“Me ha salvado la vida», esas han sido las palabras de Ryan Reynolds al explicar como lo que comenzó siendo un reto benéfico terminó llevando a quirófano al actor de películas como “Deadpool” o “El proyecto Adam”.

Todo comenzó con una colaboración con la organización benéfica Lead from Behind para concienciar sobre la importancia de la detección temprana del cáncer colorrectal. Ryan Reynolds y Rob McElhenney se retaron a que si el segundo era capaz de aprender galés el primero debía hacerse una colonoscopia.

Ambos estaban dispuestos a cumplir con su parte por el trasfondo social que tenía el reto. Así lo transmitía el propio Reynolds en un vídeo que publicó en sus redes sociales. 

“Nunca me habría hecho ningún procedimiento médico delante de la cámara para que fuese compartido. Pero no todos los días se puede dar visibilidad sobre algo que puede salvar vidas, esto es suficiente motivación para mí para dejar que una cámara se introduzca por mi trasero”.

Lo que no se esperaban es que al realizar esta prueba encontrarían un pólipo muy pequeño en el caso de Ryan Reynolds y tres en el de Rob McElhenney. Motivo por el que posteriormente ambos se sometieron a una rápida intervención quirúrgica que también quedó documentada en el vídeo.

La colonoscopia, una prueba clave para el diagnóstico del cáncer

A través de esta experiencia los dos actores han ayudado a visibilizar la importancia de realizar este tipo de pruebas claves para el diagnóstico del cáncer de colonrrectal. Especialmente en el caso de pacientes asintomáticos.

Según los científicos, un pólipo benigno puede tardar entre 10 y 15 años en convertirse en maligno. Por este motivo, es muy importante que a partir de los 45 años todas las personas se realicen esta prueba tanto para comprobar que todo está bien como para evitar que se desarrolle o sea muy difícil de tratar.

La prevención es el mejor chaleco salvavidas contra el cáncer. ¡No lo olvides!