a mi padre y estuvo trabajando con él en los últimos meses antes de descubrirlo escribe un libro sobre la detención de Trigon y lo titula ‘Trianon’. Mi impresión es que en Rusia se recuerda a mi padre como un hombre que fue engañado por una mujer de la que se enamoró y que no sabía lo que hacía. De hecho, existe una miniserie sobre la vida de mi padre que es muy famosa en Rusia.

Háblanos de Matha Peterson.

Martha Peterson (The Widow Spy, 2012) es la persona más valiente que conozco. Investigar acerca de la vida de mi padre me ha llevado hasta ella y no puedo admirarla más. Fue la primera mujer agente de campo de la CIA en suelo soviético. Decidieron destinarla al caso de mi padre porque en esa época en los que se respiraban tiempos machistas nadie sospecharía de ella. Marti, como me gusta llamarla, me ha comentado en varias ocasiones que no sospechaban de ella porque las mujeres lo único que podían hacer allí era ser secretarias de la embajada. Por lo tanto, pudo saltarse todas las vigilancias habidas y por haber para hacer los intercambios con Trigon.

Marti fue una persona muy importante para mi padre. Gracias a ella mi padre pudo recibir la cápsula de cianuro que puso como condición para trabajar en la CIA. Él quería disponer, por si en algún momento le capturaban, de una forma para suicidarse, y ella fue la que le pasó la pluma con la cápsula de cianuro con la que mi padre se quitó la vida. Ella siempre me comenta que temía mucho nuestro encuentro ya que pensaba que yo la culparía por ello. Pero todo lo contrario, le agradezco los dos años que trabajó con mi padre y lo mantuvo con vida.

¿Cómo fue la detención de tu padre?

La KGB llevaba sospechando de él meses antes de la muerte de mi padre. Sabían que era Trigon. Nada más llegar a su apartamento, empezaron a sacar pruebas. En el libro ruso que escribió el agente que estuvo presente en su detención, se dice que estas pruebas fueron parte de los criptogramas y leyendas de dónde se tenía que encontrar con la CIA que guardaba mi padre. Del momento de su muerte hay dos versiones;  o bien que lo detuvieron allí mismo en el apartamento o que lo llevaron a Lubianka (cuartel general de la KGB). En ese momento, mi padre pide escribir una confesión con la pluma que le facilitó Marti y se toma la cápsula de cianuro que guardaba en ella hasta morir.

¿Sientes que la CIA le ha dado el reconocimiento que merece la figura de Trigon?

Mi padre, independientemente del valor de la información que haya pasado, lo considero un valiente. En este caso sus paquetes tuvieron mucho valor por lo tanto Trigon no tiene ese reconocimiento que se merece. Pero para mí, una persona que ha puesto su vida en riesgo para hacer algo por el bien común sigue siendo igual de valiente.

¿Al escribir este libro te sientes más cerca de tu padre? ¿Sigues investigando acerca de él?

Mucho. Para escribir este libro indagué bastante en los documentos que tenía mi madre guardados en su casa y los que nunca pude ver. Al mi madre caer enferma, pude acceder a ellos. De algún modo encontrar nueva información de mi padre es una forma de llenar un vacío que viví durante mi niñez y adolescencia. Siempre estoy en búsqueda de información que me diga algo nuevo. De hecho, hace unos días fui a la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país y fue una visita fallida. No me dieron nueva información y no quisieron aceptar mi libro como regalo. Aun así, sigo buscando y mi intención es hacer público el manuscrito de mi padre y encontrar el diario en el que él relataba su día a día. El cual cada vez que lo leo de nuevo descubro cosas que me reconfortan.

Realmente me sentí más cerca de él cuando leí su manuscrito pero sí es verdad que veo cosas de él mí. Su espíritu guerrero y luchador; su fuerte carácter.

Entrevista a Alejandra S. Barcala

¿Mantienes relación con tu familia rusa?

Estoy en un punto en el que no lo sé. Yo pensaba que sí mantenía relación con mi familia rusa dado que unos directores colombianos que quieren hacer un documental acerca de la vida de Trigon encontraron la manera de contactarlos. Óscar y Sara, así se llaman, descubrieron la tumba de mi padre y escribieron un mensaje en ella. Cuatro meses después mi familia rusa se puso en contacto vía mail con Óscar. Yo quiero pensar que ese correo es real pero a raíz de ahí empezaron a escribirme desde otra dirección. El primer mail fue de mis tíos, los hermanos de mi padre (Inna y Valeriy), en él me decían sus nombres y el de mis primos. Tras ese primer contacto, me llegó un mensaje de mi prima Lenna (hija de Inna) desde otra dirección en el que me decía que hablaría con ella ya que entendía un poco el inglés. Empecé a notar cosas raras, no me respondía preguntas, me enviaban fotos muy genéricas en las que no se les veía juntos y cada vez que proponía la llamada telefónica o la necesidad de contratar a un intérprete para entendernos mejor me evadía la pregunta. Todo esto me resultó muy confuso  y le pasé los correos a Marti, quién me dijo que cree que quien me está contestando no es Lenna y que parece que es un oficial de bajo rango del FSB (Servicio Federal de Seguridad).

Próximos proyectos

Mi intención es hacer público el manuscrito de mi padre ya que él quería publicarlo. Además, me gustaría colaborar con los directores colombianos Óscar y Sara en el documental acerca de mi padre.

Esta misma tarde estaré firmando mi libro ‘Nombre en clave: Trigon. La historia de cómo descubrí que mi padre era un agente de la CIA’ en el Starbucks de La Laguna, frente a la Iglesia de la Concepción a las 19.00h en el que haremos una lectura.

Más fechas de firmas:

– 18 de junio a las 18.00h en el Fnac de Callao (Madrid)

– 21 de junio a las 19.00h en el Agapea La Orotava (CC. El Trompo)

Los Amantes del Río Volga

Alejandra S. Barcala: «Me parece muy curioso contar que en mi casa había unos cuadros que mi padre le regaló a mi madre y que ahora los tengo yo. Son unos grabados típicos en pan de oro que pertenecen a la cultura ortodoxa rusa. Son seis cuadros que muestra una sucesión y de los que guardo un bonito recuerdo. Nunca olvidaré cómo me contaba mi madre la leyenda de esos cuadros. Una historia de unos amantes que estando a orillas del Volga a uno de ellos se lo lleva la corriente. Notaba en mi madre que esos cuadros le recordaban a la historia de amor que tuvo con mi padre. Realmente no sé si esta leyenda es un cuento ruso o era una invención de mi madre, ya que no he encontrado nada acerca de esto en internet.»

Si alguien conoce algo más sobre esta historia de estos cuadros puede ponerse en contacto con nosotros a través de: info@thepocketmagazine.com

Ivory Samos