Bali se metió en mi cabeza el día que me dijeron que era el paraíso de surfing, ese mismo día pensé que tenía que ir y así lo hice. En 2014 lo visité por primera vez fue cuando se formó esa conexión “para siempre”.

Me enamoré de la consistencia de las ola. Daba igual la temporada o la marea las olas nunca faltaban. De ahí que los surferos la llamen “La isla de los Dioses” porque tiene todas sus esquinas bendecidas con olas todos los días del año.

Adoro Bali aunque me entristece ver cómo evoluciona hacia el capitalismo a través del turismo perdiendo esa esencia tan suya y tan salvaje que conocí en ese primer viaje. ¿Lo que más me gusta? Todo. Las olas, la comida, la gente y sus costumbres, la gente y su religión.

Mi día a día en Bali se resume en: olas, trabajo, algo de comer, algo de yoga y olas de nuevo.

Bali es mi casa, mi campamento base. No sabría elegir entre Canarias y la isla indonesia pero tampoco tengo porqué hacerlo…

Shantal_indo