Con sus más de 4 millones de seguidores, @monismurf acompañó la transición de Musical.ly a Tik Tok, una red social seguida por jóvenes y niños en la que se comparten habitualmente vídeos musicales. Con apenas 20 años, Mónica tiene ya dos libros en el mercado y trabaja el contenido de sus perfiles sociales con grandes marcas de diferentes sectores. Hablamos con ella en el previo de su firma en Tenerife…

¿Qué diferencia hay entre Mónica y @monismurf?

Es una pregunta muy complicada ya que creo que ambas están bastante fusionadas. Cuando te mueves en redes sociales puedes optar por crearte un alter ego o ser tú misma, es verdad que la gente a quien conoce a gran escala es a @monismurf pero hay mucho de Mónica Morán en ella. Intento ser lo más natural posible. Quizá me pase de cercana pero creo que ha sido eso lo que ha hecho que mis seguidores, pues eso… me sigan. Hablo de problemas y situaciones por las que pasamos todos de una forma natural, sin tabúes, y eso me acerca a ellos. He sabido mantener mi intimidad fuera de mis redes pero eso no significa que lo que muestro no sea 100% yo. Lo único es que no hablo de absolutamente todo lo que hago o me pasa.

¿Si este camino en redes no hubiera acontecido qué te hubiera gustado ser o hacer?

Pues lo cierto es que no lo tenía nada claro. Es una elección muy complicada, cómo vas a saber qué es lo que te gusta si lo desconoces o no lo has probado. Los dos años de bachillerato parecían tiempo suficiente para decidir pero no, no fue así. Me quedaba sin tiempo y seguía indecisa. Siempre he sido una persona creativa y creo que por eso he encajado en el mundo de las redes sociales. Participar en ellas me daba la posibilidad de desarrollar mi imaginación. Y ya cuando vi que lo que hacía tenía buena acogida lo fui teniendo algo más claro. Me gusta lo que hago.

Fotografías: Shootquality.

¿Qué sentiste cuando viste esa acogida? Miles de seguidores en menos de un mes…

Miedo (responde rápida y rotunda). Ahora todo el mundo sabe cómo funcionan las redes y de qué forma se mueven los llamados “influencers” pero cuando empecé me sentí bastante perdida. Yo vivía en León totalmente ajena a este mundo. Me pilló de nuevas y sentí bastante miedo.

¿Pudiste apoyarte en alguien en ese momento? ¿Cómo fuiste conociendo de qué se trataba?

Sí, pude contactar con otros perfiles a los que les había pasado lo mismo que a mí algunos meses antes y ellos me fueron guiando. Es algo que agradeceré siempre porque meter la pata en redes sociales es lo más fácil y ellos me pusieron en alerta y me dieron pistas de cómo hacerlo de manera correcta.

Te consolidas como personaje influyente en redes y te proponen sacar un libro, ¿qué es lo primero que se te pasa por la cabeza?

¡Mi cara en un libro! Fue lo primero que se me vino a la cabeza. Me pasó lo mismo que con las redes. Aquellas personas que hasta entonces me habían guiado ya no podían hacerlo, yo fui la primera de mi entorno que se lanzó a esto así que de nuevo me sentí algo perdida. Ahora es a mi a quien preguntan (sonríe).

Con el que verdaderamente disfruté es con el segundo. Ya sabía de qué iba, trabajé sin miedos, disfrutando del momento. Supongo que es como con todo.

Eres muy joven y hace muy poco que te has independizado por lo que se nos hace evidente que tus padres han vivido esto muy de cerca, ¿cuál sería la dedicatoria que les escribirías en tus libros?

No sabría qué sería exactamente. Soy muy mala para esas cosas pero supongo que les agradecería todo. Si para mí esto era un mundo nuevo imagínate para ellos. Supongo que les agradecería la paciencia y la confianza que han depositado en mí. Que me dejaran viajar y adentrarme en todo esto.

¿Te siguen tus padres?

Sí, se han creado perfiles solo para verme. Les es muy útil ya que a veces estoy metida en tantas cosas que no respondo al momento. Ellos se meten a ver mi perfil y los tengo actualizados. ¡Como a todo el mundo! (ríe). Los tengo actualizados con mis stories. A veces se preocupan cuando no subo muchas y son ellos mismos las que me las piden.

¿Pros y contras de ser un personaje público a través de las redes?

Te abre mucho la mente y te da oportunidades que no todo el mundo tiene. Conoces a mucha gente. No eres famoso pero tampoco eres anónimo. De repente te ves en los Goya y al día siguiente cogiendo el metro. Mi caso en particular es muy peculiar ya que la mayoría de mis seguidores son niños y jóvenes.

¿Contras? Se me ocurren muchos. Pero sobre todo la soledad. Conoces a mucha gente, te invitan a muchos eventos pero hay muchos momentos de soledad, pierdes muchas amistades, otras se te acercan solo por interés y al principio duele mucho. Y después está el miedo que conlleva la responsabilidad de influir en gente joven y niños. Tengo que medir mucho lo que digo y lo que hago porque me guste o no soy referente para muchos de ellos. Esa responsabilidad da vértigo.

¿Cómo es tu día a día?

En general como el de cualquier persona salvo en momentos puntuales. Lo que sí evito es pasar por delante de coles, o coger en metro a la hora de la salida o la entrada de los colegios.

¿Qué fue primero? ¿Tus uñas o las de Rosalía?

Realmente no lo sé, pero yo diría que las mías.

¿Dónde te ves dentro de 10 años?

Soy consciente de que el boom que estoy viviendo se va a acabar pero también sé que de esto voy a sacar una experiencia impagable. Me sé manejar en el mundo de la publicidad, sé cómo trabajar con las marcas, montar una campaña… Ahora que lo conozco me veo trabajando en publicidad.

¿Has dicho “no” a alguna marca?

Sí. Si la marca o lo que pide no encaja conmigo no la trabajo. No puedo hacer algo que no me defina. Hay veces, incluso, en las que te piden cosas que tecnológicamente no se pueden hacer.

¿Y dónde te ves en 20 años?

No me gusta mirar tan lejos. Creo que marcarse objetivos tan a largo plazo es lo mismo que marcarse límites. Tiendo a pensar en que si en tu cabeza tienes muy claro un objetivo concreto puede que surjan muy buenas oportunidades que terminas ignorando casi sin darte cuenta. Me niego a mirar tan lejos.

Por Paola Bonilla