Uno de los pilares de mi bienestar físico y mental ha sido la práctica del yoga (no entremos en variantes). Da igual el ritmo o el nombre. Se trata de mantenerse centrado en un movimiento y realizarlo de forma consciente.

Comencé a practicarlo hace aproximadamente 10 años, lo hacía de forma poco constante y es que no era el tipo de yoga que iba conmigo. Tras muchos años, profesores, gurús y clases encontré en el vinyasa mi estilo favorito.

Vinyasa, significa «unión de movimiento y respiración» y esto es, básicamente lo que se practica. Probablemente, será la modalidad favorita de aquellos que buscan un yoga activo, dinámico, fluido y que a la vez ayude a trabajar la fuerza. Para mi es como un baile. 

Se me presentó la oportunidad en Bali de convertirme en profe de yoga en uno de mis centros favoritos en Ubud, Radiantly Alive, junto a una cabecera de profesores de lujo con los que, aun en la distancia, practico a día de hoy gracias a su plataforma online. 

Te guste o no el yoga, un curso de profesorado de yoga debería de ser obligatorio en las escuelas. Te cambia la vida, literalmente.

En muchos estudios encontrarás alguna clase de prueba gratuita, online también. Aun así aquí quiero compartir algunos de los muchos tipos de yoga, sus características y así tal vez tengas una idea más clara de cuál puede adaptarse más a ti. ¡Pruébalos todos! En algunos casos puede que el que menos te guste sea el que más necesites.

Hatha yoga.- Perfecta para aquellos que quieran iniciarse en esta práctica, ya que en estas clases se introducen los fundamentos del yoga, tanto los asanas como el pranayama.

Kundalini yoga.- Además de las posturas y la respiración, incorpora técnicas de meditación y mantras. Se basa en la repetición de una secuencia y la respiración continua con el fin de poner en movimiento la energía del primer al último chacra.

Vinyasa yoga.-  Sincronizar respiración y movimiento para crear cierta fluidez. Este estilo es perfecto para los que quieran fortalecer los músculos, aprender nuevas posturas y una secuencia distinta en cada clase.

Iyengar yoga.- Secuencias en las que cada postura se sostiene durante más tiempo que en otros estilos, ayudando a los alumnos a perfeccionarlas de forma individual. Un yoga más lento que otros en el que prima la flexibilidad, por lo que es ideal para gente en rehabilitación por lesiones y dolores crónicos.

Bikram yoga.-  El yogui Bikram Chourdy fue el inventor de esta modalidad, en la que se repite una secuencia de 26 asanas provenientes del hatha dentro de una habitación a 40 °C.

Ashtanga yoga.- Sincronizar la respiración con los movimientos es la base de esta modalidad. Es uno de los estilos más físicos junto con el vinyasa, con el que está relacionado. El esfuerzo físico de sus secuencias hace que se detoxifique el cuerpo, ayudando a la circulación sanguínea y al fortalecimiento del tronco superior. 

Yin yoga.-  Una de las variedades más lentas. Pone especial énfasis en las articulaciones del cuerpo y en los tejidos más profundos de la piel. Su aliciente meditativo hace que también pueda ayudar a combatir la ansiedad y el estrés. Este tipo de yoga es ideal para principiantes y para personas muy activas que necesitan relajar cuerpo y mente.

¡Feliz práctica! 

¡Namaste!