Lo cierto es que no sé por dónde empezar… me planto frente al ordenador para hablar de la Navidad, de la ilusión, de la familia, de la fiesta, de una de las fechas más bonitas y mágicas del año. Pero lo hago con un intenso sabor agridulce.

Levanto la mirada para repasar la plantilla de este número navideño y sonrío al recordar la portada tan bonita que nos ha preparado Sara. Avanzo en él, hoy un papel garabateado con vistas a nuestro especial de navidad y sueño despierta (aunque aún es temprano y no me cuesta, estoy adormilada) con las ciudades que te recomendamos para este nuevo año, un año que espero se presente cargado de bondades, cuento los días que faltan para ver en pasarela aquello de lo que nos habla hoy Sergio de Lázaro, deseo que alguno de mis “muy yo” se encuentre bajo del árbol, garabateo planos imaginarios en servilletas con los detalles que me han enamorado de Cal Gastó, hago un listado de las cosas que tienen que cambiar en mi día a día para seguir cuidando mi salud mental.

Todo ello me ilusiona enormemente. Me encantan los comienzos, quien sea fiel seguidor de esta revista y tenga a bien leer la carta de su directora lo sabe. Retos, metas, objetivos. Palabras que cobran el 100% de su significado los días previos a enero.

Pero, cuando todo parecía convertirse en normalidad llegó el agua en tromba, apareció la incertidumbre, el miedo… llegó el caos, la decepción, la desilusión. Porque sí, ver cómo se movilizaba España entera rumbo a Valencia inundó de orgullo y esperanza nuestros corazones pero… son tantos los corazones que hoy ya no laten…

No voy a entrar en responsabilidades ni señalamientos, me parecen de tan mal gusto… solo sé que TODOS debemos aprender de circunstancias tan excepcionales como las que comenzaron el 29 de octubre en la Comunidad Valenciana. Los ciudadanos queremos tener un mínimo de formación frente a sucesos que esperamos no vayan a acontecer nunca. Los ciudadanos necesitamos saber qué hacer y cómo reaccionar frente a alertas rojas, avisos en los móviles, volcanes, terremotos, incendios e inundaciones. Los ciudadanos queremos saber dónde y en qué condiciones están construidas las casas que tan caras pagamos cada mes, nuestros refugios, ¿realmente estamos seguros en ellos? 

Hoy, comienzo mi carta a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente desde esta página pidiéndoles cooperación apolítica entre nuestros dirigentes políticos. Cooperación apolítica SIEMPRE frente a aquellos hechos que señalamos como PALABRAS MAYORES. Pongamosle una etiqueta que entiendan… ¿un Pacto de Estado? Un pacto del Estado, de todos los que formamos parte de él.

Porque ni la paz en el mundo ni la salud están en nuestras manos, ni en la de los Reyes Magos, pero la coherencia y el respeto sí que lo están. Españoles somos TODOS y TODOS estamos y estaremos siempre con las víctimas y familiares de la destructora Dana acontecida a finales del mes de octubre en Valencia.

Desde la dirección de The Pocket Magazine, nuestros mejores deseos para ellos. 

Paola Bonilla