Ser conocido en todo el mundo por tu trabajo y no tanto por quién eres es un mérito que pocos artistas internacionales han logrado. Banksy es uno de ellos. Lo mucho o lo poco que sabemos sobre el artista callejero está única y exclusivamente relacionado con sus obras.
¿Cuál es su nombre real? ¿Dónde nació? ¿Qué aspecto tiene? ¿En qué se inspira? Para cada una de estas preguntas no existe una respuesta, solo rumores y suposiciones. Se dice que es británico y que nació en Bristol, también que ronda los cuarenta años y que sus obras pueden estar influenciadas por Blek le Rat, un artista urbano francés.
Pero como te decíamos, las únicas certezas sobre Banksy giran en torno a sus creaciones, aunque muchas veces, incluso ellas, se ven empañadas por la duda, ¿será o no cosa de Banksy? Un ejemplo reciente de ello son los graffitis que han aparecido en varios edificios bombardeados en Ucrania.
Si bien Banksy solo ha reconocido la autoría de uno de ellos, el debate sobre si el resto podrían ser también obra suya está servido.
“La galería de arte más grande del Planeta es el espacio público”, Jean René
Las opiniones sobre si el “street art” puede considerarse un tipo de arte se remontan a los años setenta. En esta década aparecieron los primeros grafitis en París, aunque fue en los barrios de Estados Unidos donde se convertiría en un fenómeno global.
“Una modalidad del Arte Urbano es el graffiti, expresión transgresora del inconformismo y sinónimo de ilegalidad. El graffiti como Arte no se debería identificar con los garabatos sin propósito alguno que, a menudo, contaminan las fachadas de nuestras calles. El graffiti como Arte intenta transmitir un mensaje, idea o protesta a través de una intrincada y colorida manifestación visual, generalmente anónima”, explica la Escuela Arteneo de Madrid.
Por lo tanto, dependiendo de la intencionalidad con la que se realice, un graffiti se puede considerar un acto vandálico por el que ser castigado, o todo lo contrario: una obra digna de estar expuesta en uno de los museos más importantes del mundo como es el MoMA de Nueva York.
Esto último es lo que ha conseguido Banksy, aunque no es lo único por lo que ha hecho historia dentro de su “gremio”.
El precio de ser un artista anónimo
“Girl with Balloon”, “Game Changer”, “Devolved Parliament” o “Soldier Throwing Flowers” son algunas de las obras más célebres del artista británico, las que han suscitado mayor controversia y algún que otro dolor de cabeza a Banksy.
La primera fue autodestruida en dos ocasiones tras ser subastada primero por un millón de libras y luego por 18,6 millones. ¿El motivo? Denunciar la mercantilización del arte. Una doble crítica a un sistema (capitalismo) del que está en contra.
La segunda obra, “Cambio de las reglas del juego” (en español) fue regalada a un hospital de Inglaterra como agradecimiento a los sanitarios. No obstante, también se subastó, aunque esta vez con un fin social: recaudar dinero para luego donarlo a diferentes organizaciones sanitarias y benéficas. Finalmente, la adquirió un comprador anónimo por más de 14 millones de libras.
En octubre de 2019, la crítica a los políticos británicos que debaten en la Cámara de los Comunes caracterizados como chimpancés fue vendida por casi 10 millones de libras, según informó una portavoz de la casa Christie’s de Londres.
Por último, “Soldier Throwing Flowers”, además de ser una de las primeras obras reconocidas de Banksy fuera de Inglaterra, también ha sido la precursora de una larga disputa legal sobre sus derechos de autor.
¿Es Banksy dueño de sus obras?
Todo comenzó cuando la compañía de postales Full Colour Black comercializó el grafiti de Banksy sin su permiso. Tras dos años intentando reclamar sus derechos, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea dictaminó a favor de la empresa ante la negativa del artista británico por revelar su identidad.
“No puede ser incuestionable si no se conoce la identidad del creador […] Banksy ha optado por permanecer en el anonimato y, en su mayor parte, pintar graffitis en la propiedad de otras personas sin su permiso, en lugar de pintarlos en lienzos o en su propia propiedad», señalan.
Los edificios bombardeados en Ucrania, el último lienzo de Banksy
Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Israel, Palestina, Estados Unidos, Canadá, Australia y, ahora, Ucrania. Allá donde haya una historia, injusticia o crítica con la que Banksy sienta que tenga algo que decir, va.
En este caso, varios edificios bombardeados en Borodianka, a las afueras de Kiev, se han convertido en el lienzo en el que el artista anónimo ha decidido dejar su mensaje. A pesar de que Banksy solo ha reconocido la autoría de uno de ellos, se cree que el resto pueden ser también obra suya.
¿Pero qué pueden simbolizar estos graffitis? Para empezar, dos de las obras están protagonizadas por una bailarina y, recordemos, el ballet es la danza más importante en Ucrania. De hecho, la Escuela Nacional ubicada en Kiev está considerada una de las más importantes del mundo junto con las de Rusia. ¡Ahí tenemos una pista!
En el caso del niño que lleva un traje de artes marciales y que aparece tirando al suelo a un hombre con una llave de judo, desde luego, puede ser un guiño a Vladimir Putin, ¿sabías que es un gran aficionado a estas técnicas?
Continuamos con esta imagen de una señora con una máscara de oxígeno y un extintor contra incendios que podría simbolizar la lucha del pueblo ucraniano por conservar sus hogares o, al menos, un pedacito de ellos, aunque les pueda costar la misma vida.
Por último, dos niños jugando sobre los restos de una barricada en la ciudad de Kiev. Sin duda, una llamada de atención a los líderes mundiales que se toman la situación como si de un juego de niños se tratase, cuando en realidad, la vida de millones de personas pende de un hilo.
¿Y tú qué opinas de las obras de Banksy? Te leemos en los comentarios.