En un momento en el que la libertad de expresión española se encuentra en el punto de mira de organizaciones como Amnistía Internacional, uno de sus mejores humoristas gráficos la abandona. Antonio Fragua, más conocido como Forges – la traducción al catalán de su primer apellido- ha fallecido la pasada noche a los 76 años en la Fundación Jiménez Díaz, Madrid. El dibujante padecía cáncer de páncreas, según ha explicado la familia.

Haití no ha sido la única preocupación de Forges, que siempre ha dedicado una atención especial a los más desfavorecidos y a las víctimas de las guerras. Los conflictos en la franja de Gaza, el secuestro de las niñas nigerianas a manos de Boko Haram o la censura en Egipto son solo tres ejemplos.| El País

A lo largo de sus 50 años trayectoria ha cultivado diferentes facetas, pero siempre de la mano del humor. Entre ellas podemos encontrar la participación en varios medios de comunicación – Pueblo, Informaciones, Diario 16, El Mundo o El País en donde ha publicado viñetas desde 1995- y en las más importantes revistas de humor como Hermano Lobo, La Codorniz, o El jueves; la publicación de algunos libros como El libro de Forges (1972), Doce en Babilonia (1992) o Coloréitor: El Libro Antiestrés De Forges(2014), por los que ha sido premiado; la dirección de dos películas – País, S.A. (1975) y El bengador gusticiero y su pastelera madre (1977)- y cuatro series humorísticas de televisión y la condecoración de Miembro de honor del Colegio de Periodistas de Cataluña.

Mucho antes de que comenzara el movimiento #MeToo, Forges inició su particular batalla para defender e impulsar el feminismo.| El País

Con catorce años había comenzado su andadura por el mundo de las comunicación en TVE como técnico de imagen, y ya con 22 publicaría su primera viñeta en el diario Pueblo. No obstante, no fue hasta la década de los 70 cuando inició su camino por el humor gráfico de lleno. Desde entonces, su labor ha sido premiada por numerosos galardones como el Premio a la Libertad de Expresión de la Unión de Periodistas (1979), el Premio Periodístico Gráfico del Club Internacional de Prensa (2003), el Premio Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón (2013) o el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos 2014.

Forges ha dedicado muchas de sus viñetas a la precaria situación laboral en España y a la pérdida de derechos de los trabajadores tras el estallido de la crisis económica.|El País

Con ternura e ironía, Forges ha sabido plasmar lo absurdo y contradictorio de la sociedad española que pasó del desarrollismo franquista de sus primeros dibujos al mundo hipertecnológico de su última etapa. Sin perder nunca su humor crítico e inteligente, dio vida a personajes originales que transmitían su humanidad, talento y sobre todo, compromiso social en lo que a la defensa de la dignidad de las personas se refiere. Sus ‘blasillos’, ‘marianos’ y ‘conchas’, funcionarios profundos, beatas o náufragos perdidos son reconocidos por varias generaciones de lectores después de que haya publicado sus viñetas diarias, e ininterrumpidamente, durante medio siglo.

La informática ha sido uno de sus temas preferidos.|El País

Los mensajes de personajes públicos y la sociedad española en general no han tardado en inundar las redes sociales en donde Forges también participaba con entusiasmo. Algunos de los líderes políticos han reaccionado con tristeza. Pedro Sánchez “Perdemos al genio de la viñeta, pero también a un hombre bueno y comprometido», ha manifestado en Twitter. «No puedo concebir que Forges deje de existir. No puedo concebir España sin sus viñetas», ha escrito Pablo Iglesias. El ministro Zoido también ha homenajeado al humorista: «Dibujaba la vida cada día con humor, ironía y reflexión».

Otro personaje reconocible del mundo de Forges es el del doctor, por cuya consulta pasa toda clase de pacientes.| El País

Figura imprescindible para conocer y entender la sociedad española, a través de sus genuinos bocadillos de gruesos bordes, Forges supo retratar a dureza de la crisis y la odisea de los hipotecados, así como el de los jóvenes, a los que puso en boca de todos al contarnos lo difícil que es para ellos encontrar un trabajo digno. Aunque hoy España se tizna de negro, el arcoiris de su humor resurge de las cenizas con la mayor de las fuerzas para que este no se pierda ni, mucho menos se olvide, sino que sirva de ejemplo, ahora más que nunca.

La última viñeta de Forges publicada en EL PAÍS, hoy, 22 de febrero de 2018.
Devo López