El 24 de junio se registró en España la primera denuncia por sumisión química con pinchazo. La víctima alegó al puesto de Guardia Civil de Ibiza que le habían inyectado droga sin su consentimiento en una discoteca de la isla.
Lejos de ser un caso aislado, en lo que llevamos de verano se han formalizado 50 denuncias en todo el país. Afortunadamente, ninguna ha sufrido una agresión sexual o robo, como sí ha sucedido en otros puntos de Europa. Aunque eso no quita la importancia de acabar con este tipo de prácticas.
En el siguiente artículo, te explicamos en qué consiste la sumisión química con pinchazo, cuáles son los síntomas más frecuentes y qué hacer en estos casos.
¿Qué es la sumisión química?
La sumisión química es la “la administración intencionada de una sustancia química, como la escopolamina, para violentar sexualmente a la víctima”, así lo explica un informe realizado por la Universidad de Barcelona en el año 2020.
En los últimos tres años en España se han notificado 162 agresiones sexuales por sumisión química. Por lo que, si bien, este método no resulta novedoso para las autoridades, lo que sí ha levantado la voz de alarma es el nuevo modus operandi de los agresores: los pinchazos.
Hasta el momento, la disolución de un fármaco en bebidas alcohólicas ha sido (y sigue siendo) la vía más utilizada por los agresores. Sin embargo, la sumisión química con pinchazo ha comenzado a generar un gran revuelo.
Y es que a la posibilidad de ser víctima de una agresión sexual o robo se suma la de un posible contagio de enfermedades como el VIH.
Baleares, Navarra, País Vasco y Barcelona
La primera denuncia por sumisión química con pinchazo en España se produjo en Ibiza durante las fiestas de San Juan. Sin embargo, en menos de 20 días, se notificó otra el 10 de julio coincidiendo con los Sanfermines. Actualmente, ya son cerca de cincuenta y las cifras siguen subiendo.
Baleares, Navarra, País Vasco y Barcelona han sido las primeras comunidades españolas en registrar denuncias por pinchazos en zonas de ocio o discotecas. Si bien, en ningún caso se ha podido vincular, hasta el momento, una agresión sexual o robo.
Por su parte, las autoridades sanitarias hacen un llamamiento a la calma. Lo más importante es estar informados para saber qué hacer si se nos presenta esta o cualquier otra situación que pueda poner en riesgo nuestra salud e integridad física y emocional.
Los principales síntomas de la sumisión química
En redes sociales como Twitter o Instagram podemos encontrar publicaciones con testimonios de jóvenes que afirman haber sentido un pinchazo en el brazo y, al momento, notar somnolencia, mareos o confusión.
Estos son algunos de los síntomas más frecuentes de la sumisión química, pero no los únicos ya que el cuadro sintomatológico es muy amplio: pérdida de la memoria completa o parcial, desmayos, alteraciones visuales, dificultades para hablar…
Influye mucho el estado metabólico en el que estuviera nuestro cuerpo antes, si sufrimos algún tipo de patología o si se había ingerido alguna otra sustancia.
¿Qué debo hacer si siento un pinchazo mientras estoy de fiesta?
Si tenemos en cuenta la rapidez con la que aparecen los primeros síntomas, es importante que, nada más notar un pinchazo, avises a tu círculo más cercano o a las personas de confianza con las que estés en ese momento.
Asimismo, en caso de encontrarte en una discoteca o espacio de ocio, debes alertar a los agentes de seguridad y acudir al centro sanitario más cercano. Y es que, “la vida media de la sustancia en la sangre es muy corta y el cuerpo la metaboliza rápido”. Para que nos hagamos una idea, no suele superar las 12 horas.
Por lo que, si tardamos en acudir a urgencias puede que ya no sea posible confirmar si se trata de un caso de sumisión química con pinchazo. Además, es importante hacer hincapié en que no solo existe el riesgo de sufrir una agresión sexual o física, sino, también, de poder contagiarnos de alguna enfermedad si la aguja u objeto punzante utilizado no está esterilizado.
Con este artículo esperamos haberte ayudado a comprender lo que está pasando en las discotecas españolas y evitar que este nuevo modus operandi se cobre alguna víctima sexual.
¿Y tú, conoces algún caso de sumisión química con pinchazo? Comparte este artículo.