Vivir en el pueblo más al norte del mundo no es nada fácil. De hecho, ni siquiera puedes nacer en él al igual que tampoco te puedes morir. Hablamos de Longyearbyen, en el archipiélago de Svalbard, las islas más próximas al Polo Norte, en pleno mar del Glaciar Ártico.

Para poder llegar hasta él debes viajar primero a Noruega, reino al que pertenecen. Solo se puede acceder por avión desde Oslo o Tromso (la ciudad de las auroras boreales). Motivo por el que cada vez hay menos habitantes fijos y más turistas atraídos por sus inhóspitos paisajes, salvaje fauna y curiosidades.

El pueblo habitado con la universidad más al norte del mundo

A pesar de que cuenta con poco más de 2000 habitantes, en Longyearbyen tienen todo lo fundamental: comercios, supermercados, restaurantes, gimnasios, colegios…¡Hasta universidad! Probablemente la que está ubicada más al norte del mundo. 

Por supuesto el coste de vida aquí es alto, pero también los sueldos. Para que nos hagamos una idea, el alquiler de un apartamento de 35 metros cuadrados ronda los 1000 euros. Una cifra que también podemos encontrar en ciudades como Madrid o Barcelona. Sin embargo, en Longyearbyen el sueldo medio ronda los 3000-4000 euros.

Aunque más bien deberíamos decir “coronas”, ya que al pertenecer al Reino de Noruega, la moneda oficial es la corona noruega. 

Svalbard y la Bóveda del Fin del Mundo

¿Sabías que en Svalbard se encuentra el mayor semillero del mundo? La conocida como “la Bóveda Global de Semillas” o la “Bóveda del Fin del Mundo”, este depósito salvaguarda más de 1,2 millones de especies vegetales pertenecientes a más de 100 países. 

Fue inaugurado en 2008 y, desde entonces, los países han ido guardado aquí semillas de especies endémicas o fundamentales para la vida. ¿El objetivo? Protegerlas para que, en caso de que llegara a producir un evento devastador, estas no se perdieran para siempre.

No es el único que existe en el mundo, pero sí el más famoso. A pesar de que no se puede visitar o acceder a su interior a menos que tengas autorización de su uso. 

Y si te preguntas, por qué eligieron un lugar tan inhóspito para guardar tesoros tan preciados debes saber que el motivo se encuentra en su suelo: siempre está congelado. Lo cual ayuda a la preservación natural de las semillas. No obstante, eso podría cambiar más pronto que tarde…

El cambio climático se acelera en Svalbard

Desde los años 70, la comunidad científica viene avisando del impacto que el cambio climático está teniendo en Svalbard. En cuarenta años, las nuevas islas que conforman este archipiélago han manifestado una subida de la temperatura media anual que ronda los cuatro grados, siete si nos fijamos en los meses de invierno.

Según el investigador Rudolf Denkmann: “El ritmo del calentamiento es hasta seis veces más pronunciado que en la media del planeta, y mayor que en el resto del Ártico. Los efectos de la drástica subida de temperaturas ya son más que evidentes”.

Un hecho que, como comentábamos, podría poner en riesgo la Bóveda del Fin del Mundo, pero también la vida de especies como el oso polar. Se estima que hay cerca de 3000 ejemplares en Svalbard. De hecho, en cierta medida, son un problema para los residentes. De ahí que sea habitual ver a personas con rifles, sobre todo, cuando te alejas del centro. 

La paradoja de Svalbard: no puedes nacer ni morir

¿Recuerdas que decíamos que el suelo de Svalbard está siempre congelado? Es un fenómeno que se conoce como “el permafrost” y también el responsable de que en este archipiélago sus habitantes no puedan morir o, al menos, ser enterrados.

Todo comenzó en 1950, cuando los residentes de Longyearbyen descubrieron que al enterrar los cuerpos de sus difuntos estos no se descomponían. El clima polar y el permafrost lo evitaban. Una casuística que ponía en grave peligro a los habitantes ya que propiciaba la conservación y propagación de virus como la gripe española.

Por lo tanto, a partir de ese año, se dictó por ley que cuando una persona fallece su cuerpo debe ser enterrado en la Noruega continental. Aunque, en los últimos años se permite la opción de cremar el cuerpo y guardarlo en el cementerio local. 

¿Y qué sucede con los nacimientos? Tampoco están exentos de riesgos. Motivo por el se alienta a las embarazadas a trasladarse al continente en la víspera de dar a luz a sus bebés. De este modo, se aseguran de que en caso de producirse cualquier complicación durante el parto, haya un personal altamente cualificado y con las herramientas necesarias para que la vida de la madre y el recién nacido no corran peligro.

Es por estos motivos que se dice que en Svalbard no es posible nacer ni morir. ¿Y tú, conocías las curiosidades de esta región? ¿Vivirías en un lugar así? Comparte si te ha gustado y suscríbete a nuestra newsletter para no perderte nada.