“En España hay 1,56 millones de influencers”, según el último estudio publicado por IAB Spain y Nielsen. Es decir, más de un millón y medio de personas poseen mil seguidores en alguna de sus redes sociales. A nivel europeo, la cifra global se multiplica por diez siendo Reino Unido el país con más perfiles que cumplen esta característica.

Aunque claro, con la competencia actual, tener mil seguidores no te permitirá vivir de crear contenido. Es por eso que, un análisis realizado por 2btube, rebaja la cifra a 9.100 personas. Es decir, casi 10K son influencers profesionales y de ellos, 900 están considerados “macro” pues cuentan con más de un millón de fans.

Pero, ¿y si, de repente, desaparecieran las redes sociales? Me explico, ¿qué pasaría si las tres plataformas con más influencers (Instagram, TikTok y YouTube) sufrieran un fallo que dejara inoperativos sus sistemas? Un ataque cibernético, un incendio en sus servidores o, simplemente, la bancarrota…

Si bien puede parecer un escenario catastrofista, improbable o uno por el que no merezca la pena preocuparse hoy, quizás deberías seguir leyendo…Especialmente, si te dedicas de manera profesional a crear contenido (o te gustaría).

Este artículo de opinión no pretende alarmar, sino ahondar en un mercado que mueve miles de millones de euros al año, pero en el que, en caso de error, solo hay pérdidas.

Una pandemia, un incendio en los servidores de OVH, un volcán y una guerra

A nadie le cabe duda de que la entrada de la nueva década solo nos ha traído una serie de catastróficas desdichas. Una cadena de eventos históricos que nadie se esperaba y a los que hemos tenido que hacer frente de manera casi “atropellada”.

Seguro que ninguno hemos olvidado todo que trajo consigo el decreto del Estado de Alarma el 13 de marzo de 2020. A nivel personal me pilló un tanto de sorpresa, pues me encontraba de viaje en “Oporto, la ciudad de los azulejos de colores” y regresar a casa resultó ser toda una aventura… Aunque nada comparado a todo lo que vendría después.

Lo que comenzó siendo 15 días se alargó casi tres meses, aunque hemos necesitado dos años para “recuperarnos”, los que hemos podido, claro. Con el covid aprendimos muchas cosas, empezando por el hecho de reconocer lo vulnerables que realmente somos y cómo la vida puede cambiar de un momento para otro.

El siguiente evento que quiero destacar quizás no lo recuerdes (o ni siquiera te enterases), pero el incendio en los servidores de OVH afectó al mayor proveedor de alojamiento web de Europa y el mundo. ¿Qué supuso esto? Que millones de portales web estuvieron inoperativos y, en el peor de los casos, hubo empresas que perdieron todos sus datos sin posibilidad de recuperarlos por no tener un “backup” reciente.

Otro ejemplo de poder de la naturaleza impulsado por el cambio climático fue Filomena… ¡La que se lió en Madrid nada más empezar el 2021! Tampoco nos esperábamos presenciar a finales de ese mismo año, la erupción de un volcán en España, concretamente, en la isla de La Palma. 

Y, por supuesto, más que esperar, ninguno deseábamos que el 24 de febrero de 2022, Rusia invadiera a Ucrania, pero casi nueve meses más tarde este conflicto bélico sigue generando mucha controversia, daños y dolor a tan solo 2.888 kilómetros de España.

¿Todavía crees que es descabellado pensar que las redes sociales pudieran “desaparecer”?

31 de octubre: Instagram sufre una caída global

Parecía una broma de Halloween o la sinópsis de una película de terror para más de uno/a, sin embargo, la caída global de Instagram solo fue un ejemplo más de lo “vulnerables” y “dependientes” que somos de esta red social.

De hecho, fue ese fallo el que inspiró este artículo. Duró ocho horas y afectó a cientos de miles de cuentas en todo el mundo. Mientras unos veían sus perfiles inoperativos o bloqueados, muchos simplemente no podían iniciar sesión y otros veían como sus followers caían en picado.

Si este error se hubiese alargado más en el tiempo, a la mayoría de los que usamos Instagram, nos habría afectado relativamente. ¿Por qué? Pues debido a que todavía teníamos WhatsApp, Telegram, Twitter, Facebook, TikTok, BeReal o YouTube para entretenernos, charlar o conseguir un chute de dopamina.

No obstante, si la caída de una de las redes sociales más utilizadas en España se hubiese perpetuado, estamos hablando de que, como mínimo, 9.100 influencers profesionales o, como máximo, 1.56 millones de personas habrían visto tambalearse su negocio.

Sin seguidores no hay interacciones, engagement o una comunidad. Por lo tanto, tampoco hay clientes potenciales y, por ende, ofertas de acciones publicitarias por parte de las marcas. ¿Sabías que en 2021 las empresas invirtieron 93,5 millones de euros en “influencer marketing»? Desde luego, no estamos hablando de calderilla.

¿De verdad todavía dudas del impacto que puede tener la desaparición de las redes sociales? 

El número de ‘influencers’ profesionales en España ha crecido un 23%

Ya no es el hecho de que existan casi 10 mil influencers profesionales en España, sino que el porcentaje, con respecto al año anterior, ha crecido un 23%. Y los hay que, de verdad, influyen y pueden llegar a mover mareas. Basta con repasar la última lista de Forbes.

Por supuesto, no me parece mal, no critico la profesión en ese sentido, pero sí que mi objetivo es invitarles a reflexionar sobre la cara B de la supuesta flexibilidad/independencia/libertad que ofrece.

Aunque seas tu propio jefe/a (y lo que eso conlleva), la realidad es que todo tu trabajo depende del funcionamiento correcto de una aplicación (o varias) en la que no tienes ni voz ni voto… Mira lo que está pasando con Elon Musk y Twitter.

Si, por el motivo que sea, Zuckerberg cierra Meta, despídete de tu trabajo, ya no tanto de la profesión, pero sí de todo el contenido que hay en él porque, en realidad, no te pertenece. Tampoco recibirás una compensación económica, quizás sí unas disculpas, pero nadie paga sus facturas con un “Sorry!”

https://twitter.com/InstagramComms/status/1587202825762766848

Y esa es una realidad que trae consigo el comercio online en general. Que la tecnología falla es un hecho, lo vemos cada día, ¿pero estamos preparados para ello? ¿Tienes un plan B?

Querido 2023

A la vista está que todavía en lo que queda de año puede pasar cualquier cosa, cuanto menos en 2023 y en adelante. En todas las crisis, siempre hay dos bandos: los que ganan y los que pierden. Estar en uno u en otro, no es tanto cuestión de suerte sino de prevenir y planificar.  

Mientras reflexionaba sobre todo esto llegué a una serie de conclusiones: no estamos preparados, pero seguro saldremos adelante; a nivel de salud mental generaría ansiedad, frustración, estrés, rabia, miedo… Pero nos vendría bien “desconectar”; Nos perderíamos cosas, pero viviríamos más presentes.

Todo eso me hizo pensar en nuestra revista y, atención, ¡la conexión no desaparecería! Nos encontraríamos cada tres meses en el quiosco para seguir viajando juntos y aprendiendo sobre salud, moda, foodie, arquitectura, cultura… 

De hecho, quién sabe si The Pocket Magazine sería aún más grande pues tendríamos tantísimas cosas que contarte (hoy lo hacemos vía web y redes sociales). Así que a 2023 no le voy a pedir que desaparezcan las redes sociales, pero sí más salud, independencia y cordura.

Así que, querido/a lector/a, especialmente si las redes sociales son el principal escaparate de tu negocio o si te dedicas profesionalmente a crear contenido, ¿qué harías? 

Y, por si acaso desaparecieran tras publicar este artículo, ¡recuerda que el 29 de noviembre un nuevo número de The Pocket Magazine llega a los quioscos de toda España!

Devo López