El Barrio de El Toscal, o Los Toscales o Las Toscas, en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Uno de los barrios más históricos de la ciudad que data su origen en el siglo XIX, donde comenzó siendo una de las zonas periféricas de la ciudad, la cual constituía una extensa zona de huertas, cementeras y baldíos que cubría el oeste y norte del casco primitivo. Dada su cercanía al Puerto de Santa Cruz se convirtió en una de las zonas más demandadas por la clase trabajadora. En esta época su puerto se convierte en el principal de la isla de Tenerife y uno de los más importantes de las Islas Canarias. Fue un barrio fundado y habitado, principalmente por trabajadores del sector del puerto, así como de obreros; sin embargo, diferentes familias burguesas se mudaron también a la zona, lo que dio al barrio un marcado carácter de contrastes desde su origen.

Mapa de Santa Cruz de Tenerife a comienzos del siglo XX. Publicado por A. Martin, editor. Imagen recogida por Carmen Delgado Viñas en Las capitales de provincia en el proceso de modernización del sistema urbano español.

El barrio de El Toscal ocupa una superficie aproximada de 0,55 km2, delimitado de la siguiente manera: por el suroeste se encuentra cercado por la confluencia de la Rambla de Santa Cruz con la Calle Numancia; siguiendo su límite por el Noroeste por el eje de la Rambla de Santa Cruz hasta su cruce con la Avenida Francisco La Roche, desde aquí el límite es el mar hacia el suroeste hasta la conexión entre la referida avenida y la calle de La Marina, que sigue dirección sur hasta la confluencia con la calle Emilio Calzadilla. El límite prosigue por el eje de esta calle hacia el noroeste hasta la plaza del Patriotismo. Desde aquí, toma la calle de La Rosa hasta el cruce con la de Santa Rosalía, tomando de nuevo dirección noroeste hasta la calle de Méndez Núñez. Desde esta calle, el límite continúa dirección suroeste hasta la calle de Numancia, y de aquí, finalmente, rumbo norte hasta el punto de partida. Éste además se encuentra a una altitud media de 29 metros sobre el nivel del mar. Desde el punto de vista cartográfico, El Toscal presenta un trazado del todo heterogéneo e irregular, en un tramado entre las calles que conforman dichas manzanas y edificaciones con las vías que los conectan, ya sean de rodadura o pequeñas callejuelas peatonales.

Por otro lado, nos encontramos también, con una arquitectura singular, diferenciadora y exclusiva en comparación con los diferentes barrios de la capital de Santa Cruz, éstas son las construcciones denominadas las ciudadelas (ejemplos los encontramos en los Pasajes de Pisaca, 1ª y 2ª de Ravina y en la Calle Santiago). Las denominadas ciudadelas son conjuntos de espacios habitacionales populares (vivienda colectiva) de apenas unos 20 m2 de superficie habitable, donde convivían familias trabajadoras de origen humilde en condiciones menos acomodadas que sus vecinos del resto de barrios del centro de la capital o del mismo barrio de El Toscal. Estas edificaciones se encuentran alineadas y agrupadas, con un eje central: el pasaje peatonal de acceso desde la calle. Esta tipología arquitectónica se parece mucho a las corralas o las diferentes construcciones que podemos encontrar en distintas ciudadelas del mundo, donde continúa siendo el patio central el elemento principal de las edificaciones, sirviendo de distribuidor de las diferentes estancias que la conforman con el fin de encuentro social entre sus habitantes.

Dada esta mezcla de contrastes, desde el punto de vista arquitectónico, existe una gran diversidad de casas y edificaciones de diferentes estilos, con una importante huella dejada por la arquitectura popular, fundamentalmente representada por viviendas de una sola planta y crujías de entre 5 y 6 m de largo, con cubiertas planas y sin apenas decoración y ornamento. De estructuras muy sencillas y fachadas repetitivas en su forma y distribución: dos ventanas (o incluso una) y una puerta, en su mayoría de carácter ecléctico.

Convive este estilo con otras construcciones de estilo burgués, pertenecientes a grandes familias de la isla, y caracterizadas por poseer fachadas más ornamentadas, e interiores más ricos en calidades y materiales.

Pese a que en la actualidad el barrio sufre de cierta regresión urbanística, se estudian diferentes fórmulas para ayudar a la conservación y mantenimiento de este original barrio de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife el cual guarda mucha historia entre sus calles.

Marta del Castillo (Del Castillo Arquitectos)