Con tan solo 6 años, Lucía Martín empezó a practicar esgrima al igual que su hermano. Con el tiempo, lo que era una afición se convirtió en su pasión y profesión. Ahora con 33 años, se prepara para representar a España en los Juegos Olímpicos de París y hacerse con la medalla de oro.
En la siguiente entrevista, ahondamos en su trayectoria profesional y, entre muchas otras cosas, le preguntamos por cómo gestiona la presión del deporte profesional con padecer epilepsia o qué significado tiene la pulsera que lleva en su mano izquierda.
¿Cómo empezaste en este deporte?
Empecé a los 6 años porque mi hermano hacía esgrima y yo tenía que esperar a que mi madre nos recogiese a los dos, yo hacía ballet y le veía y siempre pensaba “quiero hacer esgrima”.
¿En qué momento decidiste que querías dedicarte a ella de manera profesional?
En mi caso no fue un momento como tal, empecé a cobrar por el deporte y poco a poco fui viendo que existía una posibilidad real de dedicarme a ser una deportista profesional.
¿Cómo recibió la noticia tu entorno (familiares, amigos…)?
En líneas generales todo el mundo muy bien. Sí que ha habido muchas personas que se han atrevido a decirme cómo debería dirigir mi vida pero nunca les he dado importancia.
Con seis medallas internacionales, ¡ya eres casi una habitual en el TOP10 del ranking mundial del sable femenino! Además, el pasado mes de marzo te proclamaste subcampeona de la copa del mundo en Atenas. ¿Sientes mucha presión por ello?
La verdad es que no siento presión por las medallas, al contrario, cuando ya has recorrido el camino es más fácil volver a hacerlo.
Hay una pulsera que te “ha ayudado” a llegar a las Olimpiadas de París, ¿podrías hablarnos un poco sobre esto?
Sí, llevo una pulsera en la muñeca izquierda que me compré mientras se celebraban los Juegos Olímpicos de Tokio. Estaba sentada en un sofá sabiendo que mi nivel me permitiría participar en unos juegos y, sin embargo, estaba sentada allí, así que fui y me compré una pulsera para recordarme todos los días cómo me sentí y cómo no quería volver a sentirme.
¿Cómo te estás preparando, física y mentalmente, para París?
Mi preparación física la lleva Marcos Florez de “estarenforma”. Y a nivel mental me está ayudando Javier Ayuso para afrontar los meses que quedan por delante.
Respecto a esto último, con 17 años te diagnosticaron epilepsia, ¿cómo gestionas el estrés y la presión que conlleva el deporte de élite con la enfermedad?
Intento gestionarlo con mi psicólogo, Javier. Intento tener una vida lo más ordenada posible.
¿Has sufrido algún episodio grave compitiendo?
Sí, una vez estaba en un campeonato del mundo senior tirando por equipos y sufrí una crisis en mitad de un asalto. El médico de España tuvo que sacarme del encuentro pero, finalmente, pude seguir la competición.
¿Te ha supuesto algún impedimento?
Todas las enfermedades al final provocan inconvenientes en el día a día, a mi me ha costado bastante llegar al punto de estabilidad en el que estoy ahora, pero invito a todo el mundo a que luche y no se resigne, siempre hay que intentar estar mejor.
Desde que comenzaste en esgrima, ¿cuál dirías que ha sido el momento más importante de tu trayectoria?
Creo que el momento más importante de mi carrera ha sido la incorporación de nuestro entrenador José Luis Álvarez a nuestro equipo, porque todo lo demás ha venido con él.
¿Y el más difícil?
Diría que el más difícil fue cuando falleció mi padre mientras yo estaba en un campeonato de Europa.
¿Un objetivo de cara a las Olimpiadas de París 2024?
Más que un objetivo en los Juegos Olímpicos tengo objetivos diarios que espero que me ayuden a conseguir ganar la competición.
¡Deseamos que así sea! Muchísimas gracias a Laura Martín por esta entrevista.
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