19 de septiembre de 2021

  • (Mami) Buenos días, se notan los temblores a esta hora (6:21)
  • Yo he sentido como cuatro (6:22)
  • En media hora más o menos (6:22)
  • (Sara) Tranquila, ya voy para casa (8:20)
  • (Devo) Mami, ya avisé a Sergio, el alcalde. Le he dado vuestros datos para que sepan que os vais de casa (11:56)
  • Se mantiene el nivel 1 (13:12)
  • Explotó, pongan la Canaria (15:18)

Hace 8 meses que algo murió dentro de mi. Sabía que te perdía. Cerraba los ojos y te pensaba, te rezaba, te lloraba, te suplicaba que aguantaras, pero al final nada sirvió.

Quiero decirte que lo intentamos, cada día y durante 7 días, llegar hasta ti para poder tocarte y sacar las cosas tan valiosas que bien protegías. Nuestra cabeza giraba en torno a ti, nos despertábamos pensando en si seguías o no, buscábamos información y a la noche, lo mismo, para intentar dormir pensando en que pasabamos a tener otra oportunidad y así cada día.

Mi mundo se paralizó por ti, solo tú importabas. Quiero decirte que aguantaste demasiado, parecías un milagro, 7 días con la lava a metros, pasando por tu lado un río que ya arruinaba a muchas otras personas, a nuestros vecinos. Sin embargo, la naturaleza es caprichosa y decidió que nada debía quedar allí… y te llevó. Te llevó a ti y a cada recuerdo que allí vivimos, solos y en compañía.

Recuerdos desde el 2007 yacen en mi memoria. Estabas lejos de todo, a veces llegué a enfadarme contigo, con tu suelo para fregar, con tu gran jardín que había que cuidar, con tus cables por medio que estropeaban las fotos del atardecer…qué ignorante, ahora me faltan los cables, el viento, el suelo rugoso, el calor asfixiante, el frío que congelaba, las puestas de sol, el amanecer por la montaña, los limones, las naranjas, los lagartos correteando. También el sonido de los pájaros y de las cabras.

Te extraño, te extraño tanto. El día que te fuiste lloré hasta enfadarme, me llené de rabia y maldije a tu destructor y a todas las personas a cargo de la situación. Estaba muy enfadada, me parecía TAN injusto. Pasamos tanto dolor, tantas crueldades, tantas personas egoístas y frías que pasaron a nuestro alrededor… Ahí fue donde morí. Tanto dolor se agrupaba en mi costado, que por doler, me dolía hasta el aliento.

Un golpe duro del que tristemente no se podía hacer nada. Desapareciste del mapa. Quiero decirte que tenemos tus coordenadas, y que nos dejen o no, iremos caminando hasta a ti, y te pondremos flores, a ti y a todo lo que te llevaste contigo.

Gracias por darme esta lección de vida, de que con paciencia y fuerzas, de todo se sale, y dan ganas de ser feliz, de sonreír, de tener esperanzas. Gracias por enseñarme que puedo enfrentarme a una pérdida y a la soledad. Siempre estás y estarás en mi.

Te recuerdo cada día y valoro mi calidad de vida allí contigo, eso es lo que busco ahora. Sé que no será igual, pero tengo la esperanza de encontrar algún sitio en el que, cuando abra una ventana, pueda cerrar los ojos, respirar hondo y tragarme tu paz y tranquilidad. Ahí sabré que estoy en el lugar correcto y que tú estás conmigo. No tengo prisa. Aparecerá, estoy segura. Lo mejor está por llegar.

Gracias por enseñarme que en la vida hay que vivir con actitud, las cosas pasan, no las podemos cambiar, pero SÍ podemos cambiar la actitud con la que nos enfrentamos a ellas.

A ti que me lees, nunca dejes que una desgracia te tire a lo más hondo, ten la actitud de resiliencia, de salir hacia delante y de reírte aunque tengas ganas de llorar, de salir aunque tengas ganas de dormir, de dar un paso más aunque tengas ganas de tirar la toalla.

Bastante hemos pasado, nos merecemos ser felices.

Gracias Alcalá 9B, siempre en mi corazón.

Sara López, damnificada por el volcán de La Palma