La tercera jornada de desfiles en Ifema estuvo marcada por la fuerza creativa, la diversidad de estilos y la capacidad de los diseñadores para transformar la pasarela en un lienzo de emociones. Desde la naturaleza hasta la arquitectura, pasando por la libertad creativa o la belleza de lo sencillo, cada colección dejó su huella en un día inolvidable.
De La Cierva y Nicolás: la fuerza de la naturaleza
Su colección Ímpetu abrió la jornada con un mensaje claro: moda con energía, moda con vida. Organzas trabajadas y gasas rasgadas con precisión dieron forma a un universo en el que el volumen se apoderó de las mangas. El raso y la lana fría fueron protagonistas en diseños únicos que respiraban movimiento y carácter.





Isabel Sanchís: la arquitecta de la moda española
Con una propuesta inspirada en la cultura japonesa, Isabel Sanchís volvió a demostrar por qué se ha ganado el título de “arquitecta de la moda española”. Bordados únicos, micro plisados, vestidos sin costuras, prendas de silicona y flores en 3D dieron forma a un imaginario exquisito. La paleta viajó del blanco y negro a tonos vibrantes como el naranja, rojo o verde, siempre equilibrados con la suavidad de los matices más delicados.
Hannibal Laguna: Grecia en azul
Lazuliflow fue el canto personal de Hannibal Laguna a la antigua Grecia. Gasas, organzas y transparencias dieron vida a una colección llena de color, donde un tono dominó con fuerza: el azul griego, evocador, luminoso y protagonista absoluto de su propuesta.



Custo: libertad en cada costura
Con Leave Her Alone, Custo volvió a reafirmarse como maestro de la escena. Su colección no solo fue moda, sino también mensaje: la importancia de lo que construye el silencio y de la libertad creativa que estalla en cada diseño. Estampados únicos, redes, gasas, transparencias y bordados se combinaron para contar historias que vibraron en cada salida.





Baro Lucas: la belleza de lo sencillo
Su colección Tempus Fugit viajó a la esencia de la elegancia. Vestidos midi en blanco, diseños asimétricos en crepe, transparencias y estructuras impecables. A ellos se sumaron trajes sastre, pantalones abullonados y caftanes amplios y vaporosos, que hicieron del minimalismo un lujo en sí mismo.



Lola Casademunt by Maite: el poder del fucsia
La firma cerró con una propuesta que fue puro espectáculo. La falda de tul soñada, la cascada de cristales hecha prenda y la combinación de fucsia con tonos crudos dominaron la pasarela. La presencia de Esther Cañadas elevó aún más el desfile, luciendo piezas que materializan la unión entre fuerza y delicadeza.
Un día en el que la moda volvió a hablar alto y claro en Ifema: con fuerza, con arte y con emoción.
Rita Martín


























