Formación Profesional

En los últimos años se ha producido un crecimiento notable en las universidades que ofrecen títulos mediante la formación a distancia. En estos centros se ofrece una gran variedad de estudios que se pueden cursar de esta forma, desde grados o posgrados hasta masters y títulos propios.

La razón para su rápido crecimiento se basa en su economía del tiempo. En una sociedad en la que el tiempo es la base sobre la que se instaura nuestro devenir social y laboral este tipo de universidades permite cursar toda clase de estudios a aquellas personas que no pueden desplazarse a otras localizaciones para ello, ya sea por motivos económicos o personales.

Estas universidades ayudan en la consecución de estudios académicos mientras se realiza otro tipo de trabajos, ya sea para costearse dichos estudios o para reforzarlos con experiencia laboral. Esta última variable es un requisito imperante a la hora de buscar trabajo en la estructura empresarial de hoy en día. En un mundo laboral en el que la experiencia plasmada en un curriculum vitae puede abrir o cerrar las puertas a un trabajo, la posibilidad de realizar prácticas en empresas que te aporten dicha experiencia es un plus.

El valor de estas titulaciones habitualmente es el mismo que el valor de los títulos de las universidades convencionales igualando así las oportunidades de unos y otros de cara a la incorporación en una empresa.

La posibilidad de ser una educación masiva y no limitada y la posibilidad de aprender de una forma flexible e independiente son otras de sus ventajas. El alumnado estudia dónde y cuándo puede. Se basa en una acción muy sistematizada, más directa, que evita aquellos posibles retrasos que se sufren en la formación presencial ya sea por enfermedad del profesor que imparte la asignatura o del propio alumno como por problemas personales que, muchas veces, impiden acudir a las clases.  

Las universidades a distancia, como bien indica su nombre, realizan todo su proceso educativo a distancia. La práctica más común es preferible desde un portátil u ordenador de mesa, aunque siempre se puede acceder desde un iPad o tableta. ¡Nuestra formación en nuestras manos!

La existencia de una web 2.0 permite “acudir” a clases en directo ofreciendo, a fin de cuentas, una clase de similares características a las que ofrecen aquellas presenciales en las universidades “de toda la vida”. Clases en streaming en las que los alumnos pueden realizar preguntas y recibir respuestas al momento por parte del profesor.

Para conseguir la titulación que nos ofrecen estos centros a distancia habrá que cumplir una serie de requisitos: trabajos, aportaciones en los campus virtuales, haber cumplido con un cupo de horas determinadas, realizar pruebas online tales como ejercicios o debates en las aulas virtuales y un largo etcétera que irá adaptándose, sin duda, a los nuevos tiempos a la vez que avanzan las tecnologías.

Lo mejor de estos estudios es que se pueden cursar desde el salón de casa, tras acabar la jornada laboral o cuando encontremos un hueco en el frenético día a día.

Formación Personal

Echando un vistazo al aspecto más personal y sin dejar de lado la tipología “a distancia” insistimos en que el crecimiento propio de la propiedad intelectual es algo adherido a la personalidad de muchas personas que quieren mejorar sus conocimientos o desean, simplemente, aprender sin que conlleve una finalidad profesional.

Estudiar idiomas a través de una aplicación móvil no da títulos ni otorga oficialmente una muestra sobre los conocimientos de la misma. Sin embargo, sí que permite una mejora de conocimientos que se podrán apreciar a la hora de ponerlos en práctica.

Una persona que ha estado acudiendo a la Escuela Oficial de Idiomas, asistiendo presencialmente a sus clases, resolviendo dudas con profesores que tiene, literalmente, delante optará a una titulación que hará oficial su nivel de conocimiento del idioma. En cambio, una persona que ha usado aplicaciones, en muchos casos gratuitas, de móvil acaba teniendo, en la práctica y siempre que le dedique un número de horas adecuado, un nivel similar.

¿Por qué tanta gente elige la segunda si no tiene certificación oficial?

La respuesta, en la mayoría de los casos, es que se trata de un aprendizaje que se ajusta a una forma más personal. Un aprendizaje que te permite estudiar según tu nivel, repetir las lecciones tantas veces como sea necesario, realizar tantas pruebas como se desee, siempre en el horario que más le convenga a cada uno, evitándose las barreras que puedan existir por la necesidad de asistir a unas clases en un espacio y tiempo determinado.

La formación online es ideal para personas curiosas que puedan tener una formación previa (de tipo presencial) que quieren complementarla con otro tipo de habilidades. Hablamos de cursos online, tutoriales de YouTube, talleres específicos… Y podemos verlo en ramas más estructuradas como ciencia o en otras más creativas como, por ejemplo, la fotografía o el diseño en las que esta formación no es más que el acicate necesario para fomentar la creatividad.

Todo se trata, a fin de cuentas, de mejorar nuestro nivel cognitivo ya sea mediante estudios con fines académicos o para nuestro crecimiento personal. En plena era de la información, donde casi cualquier incógnita la podemos resolver desde nuestro sofá, el conocimiento y la preparación personal son parte de nuestro día a día. Ya sea con la intención de incorporarse al mundo laboral, mantener nuestra mente en constante aprendizaje o conocernos y mejorar personalmente.

Darío Ruiz