Philippine Leroy-Beaulieu tiene algo magnético. No solo es actriz, ni únicamente la inolvidable Sylvie Grateau de Emily in Paris: es un símbolo de elegancia, de independencia y de cómo abrazar la madurez con autenticidad y mucho estilo.
Nació en París en 1963, pero a los pocos años su familia se trasladó a Roma. Su padre, Philippe Leroy, también actor, había decidido continuar allí su carrera. Desde muy joven supo que lo suyo era la interpretación. Con apenas 16 años dejó Italia para instalarse en la capital francesa y perseguir su sueño, aun cuando su familia no estaba del todo convencida. Esa decisión temprana, valiente y un tanto rebelde, marcaría el tono de toda su carrera.
Su debut en el cine llegó de la mano de Roger Vadim en Surprise Party (1983), pero el gran salto fue dos años más tarde con la comedia Trois hommes et un couffin (Tres hombres y un bebé), que le valió una nominación al César como Mejor Actriz Revelación. Desde entonces, su filmografía ha sido extensa, moviéndose con naturalidad entre el cine y la televisión francesa y europea.

Sin embargo, fue mucho tiempo después, con la era del streaming, cuando Philippine dio un golpe sobre la mesa y conquistó al público internacional. Primero con la aclamada serie francesa Call My Agent! (Dix pour cent), y más tarde con el fenómeno global Emily in Paris. Allí encarna a Sylvie, la sofisticada y afilada jefa parisina que, con su sarcasmo y su aplomo, se convirtió en uno de los personajes favoritos de los fans. Philippine ha confesado que Sylvie le ha enseñado mucho: a ser más audaz, a aceptar la vulnerabilidad y a reivindicar la sensualidad y la fuerza de la mujer madura.

Más allá de la pantalla, Leroy-Beaulieu se ha consolidado como un referente de estilo y autenticidad. En los últimos años se la ha visto brillar en alfombras rojas como Cannes o la Semana de la Moda de París, siempre con un aire effortless que mezcla la sofisticación francesa con un toque relajado que resulta inspirador. No se viste para impresionar, sino para ser fiel a sí misma, y quizá ahí radica su magnetismo.
En 2025, su influencia trasciende la actuación. Philippine se convirtió en embajadora de L’Oréal Paris para la línea Age Perfect Collagen Expert, una colaboración que celebra la belleza sin edad y que la posiciona como voz potente en un debate cada vez más necesario: la representación de la madurez femenina en la cultura, la moda y la publicidad. Ella misma lo dice: “Hay que mostrar que las mujeres no desaparecemos a los 50. Seguimos vivas, fuertes y hermosas”.

Hoy, a sus 62 años, Philippine Leroy-Beaulieu demuestra que el talento no entiende de edades, y que el estilo —como la actitud— es eterno. Una mujer que ha sabido reinventarse, disfrutar cada etapa y, de paso, regalarnos un personaje icónico que ya forma parte del imaginario colectivo.
En The Pocket Magazine nos quedamos con una de sus lecciones más inspiradoras: la verdadera elegancia empieza cuando te atreves a ser exactamente quien eres.


























