Es el año 2000. Todos estamos absortos en el cambio de año, década, siglo y milenio, un evento histórico que nos prometieron sería un antes y un después en nuestras vidas. La revolución de las máquinas. El Fin del Mundo. Por supuesto, todos partimos el año, nos comimos las uvas y nada extraordinario pasó, más de allá de la felicidad colectiva de tener el privilegio de dar la bienvenida a un año nuevo. 

Pero, en algún lugar de Barcelona, algo especial sí que tuvo lugar: Susana Ventura, más conocida como Suu, llegó a este mundo. Veinticinco años después, publica su cuarto trabajo, “Material Sensible”, un nuevo paseo emocional y fresco a través de doce canciones del puño y letra de su autora. Una ventana hacia el mundo de Suu y particular manera de vivirlo y transitarlo.

Talento, mucho talento, autenticidad y una creatividad inmensa. Suu nos presenta su nuevo disco en una honesta entrevista a través de la cual conocemos un poco mejor a una mujer que, quizás no llegó en el año en que nos aseguraron que iba a cambiar el mundo, pero que sí que vino con la idea de poner su granito de arena para hacer de él un lugar mejor.

Tu cuarto disco “Material Sensible” acaba de ver la luz. Y qué discazo. Creo que hablo por muchos cuando afirmo que me ha sorprendido percibir esa madurez tanto en el sonido como en las letras que nos traes en tu último trabajo. ¿Qué destacarías o qué te gustaría que tu público encontrase en este nuevo disco?

Me gustaría que lo hiciesen suyo, la verdad. Es un disco autobiográfico que habla del momento vital en el que me encontraba cuando lo estaba componiendo, pero el gran logro creo que es conseguir que la gente lo haga suyo y que dé igual de quién esté hablando en realidad.

Como ya viene siendo habitual en ti en este álbum podemos encontrar canciones tanto en castellano como en catalán. ¿Crees que al fin se ha superado ese tema en pleno año 2025? 

A ver, al final lo que me sucede es que, tanto mi disco como música son autobiográficos, así que, ¿qué hay más autobiográfico que hablar en esas dos lenguas en las que me siento más cómoda? No hago una reflexión previa y digo “voy a hacer una canción en catalán o en castellano”, simplemente, a la hora de componer pues me surge hacerlo en una lengua o en la otra. 

No sé si se ha superado este tema, pero lo que sí sé es que yo hago conciertos por todo el estado y tengo la suerte de que la gente canta en el idioma en el que cante y ya está. Yo creo que nos tendríamos que quitar esta película de la cabeza porque al final vienen artistas de fuera desde que hay pop y artistas anglosajones y la gente los canta en el idioma en el que venga.

Tu carrera se ha desarrollado en un marco social bastante denso, (empezando por la pandemia y su complicada estela socio-económica en el país). Pero entre todo el caos, has logrado alzarte, para muchos, como un referente entre los jóvenes en temas tales como el empoderamiento de la mujer y la comunidad LGTBIQ+. ¿Cómo se lleva que tu público te coloque esa “responsabilidad” y cómo se compagina para que no interfiera de manera negativa en la creatividad e identidad?

No me creo una referente en estos temas, sino más bien una mujer que hace canciones y ya. Soy bisexual, así que evidentemente las canciones que escribo hablan desde este prisma (el único que puedo defender a fondo porque es en el que me encuentro), entonces no siento que tenga esa responsabilidad ni siento que nadie me la esté cargando. No interfiere en mi creatividad ni identidad pues porque no interfiere de manera negativa en mi vida, he tenido la suerte de crecer en una familia que me han dejado ser como me dé la gana, y los que no me han dejado, pues los he ido apartando por el camino. Así que en la carrera musical haría lo mismo: si a alguien no le gustase lo que soy, pues que escuche a otros artistas.

Durante tu trayectoria profesional has “coqueteado” con el diferentes estilos musicales. Del indie has ido pasando a un sonido más pop-rock. ¿Dirías que tu trayectoria ha sido una búsqueda por encontrar en el que te sentías más cómoda o una evolución natural?

Totalmente, mi trayectoria ha sido una búsqueda de encontrar dónde me sentía más cómoda. En el primer disco jugaba más a un mestizaje, unos sonidos con muchos vientos, mucha percusión menor… En el segundo disco descubrí el indie y me enamoré de él, y yo creo que he seguido con él de la mano; pero lo que me ha pasado con este último disco es que me he dado cuenta de que, lo que llevo haciendo todo este tiempo, a pesar de que lleve apellidos, es pop. Yo adoro la música pop, creo que llevamos muchos años vanalizándola, dando por hecho que era muy sencillo, pero considero que hacer melodías pegadizas es algo súper complicado. Así que estoy muy orgullosa y muy feliz de decir que adoro el pop y que es el estilo con el que me siento más cómoda.

Cuando escribo canciones que hablan sobre mi contexto o mi momento vital, es inevitable que se convierta en terapia

En entrevistas anteriores has mencionado que escribir y componer para ti es un ejercicio terapéutico. ¿Qué fue lo que te impulsó a “probar” este método y convertirlo en música?

Evidentemente, cuando escribo canciones que hablan sobre mi contexto o mi momento vital, es inevitable que se convierta en terapia, porque cuando escribes algo, lo ves desde otro prisma, y lo analizas más que si solo lo estás pensando o viviendo; por eso pienso que es terapéutico. Pero en ningún momento ha sido escribir como terapia y luego convertirlo en canción, simplemente, el hecho de hacer canciones me ha ayudado un poco más a entenderme y a entender en qué punto estoy.

Al hilo de esto, también es sabido que te gusta escribir poesía; de hecho has llegado a sacar un libro, “Fauna o Amor”. ¿Cuál es el detalle que te hace discernir tus palabras entre carne de canción y de libro?

Me parece un poco abrumador este tema (ríe). Lo escribí cuando era muy joven, tenía 18 años. Es un libro que en realidad son descartes de canciones que no terminaron de funcionar como tal y se quedaron en textos más pequeños, pequeños relatos o poesía. La verdad es que me gusta mucho escribir en general, no solo canciones y poesía; me gusta mucho la literatura, me encantaría en algún momento hacer un poquito más grande y más serio a nivel literario, me encantaría hacer novela en algún punto.

Con motivo de esta apertura emocional que nos regalas a quienes escuchamos tu música, cabe pensar que las letras nos dejan ver mucho del momento vital de Susana en cada álbum. ¿Cuál dirías que es el punto en el que te encuentras?

Bueno, yo creo que si escucháis “Material Sensible” os daréis cuenta de que… en una auténtica montaña rusa. Pero también la vida es un poco eso a veces, supongo. El disco habla de un desamor, un ruptura, un desengaño y luego un poco de la reconstrucción, otra vez la caída y al final de encontrar ese “Amor Tranquil” (que es la última canción del disco), donde por fin encuentro un poquito la paz. Y yo creo que ahora mismo estoy en un momento de paz, la verdad. Evidentemente, con la terapia de la mano y cuidándome mucho, pero en un momento de tranquilidad y centrándome mucho en hacer canciones y hacer conciertos.

¿Qué artistas crees que han influido (o lo siguen haciendo) en tu carrera musical? 

A ver, el artista que más me ha influido a mí siempre lo digo y soy muy pesada con esto pero es, evidentemente, La Oreja de Van Gogh. Fue el primer concierto al que fui en mi vida, y yo jugaba a imitar a Amaia Montero delante del espejo. Pero sí que es cierto que, a medida que voy haciendo más discos, descubro música nueva, y con este disco yo creo que he estado muy de la mano de artistas latinoamericanos, como por ejemplo Calamaro, Dillom (que ha tenido mucha influencia en este disco a nivel de producciones), Julieta Venegas también, un montón, Coti… Igual es gente más añeja, pero la verdad es que han estado muy presentes a nivel de referencias en la producción de este disco.

Y hablando del mundo de la música, ahora que ya tienes algunos años de trayectoria y habrás conocido los entresijos, ¿qué impresiones tienes de la industria?

Pues que, como en todos los lugares, “oro parece, plata no es”. Desde fuera puede parecer todo muy brillante y muy bonito pero dentro hay cosas buenas y cosas malas, como supongo que pasa en todas las profesiones. Yo creo que he tenido mucha suerte encontrándome con grandes profesionales y con gente muy trabajadora, no he tenido ninguna mala experiencia, de momento. 

Pero bueno, evidentemente hay mucho camino por hacer, todavía nos cuesta encontrar mujeres siendo cabezas de cartel en los festivales o encontrar más de cinco o seis mujeres en estos carteles, porque hay que cumplir un cupo y ya está. Todavía estamos en un momento en que siento que hay que hacer mover un poco el saco del dinero para que cambie un poco todo.

Para terminar, mi pregunta favorita. Juguemos con la perspectiva, pasado y futuro. Con lo que sabes y con quien eres hoy, ¿qué le dirías a la Susana que subió aquella primera canción a Instagram? ¿Y qué te gustaría que la Suu del futuro no olvide y tenga presente?

Pues a la del pasado, no le diría absolutamente nada, porque creo que lo hizo como lo sintió y por eso me encuentro ahora donde estoy. Creo que las cosas se han dado de una forma maravillosa, y creo que no cambiaría nada porque, si lo hiciera, cambiaría el punto en el que estoy ahora mismo. Y a la del futuro, que no deje de hacer canciones y que no deje de estar agradecida por la vida que nos ha tocado vivir, que joder, ya les gustaría a muchos; soy muy consciente y estoy agradecida por ello.

Alba Martín
Fotografía: Jordi F. Pou