Si solo tuviéramos tres o cuatro días para una escapada en pareja o con amigos a los que les gusta la naturaleza, el destino que elegiríamos sería Interlaken, en Suiza. Sin lugar a dudas.
En el corazón de los Alpes suizos, rodeado por los lagos de origen glaciar de Thun y Brienz y unas vistas a las majestuosas montañas de Eiger, Mönch y Jungfrau, esta localidad es el punto de partida para explorar alguno de los paisajes más asombrosos y únicos del mundo.
¿Quieres descubrir por qué debes viajar a Interlaken? En el siguiente reportaje, hemos elaborado un itinerario inolvidable que incluye paradas como Lauterbrunnen, Mürren, Grindelwald y, por supuesto, la majestuosa Jungfrau.
Cómo llegar hasta Interlaken

Antes de compartir contigo nuestro itinerario de viaje por Interlaken, lo primero que debes saber es cómo llegar hasta allí.
Lo más habitual es ir a Interlaken en tren o en coche desde alguno de los aeropuertos o ciudades más cercanas. ¿Y cuáles son? Por cercanía Berna, por conexiones desde España te podría interesar más Ginebra o Zúrich.
Una vez llegues a territorio suizo solo tendrás que coger un tren que vaya o pase por Interlaken. Por ejemplo, desde Berna puedes encontrar conexiones directas cada media hora. En unos 54 minutos estarás en tu destino.
Día 1: Interlaken y Lauterbrunnen, el valle de cascadas

Una vez pones tus pies en Interlaken, te das cuenta de que es un destino que impresiona desde el primer momento. Sus calles tranquilas y su atmósfera alpina te hacen sentir como en un cuento de fantasía. Una sensación que solo va en aumento cuando dejas tus maletas y das un paseo por la avenida Höhematte para disfrutar de las vistas.
Como su propio nombre indica, Interlaken es una ciudad entre dos lagos: Thun y Brienz. Por lo que un plan obligatorio de Interlaken es coger uno de los barcos que salen desde su pequeño muelle para recorrer los lagos y, por supuesto, visitar los pueblos que se encuentran a lo largo y ancho de ellos. Especialmente, los que le dan nombre a ambos lagos.



Después de comer en alguno de sus restaurantes tradicionales, te aconsejamos que cojas el tren que te llevará desde Interlaken hasta Lauterbrunnen, el valle glacial de las 72 cascadas que inspiró el mundo élfico de Rivendel.
El trayecto dura poco más de media hora, pero lo recordarás toda tu vida. De hecho, nuestro consejo es que te des el capricho de dormir en Lauterbrunnen para que puedas ver la famosa cascada de Staubbach iluminada. Aunque durante el día también es una visita obligada, pues puedes caminar por detrás de su caída de agua de casi 300 metros de altura.



También es imprescindible visitar las cataratas Trümmelbach, un conjunto de cascadas subterráneas únicas, talladas por el deshielo de los glaciares del Eiger, Mönch y Jungfrau. Estas caídas de agua son accesibles a través de un sistema de ascensores y pasarelas que te permitirá explorar su asombrosa fuerza y belleza de cerca.
Día 2: Mürren

Lo bueno de dormir en Lauterbrunnen es que estarás más cerca de nuestro próximo destino: Mürren, un pintoresco pueblo alpino sin acceso a vehículos. Desde Lauterbrunnen, deberás tomar el funicular hasta Grütschalp, seguido de un corto trayecto en tren con vistas panorámicas hasta llegar a Mürren.
Es absolutamente asombroso. Cuando piensas que no puede haber nada encima de esas colosales montañas te das cuenta que existen pintorescos pueblos con todo lo necesario para tener una vida digna y plena.



En el caso particular de Mürren, ofrece algunas de las mejores vistas de los Alpes suizos, especialmente del imponente trío montañoso: Eiger, Mönch y Jungfrau. El ambiente tranquilo de Mürren, junto con su arquitectura tradicional suiza, lo convierte en un lugar perfecto para relajarse y absorber la esencia de los Alpes.
Si el clima lo permite, te sugerimos subir en teleférico hasta la cima del Schilthorn, famoso por su restaurante giratorio Piz Gloria. Desde allí, las vistas de 360 grados de los Alpes son sencillamente incomparables.

Después de un almuerzo inolvidable, puedes regresar a Mürren para tirarte en parapente o explorar sus senderos de montaña hasta Lauterbrunnen. Antes de que se ponga el sol, toma el tren de regreso a Interlaken, ya que el día 3 promete ser igual de épico.
Día 3: Grindelwald, ¿el pueblo más bonito de Suiza?

Probablemente solo Grindelwald sea capaz de competir con Lauterbrunnen por el título del pueblo más bonito de Suiza. Para nosotros es imposible elegir un ganador, por eso te recomendamos que visites ambos.
Desde Interlaken, un corto trayecto en tren te llevará hasta este pintoresco pueblo rodeado de imponentes picos. Grindelwald es el sueño de los aventureros, alpinistas y amantes de la naturaleza virgen. Ofrece una gran variedad de actividades al aire libre.

Una de las principales atracciones es el First Cliff Walk, una pasarela suspendida sobre un acantilado, que te brindará vistas espectaculares de las montañas. Desde aquí, puedes continuar hasta el idílico lago Bachalpsee, uno de los lagos de montaña más fotografiados de Suiza. Su reflejo cristalino de los picos nevados es simplemente mágico. Tampoco te puedes perder el paseo por las galerías y túneles de roca expuesta del Cañón del Glaciar.

Si te gustan las emociones fuertes, Grindelwald ofrece la posibilidad de practicar deportes de aventura como parapente o tomar el famoso First Flyer, una tirolesa que te lleva volando por encima de los prados alpinos a alta velocidad.
Como nuestra siguiente y última parada está cerca de Grindelwald, te aconsejamos hacer noche en este precioso pueblo de los Alpes suizos.
Día 4: Jungfraujoch: el techo de Europa

El último día del itinerario está reservado para una experiencia inolvidable: visitar el Jungfraujoch, conocido como el «Techo de Europa». Desde Grindelwald puedes tomar el tren que te llevará al Jungfraubahn, un tren de montaña que sube hasta los 3.454 metros sobre el nivel del mar, ¡el punto más alto accesible por tren en Europa!

Al llegar al Jungfraujoch, serás recibido por impresionantes vistas de glaciares y picos nevados. El Palacio de Hielo es una atracción única, con esculturas talladas en hielo y túneles helados que puedes explorar. No te pierdas la plataforma de observación Sphinx, que ofrece una vista de 360 grados de los Alpes y, en un día despejado, ¡incluso puedes ver hasta la Selva Negra en Alemania! Es verdaderamente asombroso.

Aunque su coste ronda los 110€/persona, es una experiencia que vale la pena vivir. De hecho, es muy probable que para el cuarto día ya no tengas ganas de volver a casa.
Querrás quedarte a vivir en Suiza. Yo sueño con hacerlo algún día.
Devo López