Lady Godiva, del anglosajón Godgifu, fue la versión latina de lo que en inglés escondía el significado “regalo de Dios”. Ella, fue la esposa del conde Leofric, conde de Chester y Mercia y señor de Coventry, allá por el siglo XI. Se dice que este conde, como la mayoría de condes, tenía sometidos a sus vasallos a un constante ajuste de cuentas en el que los impuestos reclamados aumentaban casi sin razón. Por ello, la señora de Coventry, nuestra Lady Godiva se enfrentó en repetidas ocasiones a su marido, hasta que finalmente un día el accedió y le dijo que si ella paseaba desnuda a lomos de su caballo, él bajaría los impuestos.
Ella accedió, no sin antes hablar con los habitantes del señorío y pedirles que se encerraran en sus casas y cerraran todas las ventanas para que así no pudieran ver su hazaña y su cuerpo desnudo. Un cuerpo que a día de hoy no se sabe si iba o no totalmente desnudo ya que algunos estudiosos de la historia de Inglaterra que con desnudo podían haber hecho alegoría de que iba sin joyas, otros comentan que podría haber cabalgado en ropa interior, aunque el idealismo de las masas han llevado a la leyenda a una desnudez absoluta y pura en la que solo tenía su larga cabellera como abrigo en aquel momento.
Si es o no cierta la leyenda no lo sabremos nunca a ciencia cierta. Al igual que tampoco sabemos si en el caso de haber sido así su marido, el conde Leofric rebajo esa tasa impositiva que originó esta hazaña. Pero qué hay de malo en pensar que un día una magnífica mujer dejó el pudor, el orgullo y la vergüenza a un lado para ayudar a aquellos que por aquel entonces eran sus súbditos. Se trata de una historia de amor puro, de amor al prójimo, de la que nacen, por ejemplo, algunos dimes y diretes curiosos como el de Peeping Tom.
¿Conoces a Peeping Tom? Quizá a él no lo conozcas pero sí el significado de cuando a él hacen referencia. Pues sí, Peeping Tom es el mirón español o el voyeur francés.
“Tom el mirón” fue un sastre que, ante la petición de la Lady Godiva de Queen de que las personas del condado se encerrarán en sus casas y cerraran sus ventanas en señal de respeto a la dama, no lo hizo. No. Tom el sastre por aquel entonces y Tom el mirón a partir de ese momento hizo un pequeño agujero en una de sus ventanas por el que podía asomar un ojo y ver a la dama cabalgando desnuda. Se dice que Peeping Tom a partir de ahí se quedó ciego de un ojo, de ese ojo que traicionó a su señora mientras ella “daba la cara” por él.
Lo cierto es que Lady Godiva fue un personaje que despertó en nuestras mentes tras cantar en innumerables ocasiones el éxito de Queen que pide que “no lo paremos ahora”, tras ese despertar lo relacionamos con los chocolates belgas más conocidos del mundo, los Godiva. Pero descubrir que por el siglo XI hubo una mujer que luchó por los demás en contra de la tiranía de su marido… ¡mola! Almacenarlo como parte de la historia o en forma de un cuento ya es cosa de cada uno.
(Lady Godiva aparece también el la canción de Simply Red que lleva su nombre “Lady Godiva’s Room” del año 2000, al igual que en numerosas canciones de grupos y artistas ingleses. También forma parte de una extensa lista de películas tanto en el cine como en la televisión y de la literatura anglosajona, en algunas ocasiones como personaje de la obra y en otras haciendo alusión a ella).
Paola Bonilla