¿Existe el bronceado saludable? ¿Qué debe de tener un buen fotoprotector? ¿Un protector oral sustituye al atópico? ¿Cómo debo cuidar mi piel si es fotosensible? Con la llegada del verano, las dudas y los mitos sobre el cuidado de la piel se disparan. 

Para brindar un poco de luz, en The Pocket Magazine hemos tenido la oportunidad de charlar con Ana Molina, dermatóloga, tricóloga y autora del libro “Piel sana, piel bonita”. 

De la mano de una de las divulgadoras más importantes de nuestro país repasaremos estas y muchas otras más cuestiones relacionadas con el cuidado de la piel en una de las épocas del año en las que más debemos extremar las precauciones. 

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Todo comenzó con Coco Chanel: seguimos identificando bronceado con belleza

Allá por los años 20 cuando Coco Chanel volvió con la tez más morena de sus vacaciones en la Campiña francesa, toda la socialité se hizo eco. Así se sentaron las bases de que una piel bronceada es sinónimo de una piel bonita. 

¿Pero por qué? ¿No hemos avanzado a pesar de toda la evidencia científica que demuestra lo perjudicial que es para la salud de la piel? Se lo consultamos a nuestra experta y esta es su respuesta:

“Actualmente, seguimos identificando el bronceado con la belleza, pero lo que sí ha cambiado y mejorado es en la forma en la que queremos obtener ese bronceado. Según los registros de Google Trends, las cámaras de bronceado pierden búsquedas a favor de los autobronceadores, por ejemplo, y eso es una gran noticia”.

Los 3 efectos negativos del sol en la piel

bronceado no saludable las cabinas

A pesar de que el sol es beneficioso para prácticamente todos los órganos, no lo es en el caso del más grande y el que ejerce como escudo protector contra las agresiones externas: la piel. 

“Por eso decimos que el bronceado saludable no existe, pero no existe para la piel. Es importante añadir esa coletilla, pues aquí sus efectos siempre son negativos: fotoenvejecimiento, la inmunosupresión (baja las defensas de nuestra piel) y el cáncer”, nos explica la dermatóloga Molina. 

Actualmente disponemos de bastante evidencia científica que demuestra estas repercusiones dañinas, especialmente, a raíz del uso de las cabinas rayos UVA. ¿Sabías que en países como Francia ya se han tomado medidas para su prohibición? Un debate que nuestra experta considera que debería de llegar también a España.

Estar morena sin poner en riesgo la piel es posible: los autobronceadores

Antes de abordar cómo es posible estar morena sin poner en riesgo la salud de la piel, le pedimos a Ana que nos explique por qué el bronceado es una respuesta defensiva contra  un daño. 

“Nuestra piel se pone morena como respuesta al sol. Es decir, cuando nos da el sol, los melanocitos segregan una sustancia llamada melanina la cual se coloca como si fuera un sombrero para proteger el núcleo de las células de la piel. Por lo tanto, si nos bronceamos significa que se ha producido un daño. De ahí que sea una respuesta defensiva”.

Sin embargo, no todo está perdido. El desarrollo de la dermocosmética nos permite lucir moreno sin riesgo, ¿cómo? Con los autobronceadores. Gracias a estos productos que generalmente se comercializan en formato crema, spray, mousse o aceite, podemos conseguir una oxidación de la piel que da lugar a su pigmentación.

Eso sí, la Dra. Molina nos recuerda que es muy importante utilizar protector solar si el autobronceador no lo incluye en alto porcentaje. Asimismo, también nos aconseja dos cosas: por un lado, utilizarlo por las noches exfoliando previamente nuestra piel y mezclándolo con la crema hidratante para conseguir un resultado más uniforme y, por otro, aplicar siempre al día siguiente un buen fotoprotector.

¿Te gustaría probar uno? Ella nos recomienda el Avene Solar Gel Autobronceador Hidratante. 

Usar fotoprotector, una moda necesaria

Aprovechamos la mención al “desarrollo de la industria dermocosmética” para preguntarle a nuestra dermatóloga sobre la revolución que estamos viviendo en la actualidad con los fotoprotectores. ¿Podríamos decir que “está de moda” su uso o es que estamos más concienciados?

“En general, si lo comparamos con hace unos años, las personas son hoy más conscientes de la importancia del fotoprotector. Lo que sucede es que lo han asimilado desde el punto de vista de la belleza y eso se percibe en las campañas de concienciación. No cala igual el mensaje de “si usas el protector solar tu piel estará más sana” que si les decimos “se verá más bonita, tendrá menos manchas y envejecerá mejor”. Aún así, todavía la mayoría de las personas ni se aplican la cantidad suficiente ni reaplican cada 2-3 horas como se recomienda”.

Recordemos que el protector solar es el último paso de la rutina de cuidado facial y el previo a la aplicación del maquillaje. Además, es preferible pecar en exceso que en escasez. Por eso, como mínimo, debemos de aplicarnos la cantidad equivalente a dos líneas de protector en los dedos índice y medio. Asimismo, en lo que se refiere a la reaplicación, la Dra. Molina nos recomienda el uso de brumas frente a polvos, ultraligeros, esponjas o sticks.

Las cuatro características de un buen fotoprotector

bronceado saludable

ISDIN, La Roche Posay o el laboratorio español de Cantabria Labs han lanzado en los dos últimos años una variedad de protectores solares sin precedentes. Los hay para diferentes fototipos, estados de la piel y necesidades. 

Pero… ¿Por qué no se habían desarrollado hasta ahora fórmulas con texturas y propiedades más atractivas? Según, nos explica la Dra. Molina, el origen se encuentra en una de las frases más repetida en nuestros días: “la mejor crema antiedad es un buen fotoprotector”. De nada vale utilizar un sérum antimanchas si, al mismo tiempo, no previenes su aparición.

“Empresas como ISDIN han comenzado a invertir en la mejora de la textura y la cosmeticidad de los protectores solares para que pueda ser utilizado por deportistas, niños o todo tipo de mujeres en cualquier edad. Sin duda, esto ha sido la clave para mejorar la adherencia a su uso”.

Ahora se da la paradoja de que existen tantos tipos de fotoprotectores que resulta difícil elegir uno. Por eso le hemos hecho a nuestra experta la pregunta del millón: ¿Qué tiene que tener un buen protector solar? 

En palabras de la dermatóloga Ana Molina, un buen protector solar tiene que cumplir los siguientes cuatro requisitos:

  1. Ser de amplio espectro o con una protección 360º ( protege frente a las cuatro radiaciones UVB-UVA-VL-IRA, incluso frente a luz azul emitida por dispositivos digitales).
  2. Poseer una cosmeticidad adecuada que facilite su aplicación y resulte agradable.
  3. Ser sostenible con el medio ambiente y, sobre todo, con la vida marina.
  4. Tener un precio asequible.

Si no sabes cuál es el protector solar más idóneo para ti, te aconsejamos acudir a un especialista o, al menos, consultar en tu farmacia antes de adquirir cualquier producto.

Un protector oral nunca puede sustituir a uno atópico

¿Sabías que existen protectores solares orales? Los puedes encontrar en formato cápsulas en farmacias o tiendas de dermocosmética. Sin embargo, la Dra. Ana Molina nos avisa de que “solo pueden utilizarse como complemento o refuerzo a la protección atópica, nunca deben sustituirla”.

De hecho, por su coste y utilidad, únicamente nos lo recomienda en caso de padecer alguna enfermedad en la piel como un cáncer u otras patologías fotosensibles. De lo contrario, “no llega a ser necesario”.

El cuero cabelludo, el gran olvidado

bronceado saludable

Seguramente alguna vez te habrás quemado el cuero cabelludo, y es que, esta es una de las zonas del cuerpo que más olvidamos proteger. Sin embargo, es igual de obligatorio hacerlo ya que la piel que recubre la cabeza es la misma que la del resto de nuestro cuerpo. También sus riesgos.

“En consulta, los pacientes se sorprende cuando les revisamos el cuero cabelludo, pues no son conscientes de que aquí también se pueden manifestar los síntomas de cáncer de piel. Además, es casi imposible realizar una autoexploración. Por eso aconsejamos que pidan a un familiar que les revise periódicamente el cuero cabelludo. Especialmente durante los meses de verano en los que vemos muchas quemaduras, tanto en hombre como en mujeres”.

Si bien los productos que actualmente hay en el mercado no terminan de ser del todo efectivos, la especialista lo que nos recomienda es directamente “evitar la exposición en las horas centrales del día, buscar la sombra y utilizar protección física como gorros, gorras o sombreros”.

Concluimos esta entrevista preguntándote sobre tu libro “Piel sana, piel bonita”, ¿cómo surgió este proyecto? ¿Lo pueden leer personas sin muchos conocimientos en dermatología y tricología? ¡Enhorabuena por tu publicación!

“Mi libro “Piel sana, piel bonita” nació casi por lo que mencionamos al inicio de esta entrevista, con el objetivo de cambiar ese mensaje de la belleza por la salud. Pues, en definitiva, cuando contemplamos belleza lo que estamos viendo es salud. 

¡Y sí, por supuesto! No es necesario ser un experto para poder leer el libro. Lo he intentado escribir de la forma más clara, útil y amena posible. Además en él hablo sobre los siete bloques que tratamos los dermatólogos: la piel, el pelo, las uñas, las glándulas sudoríparas y las sebáceas, así como las mucosas de la nariz, la boca y los genitales. 

También desmentimos muchos mitos o dudas del día a día, lo que yo denomino, “cuestiones mundanas” pero que al final nos repercuten en mayor o menor medida en nuestra vida”.

Sin duda, nos anotamos el libro de la Dra. Molina como lectura para este verano junto con nuestro súper protector, gafas de sol y un sombrero de ala ancha.

¡Muchísimas gracias Ana por tu tiempo, explicaciones y luz! Esperamos que este artículo os pueda servir de gran ayuda y, cualquier duda, os recomendamos leer el libro de “Piel sana, piel bonita” porque seguro encontrarás la respuesta.

Ah, y recuerda, ¡evita la exposición al sol si buscas un bronceado saludable para la piel!

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Devo López