En Andalucía, muchas ciudades brillan con una luz propia muy intensa. De todas ellas Sevilla, como capital andaluza, deslumbra a los turistas que desde cualquier rincón del mundo la visitan. ¡Sin duda tiene un color especial!
Un destino único e irrepetible para todo aquel viajero que quiera conocer un enclave con una historia y cultura únicas. Pasearemos por la ciudad hispalense para conocerla tanto por dentro como por fuera.
Museo al aire libre
Sevilla es una urbe que ofrece muchos lugares para visitar mientras caminamos. En cada esquina encontrarás un edificio histórico, una imponente iglesia, una fachada tradicional… Mires allá donde mires siempre verás algo digno de fotografiar.
Uno de nuestros primeros destinos en la capital andaluza debe ser, sin duda, el Parque de María Luisa. El propio parque y sus alrededores están regados con edificios que se construyeron para la Exposición Iberoamericana de 1929, en la que participaron España, Portugal, Estados Unidos, Brasil y los países hispanoamericanos como muestra de hermanamiento.
Aún se conservan en pie estructuras tan bellas como el Pabellón de Perú, de estilo barroco y que hoy sirve como Museo de las Ciencias. La mayoría de los edificios de la exposición también se han destinado hoy a otros usos, un excelente método para conservarlos en todo su esplendor.
Pero si debes visitar un lugar en este parque, ése es la Plaza España. La estructura que lo corona fue el Pabellón de España, y en su exterior cuenta tanto con un canal navegable como con bancos en los que están representadas todas las provincias de España. Si eres fan de Star wars, estás de suerte, porque en este lugar fue donde se grabaron varias escenas de la película Star Wars: el ataque de los clones, representando el planeta Naboo.
No muy lejos del parque se encuentra uno de los monumentos más icónicos de la ciudad, la Torre del Oro. Situada en el paseo Cristóbal Colón, a orillas del Guadalquivir, debe su nombre a sus antiguos azulejos que desprendían un reflejo dorado a la luz del sol, y no porque albergara grandes riquezas como muchos pensaban.
En este paseo imaginario que describimos, nuestro próximo destino es el elegante barrio de Santa Cruz, en pleno Casco Histórico de Sevilla. La antigua judería de la ciudad Hispalense es hoy un entramado de calles estrechas con pequeñas casas llenas de balcones en donde se exponen flores de todos los colores. Durante todo el camino nos acompañará el intenso olor a azahar tan típico de Sevilla, ya que sus calles están repletas de hermosos naranjos que añaden más belleza a la ciudad.
Por último, y para terminar este intenso paseo, cruzaremos el Guadalquivir para llegar a algunas de las calles más emblemáticas de la ciudad en el barrio de Triana. A orillas del río, en sus tiendas podrás encontrar cerámicas típicas de la ciudad como recuerdo para alguien a quien aprecies. Estas mismas cerámicas serán las que encontrarás dentro de los pequeños bares tan característicos de Triana, en donde una caña de Cruzcampo acompañada de una buena tapa rematarán nuestra excursión.
Conociendo el interior… y las alturas
Ya hemos visitado gran parte de la ciudad andando, pero todavía nos quedan por ver muchos monumentos que podemos visitar para conocer un poco más Sevilla.
Uno de los orgullos de la ciudad y, sin duda, su edificio más conocido, es La Giralda. Este edificio de 104 metros de altura es la torre del campanario de la Catedral de Sevilla, y desde sus alturas podemos observar la ciudad hispalense en toda su extensión. En su interior, no encontraremos escaleras como en otros campanarios, sino que subiremos por empinadas rampas, construidas expresamente para permitir el uso de caballos dentro de la edificación. Dos tercios de la estructura pertenecen a una antigua mezquita, y es aquí donde podemos ver el crisol de culturas que es Sevilla, donde gobernaron tanto árabes como cristianos.
La catedral de Santa María de la Sede se encuentra al lado de La Giralda, un monumento que se comenzó a construir en el año 1433 tras la demolición de una antigua mezquita, aunque también podemos encontrar otro pequeño espacio árabe dentro de ella, el Patio de los Naranjos. La catedral, de estilo gótico, cuenta en su interior con un salón rectangular de 116 metros de largo, por 76 de ancho, en donde podemos ver El Coro, la Capilla Real y el reluciente Retablo Mayor, el más grande de la cristiandad.
A apenas 1 minuto de la catedral se encuentra el Real Alcázar de Sevilla, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, y uno de los monumentos que más turistas recibe. En el interior de estos palacios se combinan elementos arquitectónicos del arte gótico, mudéjar, renacentista, barroco e islámico. Sus jardines son una parte imprescindible en la visita, ya que gozan de una belleza única mezclando el entorno natural con fuentes y estaques. Una vez más, este lugar fue elegido para una gran producción cinematográfica. En la serie Juego de Tronos, el Real Alcázar representó la región de Dorne, dominada por la casa Martell, en las temporadas 5 y 6 de la producción de HBO.
Tenemos que irnos más adelante en la historia al visitar uno de los elementos más controvertidos de la ciudad hispalense. Las ya famosas Setas de Sevilla se inauguraron el año 2011, entre grandes críticas ya que su diseño no concordaba con el señorío del casco histórico sevillano. Hoy en día alberga una plaza de espectáculos y el museo arqueológico Antiquarium. Pero lo mejor que puedes hacer en este lugar es pagar los 3 euros que cuesta subir a la parte alta de esta estructura, donde un mirador con cafetería te recibirá con las mejores vistas posibles, las de la inmensidad de la ciudad de Sevilla.
Quien la visita, repite
Si hay algo en Sevilla que enamora aún mas que sus edificios y parques, es su hospitalidad y la cara amable de sus gentes. También sus fiestas y tradiciones. Es por ello que, cada año, durante los meses de marzo y abril, la capital andaluza recibe a millones de turistas deseosos de sumarse a dos de sus eventos más importantes: la Semana Santa y la Feria de Abril.
Jorge Vaquero