Viernes por la noche. Estás acurrucado en el sillón y te apetece ver una película. Enciendes la televisión y pones la primera cadena que encuentras, en la que casualmente están poniendo una película de Steven Seagal. Empiezas a verla y cuando de repente coges el hilo de la trama… “Volvemos en 7 minutos”. Cansados de d-efectos como este son muchas las personas que optan por las nuevas competidoras de la televisión tradicional, aquellas que nos ofrecen contenido online.

Cuando las redes sociales y el formato web llegaron para arrebatar parte del protagonismo al periodismo tradicional, este tuvo que reinventarse para no caer en el olvido. Algo parecido es lo que está ocurriendo con las nuevas plataformas de streaming, que seguramente no harán desaparecer a la pequeña pantalla, pero sí la transformarán. Y es que, algunas como Netflix, ya ven muy de cerca la cifra de las 100 millones de suscripciones.

Todo empezó en 1997, cuando Reed Hastings y Marc Randolph fundaron Netflix como una plataforma de video online y también por correo. Hoy en día la empresa ya está presente en 130 países, y cuenta con más de 6000 títulos en Estados Unidos y unos 2500 en España. Un contenido “a la carta” que el usuario puede reproducir en cualquier momento y dispositivo pagando una suscripción mensual de entre 7,99 y 11,99 euros, dependiendo de las características que quieras para tu cuenta. De esta forma suprimimos los anuncios que las televisiones han llevado incluso a sus versiones web, en las que antes de cada video se nos introduce un spot, incluso, en plena reproducción.

El último lanzamiento en este sector empresarial es el que realizó YouTube el pasado 28 de febrero en Los Ángeles de la mano de su CEO, Susan Wojcicki. La plataforma de videos online contará con una gran cantidad de canales que funcionarán a través de la aplicación, de momento, solo en los Estados Unidos. Todo esto pagando una suscripción de 35 dólares mensuales que permitirá además grabar contenido para volver a verlo (una de las mayores novedades con las que cuenta) La televisión por cable llevada a tu ordenador…

El debate se centra ahora mismo en si las nuevas plataformas quitarán el protagonismo a la televisión de toda la vida, la que nuestros abuelos veían gracias a cables y antenas y que hoy sigue teniendo una alta tasa de audiencia, pero una tasa que desde el 2012 solo ha ido en descenso.

Aunque existen factores como la gratuidad que son claves en su permanencia, la mayoría de consumidores prima la comodidad de que aplicaciones como YouTube o Netflix sean multiplataforma y se puedan personalizar al gusto del cliente, para ver las cosas cuándo, dónde y cómo quieras. Sin embargo, hay que destacar que tanto el show televisivo como los informativos son formatos que de momento sigue perteneciendo a la antigua televisión y, probablemente, lo seguirán haciendo durante muchos años. El último movimiento de YouTube ya vislumbra que esta nueva industria del entretenimiento quiere comerse gran parte del pastel televisivo.

Debemos también tener en cuenta la piratería, que se lleva una cuota importante tanto de televidentes como de usuarios que ven contenido de pago online y que, sin duda, éstas se encargarán de combatir para seguir generando cifras astronómicas. Como Netflix, que obtuvo el pasado año 186 millones de dólares en beneficios.

La llama de la televisión por cable sigue viva, la duda es saber si se extinguirá. De momento parece que no, aunque hay muchos competidores que así lo desean, pero como siempre, las audiencias eligen.

Jorge Vaquero